La directora de Emakunde, Izaskun Landaida, y las autoras del estudio Margarita Sáenz Herrero y María Recio Barbero.
El tratamiento psiquiátrico de los problemas mentales por parte del Sistema Nacional de Salud (SNS) tiene una brecha de género. Así lo asegura un estudio encargado por el Instituto Vasco de la Mujer-Emakunde que ha revelado una
mayor prescripción de antidepresivos a las mujeres frente a los hombres, junto con una
menor realización de pruebas diagnósticas.
Según el estudio '
Análisis de la asistencia de Urgencias de Psiquiatría y Salud Mental desde una perspectiva de género: Trienio 2017-2019', que ha sido llevado a cabo por Margarita Sáenz Herrero, doctora en Medicina por la Universidad Complutense de Madrid y facultativa en el Hospital de Cruces, y María Recio Barbero, especialista en Neuropsicología e investigadora del Instituto de Investigación Sanitaria Biocruces, hay determinados trastornos mentales donde a las mujeres se les llega a prescribir un 80 por ciento más de fármacos que a los hombres.
“En los casos de
adiciones a las mujeres se les prescribe
un 80 por ciento más de fármacos antidepresivos, lo que puede hacer pensar que se las trate de pacientes con depresión y no con un problema de adicción”, resaltan las investigadoras.
En cuanto al diagnóstico de
trastorno de personalidad se remite el mismo patrón. “Se diagnostica con una mayor frecuencia a las mujeres y hay también una tendencia a pautarles más antidepresivos, lo que confirma que ante un mismo grupo diagnóstico se evalúa y actúa de manera diferente en función del sexo", señalan en el estudio.
En el estudio también se analiza la prescripción de fármacos para el Trastorno Mental Común (TMC) y Trastorno Mental Grave (TMG). “Podemos decir que a las mujeres con diagnóstico de TMG se les prescribe en términos globales en un
17 por ciento más antidepresivos que a los hombres. Más aún, estas diferencias se siguen observando al ajustar el efecto según la edad y nivel socioeconómico, donde a las mujeres se les prescribe en mayor probabilidad fármacos antidepresivos (RP=1.393)”, señalan en el estudio. Respecto al TMC “no encontraron diferencias significativas”.
¿Menor accesibilidad a pruebas diagnósticas?
Según el estudio, en casos de trastorno por uso de sustancias el perfil es marcadamente masculino, mientras que en los trastornos mentales comunes y los trastornos de personalidad los perfiles son mayoritariamente femeninos. Por otro lado, "la mitad de todas las demandas de atención psiquiátrica y salud mental obedecen a cuadros de trastornos mentales comunes y es el más feminizado, siendo las mujeres hasta el 65 por ciento del total de la muestra".
En este grupo, las mujeres presentan "una
menor probabilidad de que se les solicite una prueba diagnóstica complementaria tanto de imagen como analítica que a los hombres (RP=0.811 [0.717-0.918])”. Una diferenciación de género que, según la investigación,
no se replica en el trastorno mental grave ni en el de personalidad, pero
sí en el trastorno por uso de sustancias. “Al analizar de forma separada la solicitud de pruebas de imagen, a mismo diagnóstico, las mujeres presentan una probabilidad del
32 por ciento menor de que se les solicite una prueba de imagen”, detallan las investigadoras.
Ante estos datos, las autoras concluyen que el estudio que "existen diferencias entre las demandas clínicas de hombres y mujeres y en la atención médica recibida".
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