Más de 100 millones de niños y adolescentes están diagnosticados con TDAH.
Un nuevo estudio publicado por la
Sociedad Psicosomática Americana y desarrollado con el apoyo del
Instituto Canadiense de Investigación en Salud y el
Alberta Innovates revela que los niños de entre 10 y 11 años que llevan una
vida saludable tienen un 18 por ciento
menos de probabilidades de padecer un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) a los 14 años.
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La mala calidad de la dieta, la inactividad física, los malos hábitos de sueño y los comportamientos sedentarios son algunos de los factores de riesgos señalados por esta investigación. Esta es uno de los primeros estudios en esta línea, que se ha realizado con
una muestra de 3.436 jóvenes en el estado de Nueva Escocia, en Canadá.
“Las evidencias demuestran que existe una asociación entre el estilo de vida y la salud física. Ahora parece que
estas mismas recomendaciones también protegen a los niños de desarrollar TDAH”, sostiene el investigador principal
Paul Veugelers a
Medscape, quien asegura que hasta la fecha, “ningún otro estudio ha considerado realmente todos estos factores de estilo de vida simultáneamente -alimentación, deporte, sedentarismo…-.
El TDAH afecta a más de 100 millones de niños en el mundo
La incidencia de TDAH entre los niños y jóvenes de América del Norte sigue siendo alta, con más de 6 millones de niños en los Estados Unidos.
Afecta aproximadamente a 1 de cada 8 niños y 1 de cada 18 niñas. En el mundo, se calcula que
más de 100 millones de niños y adolescentes están diagnosticados.
Si bien los medicamentos estimulantes han demostrado ser un tratamiento útil, los investigadores señalan que ha habido poca investigación sobre posibles
estrategias preventivas, como es esta en cuestión, que apunta a modos de vida saludables.
El TDAH afecta aproximadamente a 1 de cada 8 niños y 1 de cada 18 niñas
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"Mi interés en la investigación siempre ha sido
cómo los estilos de vida de los niños afectan la salud", señala Veugelers. "Al principio solo consideraba la salud física, pero en los últimos años se hizo evidente que el estilo de vida también afecta la salud mental” indica. “Así que originalmente no tenía la intención de mirar el TDAH, pero debido a las asociaciones que seguían surgiendo, decidí que esto necesita más investigación", explica.
Los niños participantes en el estudio y sus padres proporcionaron datos sobre el cumplimiento de nueve recomendaciones de estilo de vida saludable que incluían
dieta, actividad física, sueño o tiempo frente a la pantalla. Todos ellos son indicadores que, según la evidencia científica, han demostrado sus efectos beneficiosos sobre la salud. Además, los progenitores también proporcionaron información sobre
ingresos familiares, educación y lugar de residencia.
Asimismo, el número de visitas al médico para el TDAH hasta la edad de 14 años se examinaron utilizando el riesgo proporcional de Cox y la regresión binomial negativa.
El estudio apunta a la vida saludable como mecanismo de prevención
En una era en la que el TDAH generalmente se aborda con productos farmacéuticos, el estudio ofrece a los padres un mayor impulso para promover elecciones de estilo de vida saludables para sus hijos, insisten los investigadores.
"Si le preguntas a la persona promedio por qué quiere que sus hijos lleven un estilo de vida saludable, probablemente dirán que es porque es por su salud física. Ahora también sabemos que esto será beneficioso para la salud mental, y específicamente con respeto para la prevención del TDAH", apunta Veugelers.
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