Cuca Gamarra. Fotografía del Partido Popular.
Cuca Gamarra ha sido la voz popular en las más de una decena de comparecencias que el
ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha protagonizado en la
Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados para explicar la gestión del coronavirus Covid-19.
Fue el propio ministro el que agradeció y destacó de ella su espíritu municipalista y la concepción de las medidas cercanas, adquirida tras ser la
primera mujer alcaldesa de Logroño. Ahora, Gamarra, mano derecha de
Pablo Casado en aspectos de políticas sociales desde que en 2018 la nombrara
vicesecretaria general de Política Social del Partido Popular, se une al documento
Lecciones Covid-19, elaborado por
Redacción Médica.
¿Qué aciertos y errores se han cometido durante esta crisis?
Hemos visto a un Gobierno desnortado y desbordado por la crisis. La sucesión de errores ha sido la tónica de una gestión nefasta. El Ejecutivo ha ido siempre por detrás de los acontecimientos, tomando las medidas equivocadas y, lo más grave de todo, mintiendo a la población sobre sus consecuencias.
La falta de previsión marcó el inicio de la crisis, se minimizaron las alertas internacionales y no se hizo acopio de material, lo que tan graves consecuencias ha tenido. Las autoridades españolas marcaron una estrategia errónea basada en un escenario de muy pocos casos, muy localizados y tratados en un solo centro. Es evidente que el sistema de alertas epidemiológicas no funcionó adecuadamente y las decisiones adoptadas por el Gobierno han sido, en demasiadas ocasiones, erráticas y dubitativas.
"Tres meses después del inicio de la pandemia, el 80% de los equipos de protección comprados por el Ministerio no ha llegado"
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Ha fallado la gestión de la compra centralizada y, con ella, la protección a los profesionales, siendo el país del mundo con mayor tasa de sanitarios contagiados y fallecidos. Tres meses después del inicio de la pandemia, más del 80 por ciento de los equipos de protección comprados por el Ministerio aún no ha llegado. Junto a ello, ha fallado el liderazgo, porque el Ministerio no ha sido capaz de alinear todos los recursos que tenemos como país y que se ofrecían a colaborar: laboratorios, universidades, sociedades científicas, colegios profesionales, etc...
Pero, a pesar de los devastadores efectos de esta pandemia, también podemos extraer consecuencias positivas. La entrega, la flexibilidad y la capacidad de adaptación de los profesionales y de las organizaciones ha sido encomiable; la gran sensibilidad y el alto grado de responsabilidad de la población en general; la rápida implementación de la telemedicina y las nuevas tecnologías al servicio de la sanidad; la alienación de toda la sanidad pública y privada bajo una única dirección; la farmacia comunitaria ha innovado y puesto en marcha iniciativas muy positivas que han puesto de relieve su capacidad de abordar nuevos roles.
En definitiva, este Gobierno debe aprender de los errores cometidos y, sobre todo, darse cuenta de que incurrir en ellos de nuevo sería doblemente devastador para el futuro del país. La autocomplacencia debe dejar paso a la autocrítica, la imprevisión a una planificación rigurosa, y la falta de acuerdos a una apuesta por el diálogo y la negociación.
Ante una crisis similar futura, ¿qué medidas deberían adoptarse en cuanto a recursos humanos y materiales en la universidad?
Han de incrementarse los esfuerzos y los recursos destinados a la investigación, el desarrollo y la innovación biomédica como fundamentos para mejorar los resultados en salud, estrechando lazos entre las universidades, centros o asistenciales, industria y organismos públicos de investigación, e impulsando la especialización competitiva desde una mayor convergencia con la Unión Europea.
"Hay que hacer una revolución en biotecnología a través de nuevas terapias moleculares, genéticas y celulares"
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La investigación biomédica y los ensayos representan grandes avances en España, situándonos entre el grupo de países con mejores condiciones para acoger proyectos internacionales de I+D, para lo que es imprescindible implicar a todos los agentes y hacer frente a los grandes retos que este desarrollo plantea: la revolución en biotecnología a través de nuevas terapias moleculares, genéticas y celulares.
Es preciso establecer cuantas medidas puedan incentivar y promover la investigación y desarrollo en nuestro sistema sanitario, a partir de la atracción a esta área estratégica de profesionales cualificados y del objetivo de depender, lo menos posible, de lo que hagan terceros países. España, que dedica actualmente un 1,2% del PIB, al I+D+i, debe aspirar a incrementar este tipo de inversiones hasta el 12%.
Todos estos aspectos los hemos recogido en el pacto Cajal que el Partido Popular ofrece al resto de las fuerzas políticas y a la sociedad española.
¿Qué podría aportar su organización que no haya podido aportar en la crisis actual?
El PP ha mantenido su mano tendida desde el inicio de la pandemia. Ha demostrado ser un partido leal, de Estado y al servicio de los españoles. Hemos trasladado numerosas propuestas al Gobierno para superar tanto la crisis sanitaria como la económica, obteniendo la mayoría de las veces un portazo como respuesta.
Somos un partido que ha demostrado que sabe gestionar, afrontando con éxito dos epidemias y dos recesiones. A Sánchez y su Gobierno no les vendría escuchar a quienes tienen como aval una experiencia más que acreditada.
Tenemos que activar España para devolver la esperanza a los miles españoles que se han perdido su trabajo y proteger a quienes se han visto azotados por esta pandemia.
El futuro está en nuestras manos y debemos ser capaces de ver la luz al final del túnel. El PP siempre estará, como lo ha hecho siempre, al servicio de los españoles y de su país.
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