El portavoz del Grupo Socialista en el Congreso de los Diputados, Patxi López.
El
uso compulsivo del teléfono móvil y la adicción a las redes sociales son dos de los problemas que ha traído la asimilación de las nuevas tecnologías por los más jóvenes. Motivo por el que este martes el Pleno del Congreso de los Diputados debatirá una Proposición No de Ley (PNL) del Grupo Parlamentario Socialista, en la que se aboga por ejercer un mayor control sobre el empleo de los dispositivos digitales en la juventud. Así, la bancada del PSOE apuesta por impulsar una recomendación para que
los menores de 14 años no utilicen teléfono inteligente -con Internet- y
no puedan acceder a redes sociales hasta los 16.
Asimismo, se propone elaborar una normativa que garantice
que los servicios de las redes sociales sean éticos y eviten técnicas de manipulación. En este sentido, se valora fomentar prácticas para desactivar todas las notificaciones o bloquearse la pantalla,
prohibir el deslizamiento sin fin de contenido -scroll- o la reproducción automática de vídeos o juegos. A la vez, el PSOE afirma que sería importante que todas las aplicaciones contaran en su interfaz con
accesos a herramientas sobre desintoxicación digital, con la misión de ayudar a los jóvenes a gestionar el contenido y el tiempo que dedican a dicho espacio.
A la vez, no solo los jóvenes deben
contar con información sobre el uso perjudicial de la tecnología. Los socialistas consideran clave crear programas de formación para familias sobre los riesgos de las redes sociales. Los límites desde el entorno familiar se entrevén claves para atajar un mal que afecta cada vez a más menores de edad.
Problemas de adicción
El informe Social Media and Youth Mental Health 2023 ha revelado que pasar más de tres horas diarias en redes sociales duplica el riesgo de padecer problemas mentales. Precisamente, los nacidos a partir del 2000 -la denominada Generación Z- son los que dedican un mayor tiempo a este tipo de aplicaciones. En concreto, el
85 por ciento emplea cinco horas diarias o más a su utilización.
Esta permanencia casi constante en el espacio digital puede impactar de forma negativa en los jóvenes, pese a que también conlleva beneficios, como una mayor celeridad a la hora de la comunicación o la agilización de tareas. Sin embargo, esta puede
causar baja autoestima o afectar al bienestar de la persona, ya que en muchas ocasiones Internet es usado para ejercer acoso o violencia, lo se traduce en ansiedad, depresión o
suicidio. Por lo tanto, expertos de Psiquiatría considera que el mundo digital -especialmente las redes sociales- son desencadenantes de un alto volumen de problemas de salud mental que se mantienen hasta la fase adulta.
Además, el abuso de pantallas puede
derivar en problemas oculares. La sequedad o la vista cansada son habituales, aunque fijar la mirada en los dispositivos electrónicos puede también
aumentar las posibilidades padecer miopía.
La propuesta socialista al Ejecutivo
no es el primer paso que se da para proteger a los menores de los efectos de la tecnología e Internet. El anteproyecto de ley de protección de los más jóvenes en entornos digitales no permite a los menores de 16 acceder y registrarse en redes sociales y a los que tengan menos de 18 años tampoco entrar en páginas web que utilicen mecanismos aleatorios de recompensa. Además, todas las aplicaciones deberán incluir control parental.
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