Los especialistas coinciden en la falta de un pacto de Estado por la sanidad que aborde la escasez de profesionales

Jorge Gabiola, Domingo del Cacho, Borja Negrete, Rafael Reig y Diego Ayuso.


16 dic. 2019 18:20H
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POR BORJA NEGRETE Joana Huertas
El sistema sanitario español es uno de los mejores del mundo y lo es en gran parte por sus profesionales. Es por ello que la escasez de profesionales supone una amenaza para la calidad y eficiencia del Sistema Nacional de Salud (SNS). Según datos de la Organización Médica Colegial (OMC), en 10 años se estima que más de 70.000 médicos se van a jubilar. Además, actualmente la media de edad de los médicos está en 49 años y ya hay algunas especialidades con problemas para encontrar profesionales (Neurocirugía, Urología o Anatomía Patológica, por ejemplo). El problema no está solo en de la escasez, sino también de la distribución ya que hay grandes diferencias entre las comunidades autónomas. En cuanto a la falta de enfermeras, el Sindicato de Enfermería (Satse) calcula que hacen falta 131.004 enfermeras más en España para garantizar una atención segura al paciente y 124.000 para llegar a la media de la Unión Europea.

Redacción Médica ha organizado este debate con especialistas de primer nivel para abordar este problema y aportar soluciones. También para afrontar el problema de la incompatibilidad, que impide a los profesionales sanitarios compaginar su trabajo en la sanidad pública y en la privada.

¿Hasta qué punto es un problema la escasez de profesionales sanitarios?

Jorge Gabiola, director de la Comisión de Recursos Humanos de ASPE y gerente del Hospital Fuensanta: Nos encontramos con varias causas para la escasez de profesionales sanitarios. Por un lado, tenemos las clásicas carencias de determinadas especialidades médicas: pediatras, anestesistas, neurocirujanos…

Jorge Gabiola: "Sanidad debería mirar a Educación en colaboración público-privada".

El problema de Enfermería también es bastante preocupante. No solo porque tenemos muchos competidores fuera de España que están reclutando enfermeras formadas por nosotros, sino también por la mayor importancia que cada vez tiene el personal de Enfermería en el sistema público. Además, hay muchas diferencias entre comunidades autónomas, algunas tienen muchísimos problemas para captar profesionales, principalmente por la ubicación geográfica y por el tema de la incompatibilidad, que en vez de usarse como una herramienta de fidelización está sirviendo para lo contrario.

Domingo del Cacho, director gerente del Hospital Severo Ochoa: Hacen falta más médicos y hacen falta más enfermeras. El tema de los médicos ha llegado ya a una absoluta preocupación, especialmente en algunas comunidades autónomas. Por ejemplo, de Medicina de Familia hay una carencia absoluta en Castilla y León. Por no hablar de los pediatras de Atención Primaria que son una especie en peligro de extinción. En los hospitales nos enfrentamos a una imposibilidad de sustitución en Radiología, Traumatología, Cardiología, Neurocirugía… en una serie de especialidades muy importantes.

¿Las causas de esto? Múltiples y variadas. Desde una muy mala planificación de recursos humanos desde hace años, en el que cerraron las puertas con números clausus en las universidades y con el cierre de plazas MIR. Empezando por ahí y siguiendo por una serie de cuestiones como el abuso de la eventualidad en los puestos de trabajo, los perfiles profesionales poco atractivos y barreras de entrada como la Selectividad, con notas altísimas para poder entrar en Medicina. Las 7.000 plazas de MIR no llegan para hacer la cobertura biológica de los que se jubilan. Ya un 20 por ciento de los médicos tiene más de 60 años.

Diego Ayuso, secretario general del Consejo General de Enfermería (CGE): La situación de déficit de enfermeras a nivel nacional es manifiesto, tanto como que el ratio que tenemos de enfermeras en España es de 532 enfermeras por 100.000 y en Europa de 852 enfermeras por 100.000. Harían falta aproximadamente unas 150.000 enfermeras para llegar a la media de la Unión Europea en este momento. Además, son 60.000 las enfermeras que se van a jubilar en los próximos 10 años en nuestro país, y salen aproximadamente 10.000 enfermeros nuevos cada año de las facultades de Enfermería. Por lo tanto, esto no cuadra, ha habido un déficit, una falta de planificación de los recursos humanos necesarios para el Sistema Nacional de Salud.

Por otra parte, hay déficit de enfermeras en el sector privado. Y es que tienen menores salarios y mayor jornada laboral, por lo que las pocas enfermeras que hay eligen el sector sanitario público antes que la sanidad privada. Si vamos a las especialidades de Enfermería este déficit sigue apareciendo, el ratio de matronas por 100.000 mujeres en la media de la Unión Europea es de 69. En España tenemos 31 matronas por 100.000.

Rafael Reig, secretario general de Acción Sindical de Satse: Yo no tengo más remedio que coincidir con la intervención del resto de compañeros de mesa. La cifra de profesionales de Enfermería en España es muy deficitaria, muy por debajo de la media europea. En Satse hemos hecho un estudio detallado sobre la realidad de las plantillas de enfermeras y las necesidades que esto conlleva y entendemos que faltan más de 130.000.

Rafael Reig explica la propuesta legislativa de Satse para exigir un ratio mínimo de enfermeras.

En el sistema público entendemos que faltan sobre 88.000, el resto sería en el ámbito privado. Nosotros tenemos una propuesta para alcanzar estas cifras. Hemos hecho una recogida de firmas para presentar una iniciativa legislativa popular que ya está en el Congreso de los Diputados. No parece que se haya planificado de verdad la necesidad de profesionales. Además, ha habido cierta competencia entre las comunidades autónomas para robarse profesionales. A esto hay que añadir el tema de la temporalidad.

Luego, el tema del envejecimiento de la plantilla, que es muy grave en el caso médico, también es muy importante en el caso de la Enfermería. Tenemos que tener todo esto en cuenta a la hora de valorar cuál es la radiografía que hacemos y sobre todo ver qué soluciones se pueden aportar.

En un informe reciente,"10 temas candentes de la sanidad española en el 2019", se afirma que el déficit de médicos es importante pero no es tal cuando lo comparamos en cifras absolutas, o sea, España está a la cabeza de la Unión Europea en el número de médicos, por población. Otra cuestión, evidentemente, es que faltan determinadas especialidades y hay un problema de distribución, lo que nos llevaría a otro debate. Porque evidentemente cada uno hace su vida en la comunidad donde ha conseguido su plaza o donde quiere hacer su proyecto de vida. Entonces, ¿qué medidas se podrían tomar para hacer que esa plantilla se redistribuyera de una manera progresivamente razonable?

Después de esta mala planificación, ¿qué hacemos ahora? ¿Qué es lo que tenemos que pedirle a nuestros gobernantes?

Gabiola: Da la sensación de que cada comunidad autónoma está haciendo la guerra por su lado e incluso en algunos casos están haciendo competencia desleal unos con otros. Por ejemplo, puede haber casos con el tema de la exclusividad de que haya médicos que no puedan trabajar en un hospital privado por incompatibilidad pero se puedan ir al a la provincia de al lado, con lo cual, estamos poniendo trabas innecesarias.

Hay que tomar una medida común, aprovecharnos de las sinergias, planificar de una manera común y la patata caliente es cómo se puede distribuir a los médicos geográficamente. Porque el problema es que todo el mundo quiere ir a trabajar a Madrid, Barcelona y las grandes capitales.

Del Cacho: En los años 80, más o menos, se licenciaban unos 30.000 médicos cada año. En los años 2000 se licenciaban 4.200 médicos cada año. La carrera o la formación de un médico es a muy largo plazo, seis años de carrera más entre tres y cinco de especialidad. Esto suponiendo que no haya ninguna traba, ningún curso repetido para coger más base, ni ninguna cosa por el estilo que obligue a alargar un poquito más la carrera. Es decir, que un médico se puede plantar a los 30 años recién acabado el MIR y sin tener plaza en el sistema. Esto es un problema importante. En cifras absolutas no faltan médicos en España, pero sí que es verdad que la distribución es muy poco homogénea y muy mala. Todos nos quejamos de que no tenemos para hacer suplencias, sobre todo en verano, pero sí es verdad que lo fundamental es conseguir redistribuir los efectivos de que disponemos a lo largo del territorio nacional.

Hay una predisposición especial por atender en Madrid y en Barcelona que son las grandes ciudades y es donde todo el mundo entiende que está en la cuna del conocimiento. Pero son muchas las razones por las que un médico aspira a más. Desde el sueldo, que es un sueldo muy bajo. Vamos a recordar que un MIR en primero de carrera, después de haber hecho seis años de carrera, cobra poco más de 1.000 o no llega a 1.000 al mes. Un R5 no llega a 1.400  o 1.500 limpios. Y un médico recién acabado pues anda por los 2.000 después de toda esta trayectoria. Se han pedido 23.000 certificados de idoneidad para salir de España buscando trabajo por parte de los médicos. Además la ley de incompatibilidades complica más la historia en algunas comunidades autónomas porque no permite el que puedan trabajar en sanidad pública y privada, cosa que yo no comparto. Entiendo que una vez que has cumplido tu jornada laboral te puedes dedicar el resto del día a lo que más te plazca e incluso a trabajar en otro sitio.

Borja Negrete, periodista de Redacción Médica; Diego Ayuso, secretario general del Consejo General de Enfermería (CGE) y Rafael Reig, secretario general de Acción Sindical del Sindicato de Enfermería (Satse).


En el caso de la Enfermería quería saber también qué medidas creéis más necesarias para poder resolver la situación.

Ayuso: Lo primero es identificar esto como un problema, un problema que tiene el sistema sanitario español, el déficit de profesionales. Hay que sentarse en una mesa para planificar. El problema no lo vamos a resolver de este año para el siguiente pero sí que podemos hacer una planificación a cinco o diez años, con esos escenarios que ya conocemos y cambiar el modelo de gestión de personas. Habría que abordar también temas que sean de desarrollo competencial.

Nuestras enfermeras se están yendo a Europa. Se han ido muchas a Reino Unido, hay aproximadamente 9.000 en este momento allí, pero es que ahora se están yendo a Noruega, es el país destino favorito de las enfermeras españolas por el salario que pagan y por el desarrollo competencial. Debemos ser listos, cuesta mucho formar a una enfermera. Muchas tienen máster, doctorados y especialidades, y después de formarlas se van a trabajar a otros países.

Reig: Hay que mejorar las condiciones de trabajo. Todo el mundo mira la jornada laboral y la retribución. Pero también tenemos que posibilitar el desarrollo competencial y profesional de la enfermera y eso conlleva el acceso a la formación e investigación. Por lo general, una enfermera se forma en su tiempo libre y con su dinero y otras profesiones tienen otra serie de facilidades. El problema que subyace sobre todo es un problema de financiación sanitaria, la mitad del presupuesto sanitario se va en pagar a los profesionales, el 47-48 por ciento. Si mejoráramos los presupuestos sanitarios tendríamos más posibilidades de tener las plantillas que queremos y de diseñar un plan de crecimiento en las categorías que sean necesarias y recuperar a esos profesionales que están fuera de España.

En cuanto a la ratio, nuestra propuesta se inspira en otros sectores del ámbito público como el sector educativo donde sí están establecidos unas ratio. En el ámbito sanitario no hay ratio establecida aunque existe una recomendación del Ministerio que, por supuesto, nadie mira y nadie toma de referencia. En una clase de Primaria, en un colegio, tiene que haber 20 o 25 alumnos y en Secundaria máximo 30. Nosotros entendemos que tiene que haber un tope también del número de pacientes que asume una enfermera en su trabajo diario según el tipo de Unidad. En hospitalización entendemos que la ratio segura es de seis a ocho pacientes por enfermera, en la UCI es dos pacientes por enfermera, y en reanimación por ejemplo tres. Esto es orientativo y son cifras a alcanzar pero es muy importante que se empiece a tomar en consideración. No es para que la enfermera trabaje más cómoda, que desde luego necesita mejorar su sobrecarga laboral, sino que se busca mejorar la seguridad del paciente. Una enfermera sobrecargada con muchos pacientes tiene muchas más posibilidades de cometer errores o de no hacer bien su trabajo.

Algo que habría que tocar para afrontar este problema es la temporalidad, que afecta muchísimo a médicos y enfermeras.

Reig: En el sistema público ahora mismo se está intentando abordar mediante una OPE de estabilización. La realidad es que con los pasos que se están dando creemos que no va a ser suficiente en absoluto. Hay comunidades autónomas que tenían hasta un 60 por ciento de temporalidad, como Canarias, y de media estábamos en el 35-40 por ciento. Pero también quisiera destacar que si de pronto todo el sistema público se ha motivado con el tema de reducir la temporalidad es porque Europa nos ha llamado la atención, que es lo que suele suceder.

Domingo del Cacho: "Los políticos deben ponerse de acuerdo sobre qué sistema sanitario quieren".

Del Cacho: Durante los años de la crisis se incrementó mucho la temporalidad porque no sabíamos muy bien cómo iba a salir aquello, entonces nadie se atrevía a consolidar el gasto definitivamente. Recuerdo que en la Comunidad de Madrid llegamos a hacer contratos hasta de tres meses a médicos eventuales por si a los tres meses había que modificar la plantilla. Esto se ha modificado porque la Unión Europea nos ha llamado la atención diciendo que esa temporalidad no era subjetiva de ser real y a partir de ahí todas las comunidades hemos empezado a hacer OPEs para consolidar el empleo de una manera mucho más estable. Lo que pasa es que este proceso tampoco es excesivamente rápido. Desde que se convoca una OPE hasta que los actores de esa OPE toman posesión de sus plazas pasa mucho tiempo.

Me gustaría echar la vista ahora también al sector privado, ¿cómo está la situación en la sanidad privada?

Gabiola: La sanidad privada viene a padecer de los mismos problemas que tiene la pública. Me parece interesante mirarnos en el espejo de la educación y otra cosa que a mí me sorprende mucho siempre que lo comentamos es lo claro que se tiene la colaboración público-privada en cuanto a la concertada.

Estamos hablando mucho de mejorar condiciones y subir sueldos pero igual es que no hay presupuesto y al final el presupuesto que tenemos es el que hay. Me parece importante cuantificar los recursos de los que dispone el sistema, tanto público como privado. Os pongo un ejemplo claro, una provincia muy cercana a Madrid el político de turno inaugura un PET-TAC para tenerlo prácticamente vacío cuando tiene la posibilidad de concertar el servicio con un hospital a 35 km. Quizá con el coste de este nuevo equipamiento se puede ahorrar y gastarlo contratando a más personal. Hay que pedirles a los políticos el ejercicio de que cuenten con todos los recursos que hay a su disposición y que intenten organizarlo de la manera más eficiente posible.

Del Cacho: Se ha convertido en un tema absolutamente ideológico, sin más. Hay una serie de partidos políticos que entienden que la colaboración público-privada no debe existir, otros que debe existir poco, otros que debe de existir mucho y otros que debe de existir totalmente. A mí me sorprende tremendamente la reversión de Alzira, por ejemplo. Un modelo que hemos exportado a varios países del mundo y que sabemos que funcionaba positivamente y que, simplemente por interés ideológico, se destruyó. No hemos llegado a saber si funciona o no funciona el modelo de PFI o el modelo de PPP, no hemos tenido tiempo de valorarlos. Es decir, sistemáticamente nos dedicamos a crear cosas y destruirlas sin evaluarlas en función del color del partido político que gobierne que en ese momento.

Reig: Estamos de acuerdo en que haya más colaboración público-privada porque es necesario pero teniendo en cuenta que el sistema público tiene que hacerse más eficiente. Hay recursos que no se utilizan convenientemente. Entendemos que no se pueden tener una serie de aparatajes súper tecnológicos en determinados centros que casi no se utilizan. La tecnología es muy cara y se queda obsoleta rápido. El sistema público tiene que utilizar bien el dinero. Ese dinero tiene que gastarse en rentabilizar o sacar el máximo partido a lo que ya existe en el sistema.

Ayuso: Lo que necesitamos es optimizar la gestión de la sanidad en España. He sido director de Enfermería muchos años y en muchos centros, un hospital con modelo Fundación, un hospital con modelo PFI, en un modelo Alzira y también he trabajado en modelo clásico. El cambio de modelo hacia la profesionalización de la gestión es fundamental, y la toma de decisión en política sanitaria debe ser una decisión técnica, igual que la gestión de los recursos humanos. Recuerdo vivir la época de la crisis en su cumbre, 2010-2013, como director de Enfermería de un gran hospital en Madrid. La política y la instrucción eran recorte de plantilla, ajuste, despido de profesionales… 

Diego Ayuso: "La profesionalización de la gestión sanitaria es fundamental".

Entonces, demostramos que realmente podíamos seguir ahorrando costes gestionando bien los materiales. Esa partida a la que llamamos capítulo dos de productos sanitarios y farmacia, podríamos hacerla mucho más rentable. Pedimos que nos dejaran trasvasar recursos al capítulo uno, que es el capítulo de personal. De entrada se nos dijo que no a los gestores, luego ya se permitió. Ahí tenemos que ir. Usted puede dar mejores resultados gestionando mejor la organización y los recursos materiales, pero desde luego la solución a una crisis no es reducir las plantillas, y más viendo encima de la mesa que el déficit de profesionales es tremendo en nuestro país. El gran valor de las organizaciones sanitarias son los profesionales que trabajan en ellas, por lo tanto, reducir plantilla es ir totalmente en contra de la sanidad y la seguridad del paciente.

Otro tema clave relacionado con la escasez de profesionales es la incompatibilidad laboral en el sector. Es decir, ¿supone la ley de incompatibilidades del personal al servicio de las administraciones públicas un obstáculo para combatir la escasez de personal sanitario? ¿Es lícito que en función de la comunidad autónoma, un médico o una enfermera pueda compaginar o no su trabajo en la pública y la privada? Y luego, ¿son injustos los complementos salariales de incompatibilidad?

Gabiola: A mí como contribuyente me gustaría que se premiara al profesional sanitario que es eficiente y cuya calidad asistencial es magnífica. Me gustaría que se premiara eso y no porque a las tres de la tarde se va a casa y no puede trabajar en otro sitio. Es injusto porque crea diferencias entre las diferentes comunidades autónomas. En este entorno de presupuesto ajustado es ideal que en una provincia se le permita a un médico complementar su sueldo, que de por sí no está ajustado al mercado europeo, con un incremento por trabajar en la parte privada.

Del Cacho: La compatibilización a mí me parece perfecta siempre y cuando se mantenga estrictamente la imposibilidad del solape horario, es decir, el horario público es horario público, exclusivamente, y el horario de fuera de lo público es un horario fuera de lo público que uno puede dedicar a ver la televisión, a leer el Quijote, o a dedicarse a trabajar en lo que más le guste o le convenga, incluida la Medicina.

Hay pocos datos sobre esto. Hay un informe del Ministerio que habla de un estudio de la OMC sobre 13.000 médicos a los que preguntaron y parece que el 72,8 por ciento trabaja solo en el sistema público, el 15,9 por ciento en el privado, solamente, y que hay 11,3 por ciento que compatibilizan los dos sistemas. A mí me parece estupendo que el que quiera trabajar en otro turno en otro sitio lo haga. Si coartan esto están coartando no solamente ya la posibilidad de la gente de ganar el dinero que entienda que tiene que ganar, sino también un desarrollo profesional que puede ser complementario en lo público y en lo privado. Los complementos siempre deben ir ligados a un incremento horario o a un incremento de funciones o de responsabilidad. El resto me parece que está fuera de lugar. No tiene sentido pagar a alguien por no trabajar en la privada. Recuerdo el caso de un Ayuntamiento que llegó a hacer un plus de puntualidad a los empleados, es decir, al que llegaba a su hora le daban un plus. ¡Hombre, por Dios! El horario es exigible de pleno, no es para dar un plus.


"Reducir plantilla en centros sanitarios es ir contra la sanidad y la seguridad del paciente"


Gabiola: Una de las grandes causas que puede avalar la incompatibilidad es impedir que un médico desde su lista de espera de cirugías en el hospital público derive a una lista de espera quirúrgica pacientes que debe operar en su hospital. Para mí eso, al igual que la puntualidad, se debe gestionar disciplinariamente, o sea, un médico que deje de hacer su trabajo en la pública para operar a un paciente por detrás en la privada es una falta disciplinaria muy seria.

Reig: Yo quisiera recordar que los empleados públicos tienen una serie de obligaciones y entre ellas es que no haya ningún tipo de conflicto de intereses. Esto no es un capricho, ni la ley de incompatibilidad se hizo porque a alguien se le ocurrió, sino porque la Constitución Española, artículo 103, lo exige. Exige que los empleados públicos tengan dedicación casi plena al servicio público. Evidentemente, no podemos estar de acuerdo en que se pague una cantidad solo por dedicarse al ámbito público, tiene que haber una buena retribución en lo público que le permita competir con el ámbito privado y si el ámbito privado paga más pues competirá en mejores condiciones con lo público y ahí estará la oferta y la demanda que es lo que siempre ha habido.

Pero sí que quería insistir en eso. El Estatuto Marco previó en sus principios el tema de la dedicación prioritaria al servicio público, la transparencia en las actividades privadas que se puedan desarrollar como empleado público, cumplir con el régimen de incompatibilidad es un deber que tenemos cada profesional. Está considerada como falta grave o muy grave romper esa incompatibilidad. En cualquier caso, hace falta una regulación que sea homogénea para el conjunto del Sistema Nacional de Salud. Es una locura lo que está sucediendo en el sistema. Le llamamos Sistema Nacional de Salud pero realmente cada vez lo va pareciendo menos y no es razonable porque el personal es todo estatutario. Sin embargo, por una comunidad se accede desde un modo, en otro sitio accedes con unas condiciones diferentes, tus condiciones laborales son diferentes… no tiene mucho sentido. No digo que sea necesaria una homogenización absoluta, pero creo que debería tenderse a controlar esta dispersión.

Ayuso: Es importante unificar la normativa a nivel nacional. Lo que no es de recibo es que la norma sea diferente por comunidades autónomas. Es como si tuviéramos 17 Sistemas Nacionales de Salud, más el Ingesa... Se están haciendo la competencia, poco leal a veces, y en esta situación de escasez está suponiendo un problema importante para algunas administraciones públicas. Por otro lado, creo que cuando desempeñas una labor en la parte privada que no va contra la labor que realizas en la pública, estás actuando dentro de la normativa. A la Enfermería nos afecta menos pero habría que abrir un poquito la mano, sobre todo en la situación de déficit tan importante que tenemos.

Jorge Gabiola, director de la Comisión de Recursos Humanos de ASPE y gerente del Hospital Fuensanta; Domingo del Cacho, gerente del Hospital Severo Ochoa y Borja Negrete.


Vamos a abordar el último bloque, sobre inestabilidad política, porque al final para abordar los problemas sanitarios hace falta una política fuerte y cohesionada. ¿Hace falta una política de Estado en Sanidad? ¿Es necesario que se pongan todos de acuerdo para seguir una misma línea?

Reig: Totalmente. No es que haga falta una política de Estado, es que va a hacer falta una política de Gobierno porque la amenaza que tenemos ahora sobre nuestras cabezas es que el Ministerio de Sanidad se lo van a dar a una parte de la coalición. Todos estamos a favor de que haya una cierta homogeneidad y un pacto de Estado que aleje del debate político la sanidad. La sanidad no puede estar en el debate político y tampoco puede ser la ‘maría’ de cualquier Gobierno, entre otras cosas porque además ocupa el 70 por ciento del presupuesto de comunidades autónomas y Gobierno. No puede ser que el 40 por ciento del presupuesto de cada comunidad autónoma o más esté sujeto a cambalaches políticos. Una política de Estado es absolutamente necesaria. Y también haría falta que las comunidades autónomas colaboraran un poco en esta materia.

Del Cacho: Cuando entre unas comunidades autónomas a otras hay una diferencia de financiación de hasta 600 euros por habitante en sanidad, significa que algo no funciona bien. Es una inequidad absoluta. Estamos generando españoles de primera y de segunda. Y segundo punto, es imprescindible hacer un pacto por la sanidad. Mientras no se haga la sanidad de España irá cada vez peor. Es verdad que hacemos esfuerzos, que somos un sistema muy eficiente, porque con el dinero que invertimos sacamos unos resultados maravillosos. Esto está cambiando, ahora ya somos el cuarto país de Europa con más niños obesos. La obesidad en España está magnificándose a un extremo tremendo.

Los resultados en salud yo estoy seguro que de aquí a unos años no solo no van a mejorar, sino que seguramente van a empeorar si no ponemos remedio. Y el primer remedio que hay que poner es un pacto por la sanidad. Los partidos tienen que ponerse de acuerdo en qué modelo sanitario quieren. El que ellos digan, a mí me da igual uno que otro, pero el que ellos digan y adelante con él todos a la vez. No se puede hacer política con la sanidad, sino que se tiene que hacer política sanitaria, y esto es lo que no les entra en la cabeza a los partidos porque entienden que hay rentabilidad de votos en la sanidad y se tiran los trastos a la cabeza constantemente. Los hospitales están colapsados, esto no funciona, alguien tiene que poner un poco de cabeza y decir ‘vamos a llegar a un acuerdo’ igual que se hizo con las pensiones, no es tan complicado.

Ayuso: Pactos sanitarios sí, sin duda. Y priorizando los temas que son de interés para todos. Hay que incrementar la parte del producto interior bruto que se dedica a gastos sanitarios para poder mejorar el sistema sanitario actual. Por otro lado, hay que cambiar el modelo sanitario para orientarlo hacia la cronicidad y potenciando la Atención Primaria. A día de hoy seguimos en modelos hospitalocentristas, fundamentalmente de agudos, y la sociedad ha cambiado enormemente. Hay que dar prioridad a la gestión de recursos humanos y a la profesionalización de la gestión.

Gabiola: Al hilo de lo que comentaba Diego Ayuso sobre su experiencia en el hospital en relación a la reducción de gasto, no se entiende que cada comunidad autónoma o cada hospital compre la aspirina de manera independiente, quizás hay que empezar a fomentar las compras especializadas, a reducir el gasto e invertir en tecnología.  Se está haciendo política con la sanidad y es muy peligroso porque llegará un momento en el que no habrá marcha atrás.

Os voy a pedir un último minuto para resumir los contenidos del debate. ¿Qué conclusiones sacáis de esta discusión?

Conclusiones del debate sobre 'Incompatibilidad laboral en sanidad y escasez de profesionales sanitarios'.

Reig: A modo de resumen, es absolutamente necesario que se haga un estudio riguroso de las necesidades de recursos humanos del sistema sanitario español por titulaciones, profesiones, categorías, ámbitos geográficos, sanidad pública y privada. Es necesario tener en cuenta la perspectiva de jubilación que hay por delante. Ese estudio tiene que ser riguroso porque hasta ahora no se ha hecho, yo solo recuerdo el estudio que publicó el Ministerio donde no se atrevía ni siquiera a poner los datos de cada comunidad autónoma donde pudieran compararse. Tal es el temor que se tiene desde el Gobierno. Quiero insistir en la falta de los profesionales de Enfermería, es mi responsabilidad decirlo aquí y los datos además lo avalan. Pero también es necesario mejorar sus condiciones de trabajo, porque eso facilitaría mucho el reclutamiento sobre todo en el ámbito privado. Debe de haber una norma conjunta estatal que no permita variabilidad entre comunidades en el tema de la incompatibilidad.

Ayuso: El déficit de enfermeras y enfermeros en nuestro país ha quedado de manifiesto con los datos que hemos aportado. El valor que tienen las organizaciones sanitarias es el valor de los profesionales que trabajan en ellas. Hay que apostar por ese cambio de modelo en el cual las enfermeras y enfermeros tengamos mayor protagonismo en competencias y mayor visibilidad de cara a la aportación que podemos hacer a la sociedad. Pongan una enfermera en su vida, si la ponen, la sociedad será más feliz.

Del Cacho: Sí al pacto sanitario, sin ninguna duda. Hay que considerar el problema de la falta de profesionales como un problema real que lo tenemos ya sobre la mesa y si no lo abordamos se va a convertir en un problema más difícil de tratar. Hablando de la eficiencia, todavía tenemos margen para ser más eficientes en el SNS, tanto en recursos humanos como en recursos materiales. Y evidentemente, yo sí estoy de acuerdo en la colaboración público-privada.

Gabiola: Es básico definir unas reglas de juego comunes, ver dónde están los problemas y atacar en común. En ASPE hemos montado una mesa de trabajo con diferentes agentes, el Consejo General de Enfermería, la OMC, los sindicatos, etc., con la idea de ver en qué cuestiones podemos estar de acuerdo y empezar a verlas con la Administración. Es básico poder fidelizar y premiar a los profesionales sanitarios que lo están haciendo bien. En base a eso, hemos visto que muchas veces no es necesario recortar del capítulo uno per se y quizá tenemos que ver de qué manera podemos generar recursos para invertir en esta área. Hay que empezar por una gestión eficiente del gasto, ver qué sinergias se pueden crear entre las diferentes comunidades y en qué se puede potenciar la colaboración público-privada. En relación al complemento de incompatibilidad creo que lo lógico sería permitir unas reglas de juego comunes a todas las comunidades de tal manera que no haya competencia entre ellas.

Uno de los momentos del debate sobre escasez de profesionales sanitarios.



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