La medicación es una manera de ayudar a pacientes con depresión y ansiedad, pero no la única que se puede utilizar

 Vicente Gasull, Guillermo Lahera y Antonio Torres
Vicente Gasull, Guillermo Lahera y Antonio Torres.


21 dic. 2022 17:30H
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POR DESIREÉ POZO
Los pacientes con ansiedad y depresión pueden ser tratados desde Atención Primaria, ya que estos son los primeros médicos a los que consultan cuando comienzan a presentar síntomas. Por tanto, son las personas más indicadas para atender los casos más leves y moderados; y así dejar los casos graves para Psiquiatría. Una de las maneras de ayudarles es mediante medicación; sin embargo, hay otras opciones para aliviar a estas personas desde la consulta del médico de Familia.

La ansiedad es uno de los trastornos mentales más comúnes. De hecho, el 8,06 por ciento de las mujeres y el 3,5 por ciento de los hombres sufrían ansiedad crónica en 2020, según datos del Ministerio de Sanidad. Este mismo año, había en España 2,1 millones de personas con depresión, de los cuales 230.000 eran casos graves, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Este trastorno del ánimo afecta "al doble de mujeres que de hombres", indica el informe.

Estos datos nos indican que diagnosticar a quienes padecen ansiedad y depresión desde AP es fundamental, también mientras esperan la primera visita al especialista de Psiquiatría. Pero ¿qué pueden hacer los médicos de AP por sus pacientes con ansiedad y depresión?


Tratamiento de la depresión en AP


No todos los pacientes con depresión son derivados a Psiquiatría. Lo normal es que los pacientes leves o moderados sean atendidos en la consulta de Atención Primaria. Sin embargo, aquellos que son derivados al especialista pueden tardar entre 2 y 6 meses en tener su primera consulta, “lo cual es muchísimo para alguien que está sufriendo”, tal y como explica a Redacción Médica Guillermo Lahera Forteza, jefe de Psiquiatría en el Hospital Universitario Príncipe de Asturias (Alcalá de Henares) y secretario de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM). “Las derivaciones preferentes se acortan un poco, pero deben reservarse para trastornos mentales graves”, añade.

Y mientras llega la cita, ¿qué pasa con estos pacientes? El tratamiento que se les puede dar desde AP, más allá de recetar fármacos, es el mismo que a los pacientes con cuadros leves y moderados, aunque para poder hacer bien su trabajo los médicos de Familia deberían, entre otras cosas, disponer de más tiempo por paciente


Tiempo y psicoterapia


“Si pudiéramos hacer nuestro trabajo en AP, muchos casos no llegarían a necesitar ir al psiquiatra”, afirma Antonio Torres, médico de Familia y coordinador de Salud Mental de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). “Lo primero que necesita Atención Primaria es tiempo para que el médico de Familia haga terapia con estos pacientes”, explica.


"Si pudiéramos hacer nuestro trabajo en Atención Primaria, muchos casos no necesitarían ir al psiquiatra"



“La asistencia a estos pacientes en AP es difícil actualmente”, comenta Vicente Gasull, médico de Familia y coordinador del grupo de Salud Mental de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen). No obstante, lo que se suele hacer es “tratamiento psicoterapia, terapia cognitivo-conceptual, técnicas de relajación…”, enumera.

También hay que tener en cuenta dos cosas, señala Gasull. Por un lado, la falta de tiempo, ya que “diez minutos no son suficientes para la psicoterapia” y, por otro, que “generalmente, el médico de Atención Primaria no ha recibido formación específica”. Y lo que se “intenta” es “ayudar al paciente, tranquilizarlo”. Sin embargo, la falta de tiempo complica el seguimiento de estos pacientes, según señala este médico. Así que para que la psicoterapia pueda mejorar el estado del paciente algunos médicos optan por hacer más frecuentes las sesiones, pero siempre dentro de sus posibilidades.


Relación médico-paciente


Lahera señala que la escucha activa por parte de los médicos de Familia “sería de enorme ayuda para estos pacientes”. “No consiste sólo en escuchar y dejar hablar, sino en tener una pausada actitud de consideración, respeto y empatía hacia el paciente, tratando de comprender el significado de su experiencia”, explica el psiquiatra. 

De hecho, los tres coinciden en que cuando el médico se muestra interesado por el malestar psicológico de los pacientes eso ya supone un gran alivio para ellos. “Con que sientan que pueden expresar sus sentimientos en consulta ya se hace mucho”, señala Torres.

Por su parte, Gasull explica que “si te ganas la confianza del paciente, te pones en su lugar, es mucho más fácil que el paciente tolere y acepte tus indicaciones”. Además, si llega a necesitar tratamiento farmacológico, es muy importante “explicar por qué, qué va a tomar y que las benzodiacepinas son para tiempo corto”, añade.


Falta de formación


Torres y Gasull, además, señalan que los médicos de Atención Primaria no están formados, entre otras cosas para hacer psicoterapia (más allá de usar la empatía con sus pacientes) y que también sería necesario. Otra opción, si tuvieran tiempo, podría ser hacer psicoeducación desde la consulta de AP, “al igual que se hace con la nutrición en pacientes diabéticos”, comenta Torres. En esto también es fundamental la relación con el paciente e, incluso, con su entorno social: "También les podemos enseñar cómo tratar con el paciente".

Por su parte, Lahera señala una serie de técnicas básicas de psicoterapia que se podrían aplicar desde Atención Primaria y que ayudaría a los pacientes con depresiones leves y moderadas a mejorar: “Desde pautas de resolución de problemas, intervenciones cognitivo-conductuales, psicoeducativas o entrenamiento en Mindfulness”.

"Para el sistema sería muy rentable formar a los profesionales en técnicas básicas de psicoterapia, reduciría el abuso de psicofármacos y la masiva derivación a Salud Mental"


“Son intervenciones que han demostrado eficacia y que no requieren una formación desorbitada. Para el sistema sería muy rentable formar a los profesionales en estas técnicas básicas, reduciría el abuso de psicofármacos y la masiva derivación a Salud Mental”, afirma el psiquiatra.

Por otro lado, Atención Primaria también se puede encargar de derribar ciertos mitos alrededor de la depresión y la ansiedad en todos los pacientes. En muchas ocasiones, atendiendo a pacientes con trastornos depresivos leves y moderados, Lahera se encuentra con que todavía hay "mitos e ideas erróneas sobre el trastorno o el tratamiento". " Lo ideal sería poder corregirlos desde AP, pero en las condiciones actuales los compañeros hacen más de lo que pueden", afirma el psiquiatra. Entre las ideas erróneas más frecuentes está, por ejemplo, "creer que los antidepresivos generan dependencia, que tener depresión es signo de debilidad o que ir al psiquiatra equivale a estar loco", ilustra.

¿Cómo tratar la ansiedad en Atención Primaria?


Los pacientes con ansiedad, excepto que sea muy grave, no suelen ser derivados a Psiquiatría. "Si es trastorno de estrés postraumático (TEPT) o fobias, sí. Pero si es un trastorno de ansiedad generalizada, salvo un caso grave, no se deriva", señala Gasull.

El tratamiento es igual que el de la depresión, sobre todo psicoterapia breve y técnicas de relajación. También se les puede derivar a grupos de apoyo que se están haciendo en algunos centros de salud. Como estos pacientes no tienen oportunidad de ser derivados a Psiquiatría, todavía es más importante que los médicos de AP puedan atenderles.


Diagnóstico temprano


Los encargados de hacer los diagnósticos de ansiedad y depresión, por lo general, son los médicos de Familia. Por lo que es fundamental que estén atentos a los posibles síntomas de sus pacientes e indagen más en su historia clínica si creen que podrían estar ante uno de estos trastornos, ya que "la respuesta es mayor al principio", comenta Lahera.

"Es fundamental hacer un diagnóstico diferencial de la ansiedad/depresión de las reacciones emocionales negativas a acontecimientos adversos. La frustración, malestar psicológico, decepción... por aquellos elementos de la vida que consideramos injustos o adversos no son, estrictamente, trastornos mentales. No todos tenemos trastornos ni todos necesitamos terapia", explica. "Es mejor canalizar este malestar de manera constructiva, compartir la experiencia con nuestro entorno social, crear lazos que aumenten nuestra resiliencia ante la adversidad. Y esto unirlo a identificar a los pacientes que realmente tienen un trastorno de ansiedad o una depresión mayor, que sí requieren un tratamiento", indica.

En definitiva, tiempo, formación, psicoeducación y la buena relación médico-paciente son algunas de las claves para la atención de las personas con ansiedad y depresión desde Atención Primaria.
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