José Soto, presidente de Sedisa.
No es el de los
gestores de salud un campo ajeno al fenómeno de la
escasez de profesionales. Todo lo contrario: las principales asociaciones de directivos advierten de que
“no hay banquillo”, y nada hace presagiar que este escenario vaya a dar un vuelco en el corto o medio plazo. De hecho, voces de autoridad del sector reconocen cierto recelo con algunas decisiones recientes del Ministerio de Sanidad, como la relativa a hacer exclusiva la actividad directiva en el ámbito público que se quiere promover
a través del Estatuto Marco.
Es cuestión de matemática básica: “Si los
directivos no pueden compatibilizar, se van a necesitar más profesionales”, resume
José Soto, presidente de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa), quien subraya que este escenario daría lugar, en primera instancia, a dos problemas. El más evidente es que hará más profundo el
agujero de gestores que impera en el Sistema Nacional de Salud (SNS). Pero además, añade el dirigente navarro, se corre el riesgo de tener que reubicar a contrarreloj a trabajadores que aún no cuentan con la
debida experiencia ni capacidad para asumir este rol.
“No digo que no sea legal o que el debate pueda ser más o menos interesante -indica-. Pero, desde luego, no es oportuno en estos momentos”. Incide el presidente del Sedisa en los obstáculos que hay ya para cubrir este tipo de puestos tanto por la responsabilidad que conllevan como por el aspecto retributivo.
Los sueldos, subraya, están más acotados en comparación con otros sectores. “
Cuesta mucho convencer a la gente de que se dedique a la gestión sanitaria, no es fácil”, concluye.
La exclusividad directiva, al Estatuto Marco
El Ministerio de Sanidad incluyó esta medida en su propuesta de
Estatuto Marco del personal estatuario de salud. De salir adelante el proyecto, la exclusividad no solo afectaría a los gestores de los centros sanitarios sino también, como mínimo, a los jefes de Servicio. Por otro lado, los puestos intermedios
“no podrán compatibilizar una segunda actividad o puesto en el sector privado” salvo las excepciones previstas en la Ley 43/1984, de 26 de diciembre (de incompatibilidades del personal al servicio de las administraciones públicas).
“No podrán compatibilizar su trabajo en la sanidad pública con trabajos fuera de ella", resumía el pasado enero la ministra de Sanidad,
Mónica García, que apeló a que “los puestos de responsabilidad dentro del SNS tienen ya suficiente trabajo”, y por lo tanto “tienen que tener una
mirada y una dedicación exclusiva al sistema sanitario".
Falta de interés por la gestión sanitaria
Desde el ámbito directivo hacen hincapié en que este tipo de cargos no despiertan el interés de los jóvenes. “No ven atractivo un perfil de gestión que
no está reconocido social ni económicamente y que muchas veces conlleva estar trabajando 24 horas al día en base a unos criterios que tampoco tenemos muy claramente definidos", destacó
Dulce Ramírez, vicepresidenta primera de Sedisa, en una reciente comparecencia en el Congreso de los Diputados.
En este sentido, denunció que los gestores sanitarios en España se deben sujetar a
"normativas que dificultan el desarrollo de la profesión”, e instó a las administraciones a trabajar para hacerla más accesible a las nuevas generaciones: "Porque realmente es atractiva y necesaria", concluyó.
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