Teresa Presa, es miembro de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM).
Las
vacunas contra el Covid-19 han permitido un rápido avance en la lucha contra el virus, pero también han traído consigo algunos efectos secundarios como el
aumento de tamaño de los ganglios axilares. Un resultado que puede contribuir a una
interpretación errónea de la mamografía de cribado que se realiza a todas las mujeres entre los 50 y 69 años y que, por ende, puede influir en el número de rellamadas y falsos positivos. Por ello, y para evitar esta situación, un comité de expertos formado por
radiólogos de mama fijaron un protocolo de actuación, gracias al cual confirman que "los ganglios que aparecen tras la vacuna covid no lastran al cribado de
cáncer de mama".
Estas son las palabras que
Teresa Presa, miembro de la Sociedad Española de Radiología Médica (
SERAM) y radióloga de mama en el Hospital Universitario Ramón y Cajal, comparte con
Redacción Médica. Según la especialista, "tras la vacuna covid, los ganglios axilares sí pueden aumentar de tamaño, pero esto no influye en la
calidad del programa de cribado de cáncer de mama".
Una conclusión que obtiene gracias al
protocolo del comité de expertos sobre este tipo de cribado y que consiste en las siguientes fases: "En primer lugar,
no retrasar la mamografía de cribado porque si se hacía se podía demorar un diagnóstico de cáncer de mama; en segundo, el técnico de imagen tiene que apuntar en cada mamografía si la paciente se ha vacunado en las seis semanas anteriores; en tercer lugar, anotar el lado en el que se ha inoculado la dosis y, finalmente, señalar el tipo de vacuna que se ha administrado".
"El protocolo de actuación del comité de expertos no retrasa la mamografía del cribado, que es el principal objetivo del mismo"
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Para probar la efectividad de este protocolo, Presa ha realizado una investigación, junto a sus compañeros radiólogos de mama
Irene Vicente y
Miguel Chiva, que demuestra cómo gracias a este proceso "el número de rellamadas no aumenta y, en consecuencia, la ansiedad que estas provocan en las mujeres se disminuye".
En este sentido, tal y como detalla Presa, "el estudio sobre el '
Impacto de la vacunación frente al SARS-CoV-2 en una unidad de cribado de cáncer de mama', publicado en la
Revista de la SERAM, concluye que este protocolo no retrasa la
mamografía del cribado, que es el principal objetivo del mismo".
¿Cómo actuar si aparece un ganglio axilar tras la vacuna covid?
Para Presa lo "más importante es realizar la mamografía de cribado", por lo que aconseja a todas las mujeres que "
no se asusten si se acaban de poner alguna dosis de la vacuna contra el Covid-19". Al fin y al cabo, "lo primordial es que estas se hagan la mamografía para diagnosticar precozmente el
cáncer de mama y que mejore mucho el pronóstico".
En cuanto a
cómo debería actuar una mujer tras ponerse una vacuna covid y notarse un bulto en la axila, la radióloga insta a "tranquilizarse y esperar, no hay que hacer nada porque es un efecto secundario que ya se ha descrito, que es frecuente y que a las tres o cuatro semenas desaparece, aproximadamente".
"Lo ideal es que la mujer acuda a su médico para que comience el proceso del cribado de cáncer de mama, ya que el 'target' principal son las mujeres asintomáticas"
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Sin embargo, si ese bulto sigue estando presente a partir de las cuatro semanas, "lo ideal es que la mujer acuda al médico de cabecera para que comience el proceso del cribado de cáncer de mama, ya que el 'target' principal de esta técnica son las mujeres asintomáticas".
¿Por qué no se ven los ganglios axilares en las mamografías?
En muchas ocasiones, los
radiólogos no son capaces de ver los ganglios axilares en las mamografías y esto tiene un por qué. Según apunta Presa, los especialistas tienen dos teorías: por un lado, "que aumentan los ganglios axilares un poco más alto, es decir, hay varios niveles en la axila y el que se incluye en la
mamografía es el nivel más bajo que sería el nivel afectado cuando una paciente tiene un
cáncer de mama. Sin embargo, los niveles más altos no se incluyen en la mamografía por cuestiones técnicas".
Y, por otro lado, "hay otra teoría que se basa en que, en ocasiones, los
ganglios sí aumentan de tamaño pero los radiólogos sí son capaces de diferenciarlos al palparlos. Esto quiere decir que no es lo mismo un ganglio axilar inflamado por una infección o por la vacuna que uno con metástasis o cáncer, ya que son ligeramente diferentes. En el primer caso, el ganglio mantiene su forma normal aunque crece y, en el segundo caso, la forma se pierde completamente", explica Presa.
Un diagnóstico que, a veces, "es sencillo, pero otras no resulta tan fácil". Y, por esta razón, "llevar a cabo este
programa de actuación es tan necesario, cumpliendo así con su doble finalidad:
detectar cáncer de mama cuando son muy pequeños y no hacer muchas pruebas complementarias a la mamografía", concluye Presa.
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