David Leiva Pedraza, radiólogo abdominal en el Hospital de Bellvitge.
Los
métodos diagnósticos radiológicos son esenciales para seleccionar la mejor actitud terapéutica ajustada a cada paciente en el
cáncer colorrectal, según ponen de manifiesto especialistas de la Sociedad Española de Radiología Médica (Seram), como
David Leiva Pedraza, radiólogo abdominal en el Hospital de Bellvitge en el Día Mundial contra el Cáncer colorectal (CCR).
Tratar a cada paciente de la forma más específica es esencial para conseguir los mejores resultados, y es donde la
Radiología juega un papel muy importante. Además, también tienen una función más relevante, como es la
detección precoz de lesiones premalignas. “La detección temprana de pólipos adenomatosos plantea una forma de prevenir el desarrollo del CCR o de permitir el tratamiento del
cáncer en su fase inicial” apunta Leiva Pedraza.
Actualmente, el
mejor método para la detección de cáncer de colon es la colonoscopia en pacientes con síntomas, pero es igualmente necesario disponer de pruebas de cribado de la población asintomática para la
detección precoz, como es la detección de sangre oculta en heces. Entre las técnicas de cribado aceptadas, disponemos de una técnica radiológica, la colonoscopia virtual, estando en la actualidad validada para la detección temprana de pólipos y adenomas avanzados, y siendo una prueba bien tolerada por los pacientes, segura, y rentable. “La sensibilidad para detectar el
cáncer de colon es igual de buena en la tomografía computarizada (TC) que en la colonoscopia (96 % y 95 %, respectivamente) y también para la detección de pólipos adenomatosos ≥10 mm (TC vs. OC, 94 % vs. 98 %)” explica Leiva Pedraza.
Proceso oncológico
“Los avances tecnológicos hacen que se disponga de imágenes de
alta calidad con dosis de radiación mucho más reducidas. Esto, junto con aumento de la disponibilidad de estas pruebas podrían hacer que se introdujera como un método de cribado poblacional adecuado. Hoy en día, la colonoscopia virtual se emplea como método diagnóstico para pacientes en los que la colonoscopia no es posible o ha sido incompleta permitiendo el análisis de la totalidad del colon”, comenta el Leiva Pedraza.
La
Radiología está presente en la práctica totalidad de las etapas del
proceso oncológico. La detección es la primera etapa. Una vez detectado, la estadificación correcta, lo más individualizada posible, es esencial para seleccionar el mejor tratamiento para el paciente.
Leiva Pedraza expone que “por ejemplo, la selección correcta de pacientes con neoplasias de recto hace que, en casos indicados, con una excelente respuesta a los tratamientos de quimio y radioterapia, pueda preservarse el órgano, sin realizar cirugía. Pero esto requiere una precisa evaluación para asegurar que no queda tumor activo, y en esta decisión la resonancia magnética (RM) rectal tiene un papel clave, así como en el seguimiento de estos pacientes”.
Además de en diagnóstico, no podemos olvidarnos del tratamiento. Los radiólogos disponen de herramientas terapéuticas y métodos percutáneos de ablación de lesiones hepáticas y óseas guiadas por imagen está ya ampliamente consolidadas como terapias eficaces y seguras.
La valoración de los
cambios tumorales en las pruebas radiológicas de control permiten conocer si los tratamientos realmente son eficaces, ya que los tratamientos quimiterápicos no están excentos de efectos secundarios. Conocer lo antes posible la eficacia del tratamiento hará posible el cambio de tratamiento disminuyendo los efectos indeseados de tratamientos menos eficaces.
Imágenes médicas
La práctica tradicional de la radiología implica la evaluación de imágenes médicas únicamente como imágenes para su
interpretación visual subjetiva, pero recientemente se está desarrolando con rapidez el estudio de datos radiómicos. Las imágenes médicas contienen información que refleja la biología subyacente, y la heterogeneidad de la imagen se considera actualmente un posible biomarcador. Por lo tanto, en radiómica y radiogenómica, se utilizan técnicas computacionales avanzadas para extraer y analizar innumerables descriptores cuantitativos de la heterogeneidad y el fenotipo tumoral (por ejemplo, forma, intensidad, textura) a partir de imágenes radiológicas y correlacionarlos con informes clínicos, resultados de pruebas de laboratorio y patrones de expresión génica o datos proteómicos.
“Se está produciendo un cambio en el paradigma de la Radiología, desde el enfoque tradicional de tratar las imágenes médicas como si fueran imágenes a uno nuevo: correlacionar las características de la imagen con datos genéticos, histológicos, clínicos, pronósticos y/o predictivos. La
radiología del CCR está evolucionando desde las técnicas de imagen anatómica pura a las técnicas de imagen cuantitativa, funcional y molecular, el análisis de la heterogeneidad tumoral basado en imágenes y el desarrollo de la radiómica y la radiogenómica”, anota Leiva Pedraza.
“El conocimiento preciso tanto de la enfermedad como de las características y cualidades de las pruebas radiológicas hace que la especialización radiológica y la plena integración en los equipos multidisciplinares sea esencial para maximizar el beneficio a los pacientes”, aclara Leiva Pedraza.
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