Redacción. Madrid Como suele ser habitual en un proceso electoral, y el que acaba de convocar la Organización Médica Colegial (OMC) no iba a ser menos, ya comienzan a aparecer nombres que puedan hacer sombra al actual presidente, Juan José Rodríguez Sendín. Aunque se esperaban unos comicios tranquilitos para el de Vitigudino, varios sucesos parece que han venido a revolver el ambiente: el malestar creado en Galicia con el documento que Rodríguez Sendín presentó a Alberto Núñez Feijóo; el comunicado ‘antiprivatizador’ del SNS que iba a firmar con Facme (como adelantó Redacción Médica); o la receta privada, que está generando un runrún algo molesto entre los colegios provinciales, que entienden que asumen buena parte del trabajo y el esfuerzo económico de su puesta en marcha, y que después el ‘beneficio’ se lo lleva la sede central. También hay algunos miembros de la asamblea general de la corporación que consideran que desde la cúpula se está haciendo una suerte de oposición política a las medidas sanitarias de los gobiernos del Partido Popular, tanto nacional como autonómicos, una idea que también reside en varias consejerías de Sanidad del PP, que prácticamente han roto su relación con la OMC a raíz de diversos episodios relacionados con Rodríguez Sendín.
Los focos del malestar están identificados. Luis Campos, presidente del Colegio de Pontevedra, es uno de los principales. Nunca ha sido de la 'corriente' de Sendín, de hecho se enfrentó a él en 2006 en unas duras elecciones por la Secretaría General de la OMC, y perdió por poco. Entonces era consejero de Previsión Sanitaria Nacional (PSN). El enfado de Campos con el actual presidente de la corporación vendría por la presentación del documento que Sendín hizo hace pocos meses a Núñez Feijóo, y del que el Colegio de Pontevedra se quejó incluso emitiendo un comunicado. En cualquier caso, el debate de las incompatibilidades es viejo dentro de la organización, y polémico. Solo hay que recordar cómo en 2007 se trató de denigrar en una asamblea al entonces presidente de la Comisión Deontológica Central, Rogelio Altisent, y al presidente de Salamanca, Manuel Gómez Benito, por emitir este órgano un informe (solicitado por el salmantino) que coincidía con las pretensiones que ahora muestra el Ministerio de Economía en el borrador del anteproyecto. Otro foco de la 'rebelión' se localiza en Cataluña. Allí siempre han ido por libre, pero en la última asamblea general de la OMC celebrada el pasado sábado se detectaron movimientos en torno a los colegios catalanes, que especialmente giraban sobre la figura del presidente barcelonés, Miquel Vilardell. Este internista, asesor en el primer gobierno de Artur Mas, es uno de los candidatos en quien han pensado desde el grupo que quiere promover la candidatura alternativa. Parece una posibilidad sólida en cuanto al prestigio profesional de Vilardell, pero inconsistente si se observa el cariz independentista que ha llevado el Colegio de Barcelona, que incluso ha rubricado recientemente un manifiesto de varias organizaciones profesionales a favor de una Cataluña independiente. Y finalmente está Andalucía. Como hemos dicho, el malagueño Sánchez Luque tiene sus filias ‘populares’, y el presidente sevillano Carlos González-Vilardell también tiene un ‘feeling especial’ con Javier Arenas y el Partido Popular, con el que ha colaborado en alguna ocasión para hacer el programa electoral en el apartado sanitario. Varios presidentes andaluces no están de acuerdo con lo que a veces consideran posicionamientos ideológicos que parten de la cúpula de la OMC, de la comisión permanente que lidera Rodríguez Sendín, y pueden ser punta de lanza de un movimiento que trasciende las paredes de la organización médica.
El caldo de cultivo está ahí, y ya está resonando en la sede de la Plaza de las Cortes de Madrid. Posiblemente también ha llegado al propio Rodríguez Sendín, que últimamente (como demostró el lunes en la rueda de prensa de Facme) quiere quitarse de focos que puedan causar distorsión en su imagen de presidente meramente profesional.
El presidente de la OMC ha expresado los representantes socialistas que no es posible abordar las reformas que precisa el SNS en todos sus niveles sin ese consenso, “cada día más necesario e inevitable” y les ha manifestado que “los representantes colegiales exigen, con el debido respeto, un esfuerzo a los responsables políticos para lograr ese gran acuerdo”. En el encuentro, ambas partes han coincidido "en su defensa de la sanidad pública universal, equitativa y de calidad". |