Los médicos temen que esta pregunta sea demasiado personal.
Las investigaciones continúan sugeriendo que hay
disparidades de salud significativas entre las
personas LGTBI y la población en general debido al
estigma social y la
discriminación a las que puedan estar expuestas. Teniendo en cuenta esto, ¿deben los médicos preguntar la orientación sexual de los pacientes? Diversos estudios, como el
publicado por investigadores del Imperial College de Londres, concluyen que
sí.
"Los médicos están preocupados de que preguntar la identidad sexual de una persona sea demasiado personal y no se percibe como clínicamente relevante", explica
Liz Margolies, directora ejecutiva de la Red Nacional de Cáncer LGBT (Lesbiana Gay Bisexual Transgénero), que lleva a cabo sesiones de capacitación sobre competencia cultura para los médicos, a Medscape. "Tienen miedo de preguntar porque piensan que será demasiado intrusivo" Pero aquí el 'quid' de la cuestión. "
Queremos que nos pregunten", asegura.
Los médicos creen que los pacientes no van a responder
Pero incluso cuando las organizaciones políticas y los defensores de la atención médica enfatizan la importancia de preguntarles a los pacientes sobre su sexualidad, los médicos de primera línea se resisten a hacerlo. Sobre todo, por temor a que la pregunta sea
demasiado personal.
El 78% de los médicos y enfermeras de urgencias creen que sus pacientes no les van a responder sobre la orientación e identidad sexual
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En un estudio de 2017
publicado en
JAMA Internal Medicine, el 78 por ciento de los médicos y enfermeras de Urgencias encuestados dijeron que no creían que los pacientes respondieran preguntas sobre su orientación e identidad sexual y que se negarían a proporcionar dicha información cuando se les preguntara en este contexto.
Incluso los clínicos que tienen un interés especial en la medicina sexual pueden dudar si abordar el tema. Según una investigación de Johns Hopkins, en una encuesta reciente de
92 profesionales de la salud, todos ellos miembros de la Sociedad de Medicina Sexual de América del Norte, solo la mitad afirmó que rutinariamente preguntaban directamente a los pacientes sobre su orientación sexual. Además, más del 40 por ciento de los que no preguntan consideran que
la orientación sexual es irrelevante para el cuidado de los pacientes.
"Me sorprendió", asegura
Amin Herati, urólogo del Hospital Johns Hopkins en Baltimore, Maryland y uno de los autores del estudio. Herati señala que los
hombres que tienen sexo con hombres tienen un
mayor riesgo de contraer
hepatitis, VPH y cáncer anal y requieren un tratamiento diferente para la
disfunción eréctil que los hombres que tienen relaciones sexuales exclusivamente con mujeres. "Fue impresionante ver cuántos miembros de la comunidad pensaron que era irrelevante preguntar y cuántos simplemente contaban con que el paciente divulgara esa información".
Los pacientes no tienen tantos reparos
Irónicamente, mientras que los médicos pueden dudar en preguntarles a los pacientes sobre su sexualidad, los pacientes no parecen tener reparos en responderlos.
La mitad de los pacientes encuestados en el estudio de JAMA dijeron que proporcionarían información sobre orientación sexual siempre y cuando estuviera documentada de la misma manera que otras preguntas demográficas. Menos del 11 por ciento de los pacientes dijeron que se ofenderían si dicha información se recopilara de forma rutinaria en el departamento de emergencias, y solo un 10 por ciento dijo que se negaría a proporcionar la información.
Algunos pacientes aseguraron a los investigadores que era tan fundamental para los médicos conocer su identidad sexual como lo era para ellos saber su
dieta y sus
hábitos de ejercicio.
Ser consciente de las suposiciones heterosexuales sobre los pacientes
Los defensores dicen que preguntar por la orientación y la identidad sexual puede parecer incómodo al principio, pero podría
evitar que los médicos hagan suposiciones heterosexuales que pueden
dañar la relación médico-paciente.
Las suposiciones heterosexuales pueden dañar la relación médico-paciente
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Jay Schuur, vicepresidente de asuntos clínicos del departamento de medicina de emergencia del Hospital Brigham and Women's en Boston, Massachusetts, y uno de los autores del estudio JAMA, cuenta la historia de una vez que trató a una mujer embarazada que había sido llevada a Urgencias por un hombre y una mujer. Schuur se dirigió erróneamente al hombre como si fuera el marido del paciente. Pero no. Era ella su esposa. El encuentro subrayó para él lo fácil que es en un entorno clínico ocupado hacer suposiciones taquigráficas y socialmente arraigadas sobre los pacientes. "Me reforzó la importancia de formular sistemáticamente la pregunta de todos los pacientes", dice.
"Corregir a alguien es
difícil para un paciente", dice Margolies, recordando un incidente en el que un ginecólogo le preguntó si era s
exualmente activa e hizo un seguimiento inmediato preguntando qué tipo de anticonceptivo usaba. "Cuando tuve que decir '
soy gay', me sentí expuesta", dice. "Tenga en cuenta que los pacientes ya están expuestos cuando vamos a ver al médico. Estamos sentados allí con una bata de papel y somos vulnerables".
Frente a ese escenario,
muchos pacientes LGBT se abstienen de corregir al médico, explica, y eso puede tener
graves consecuencias. "Si las personas no pueden someterse a un tratamiento completo, van a mentir o se van a ir". Para evitar este escenario, propone publicaciones públicas de una
política de no discriminación con los pacientes o crear un ambiente acogedor que incluya acceso a un baño común para todos los géneros. Los defensores destacan que tanto los médicos y otros trabajadores de la salud deben mejorar sus competencias culturales, dicen los defensores.
Porque los médicos tratan a personas diferentes a ellos todo el tiempo. Por eso, consideran que debe desarrollar los mismos tipos de competencias culturales para tratar a los pacientes LGBT con eficacia y respeto, lo mismo que se hace con las personas de diferentes razas, religiones y nacionalidades.
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