Theresa May y Jean-Claude Juncker,
Poco a poco se va dilucidando el escenario que va a quedar
tras el divorcio entre el Reino Unido y la Unión Europea (UE), un nuevo entorno, el del
Brexit, en el que finalmente y a pesar de las
dudas planteadas en los últimos meses los ciudadanos europeos residentes en estos territorios, sin importar su procedencia,
conservarán sus derechos sanitarios.
Así lo indica el principio de acuerdo al que han llegado
Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, y
Theresa May, primera ministra de Reino Unido, tras una dura noche de negociaciones que ha tenido final feliz. Ambas partes han pactado una primera fase de la desconexión, que ahora tiene que recibir el visto bueno del Consejo de Europa, integrado por los 27 estados miembro, y que incluye los
derechos que conservarán los ciudadanos.
Uno de los principales acuerdos se ha dado en el ámbito sanitario. Gracias a él,
los residentes de países de la Unión Europea en territorios ingleses mantendrán su derecho a la asistencia sanitaria, y viceversa. “Las personas mantendrán todos sus derechos, (…) incluidos los derechos de los trabajadores por cuenta ajena y propia, estudiantes y ciudadanos económicamente inactivos a la seguridad social, a la asistencia social,
al cuidado de la salud, al empleo, al autoempleo y administrar una empresa”.
Theresa May, primera ministra británica, y Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea.
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De esta manera, las personas cuyo Estado competente es el Reino Unido y se encuentran en uno de los 27 estados de la UE en la fecha especificada (y viceversa), cuando se produzca el Brexit (para junio de 2019), “ya sea en una estadía temporal o residente,
continuarán teniendo a acceso al reembolso de la atención médica, mientras dure dicha estadía o residencia”. Esta medida se aplicará tanto en ciudadanos activos como
pensionistas y estudiantes.
“También protegerá la posición de las personas que están llevando a cabo un curso de tratamiento iniciado antes de la fecha especificada para la duración de ese curso de tratamiento, independientemente de su residencia”, precisa el acuerdo.
Causas de acuerdo
La
fumata blanca entre ingleses y europeos ha llegado después de que May
se comprometiera a pagar la factura de la salida a la UE (que costará entre 40.000 y 60.000 millones de euros) y a una '
frontera blanda' entre Irlanda e Irlanda del Norte.
De esta manera, si el Consejo Europeo da el visto bueno al acuerdo, como se prevé que haga la próxima semana, se iniciará la
segunda fase de las negociaciones, en las que se abordarán y cerrar ámbitos más comerciales. Entre las cuestiones a tratar se encontrará el
comercio de medicamentos y productos sanitarios, una cuestión que tiene en vilo tanto a la industria como a los órganos reguladores anglosajones y europeos.
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