La dificultad para tragar, entre otras alteraciones neuológicas, da pie a patologías gastrointestinales.
3 feb. 2017 14:40H
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Entre el 60-80 por ciento de los niños con patología neurológica padece disfagia y, si no se detecta a tiempo, ocasiona daños importantes a nivel nutricional, respiratorio y social. Así lo ha manifestado Carmen Mateos, rehabilitadora en el Hospital Fundación Jiménez Día,z durante la celebración de la I Jornada para Familiares de Pacientes Pediátricos con Patología Neurológica.
Pese a que se trata de un aspecto muy frecuente, “suele ser desconocido, por lo que ante la primera sospecha los padres y cuidadores cumplen un papel esencial”, ha advertido Mateos, quien asegura que la detención de la disfagia orofaríngea resulta clave en este colectivo de pacientes.
Según los expertos, los niños con trastornos neurológicos presentan con frecuencia problemas relacionados con la deglución, así como patologías gastrointestinales que, por lo general, pasan desapercibidas.
En este sentido, el especialista Víctor Soto Insuga, neurólogo infantil del citado hospital, ha explicado que “una correcta nutrición en pacientes neurológicos resulta clave porque “los problemas digestivos empeoran mucho los síntomas neurológicos y, por tanto, el avance de estos pacientes”. Por tanto, ha proseguido este experto, “si queremos optimizar el aspecto cognitivo de estos pacientes tenemos que vigilar la nutrición como parte del tratamiento neurológico”.
El componente social que adquiere la alimentación resulta de utilidad a estos pacientes porque, según ha subrayado Miriam Blanco Rodríguez, especialista en Aparato Digestivo y Nutrición Infantil del Hospital Fundación Jiménez Díaz, “la nutrición siempre queda en un segundo plano y es un error porque la comida es una forma de relacionarse con ellos”.
La importancia de la salud de la boca
Durante el acto se abordó la importancia del cuidado bucodental entre estos niños. La especialista Nieves Álvarez Prieto, odontopediatra, ha insistido en que “la boca tiene una gran importancia porque es ahí donde comienza la alimentación”.
Y ha recordado que “en el proceso de masticación intervienen muchos componentes como huesos, músculos, glándulas salivales, ente otros, que normalmente en pacientes con síntomas neurológicos están desordenados”. Por tanto, la solución comienza, según Álvarez, “por una buena higiene de la boca para prevenir caries y gingivitis, incluso en aquellos niños que reciben la alimentación por sonda”.
En una jornada dedicada a padres y cuidadores no podía faltar la visión de la familia. En este sentido, el periodista y escritor Andrés Aberasturi compartió su experiencia como padre de un paciente con patología neurológica. “El niño no va a cambiar, pero su calidad de vida sí”. Y recordó que “el único refugio que nos queda es preguntaros a los médicos preguntas a las que seguramente no tengáis respuestas”.
Por último, Irene Hervías, logopeda del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz impartió un taller texturas y utensilios adaptados en el que enseñó cómo jugar con los sabores y las temperaturas para hacer la comida placentera, ya que “a ellos también les gusta comer”, insistió. El encuentro se completó con una jornada científica por la mañana dirigida a médicos, profesionales, residentes y logopedas.
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