Bernardo Perea, presidente del Comité Central de Ética del Consejo General de Dentistas.
El
Comité Central de Ética del Consejo General de Dentistas, presidido por Bernardo Perea, ha aprobado por unanimidad una declaración en relación con la actitud que deben tener los dentistas
ante la sospecha de malos tratos.
En la certificación se destaca que intervenir en estos casos
"no es sólo un deber legal, sino un deber ético". De hecho, la obligación de actuar ante una situación de estas características está recogida en múltiples normas legales autonómicas, nacionales, internaciones y en el Código de Ética y Deontología Dental.
Especialmente,
se debe estar alerta en el caso de los pacientes más vulnerables, como las personas mayores, los niños, y los adultos en situaciones delicadas. "En el caso específico de niños y personas de edad avanzada, la falta de cuidados -incluidos los cuidados básicos odontológicos- también tiene la consideración de malos tratos", señala el Consejo General de Dentistas a través de su nota de prensa.
Los signos de maltrato que se pueden apreciar durante la atención dental son casi exclusivamente los que se refieren a la violencia física. Y en este tipo de situaciones es frecuente la repetición de agresiones, lesiones en diferente grado de evolución o repetidas con periodicidad infrecuente. Por ejemplo,
hematomas en distintos grados de resolución, heridas o cicatrices labiales o incluso fracturas dentales repetidas, etc. Estos signos físicos de violencia
"frecuentemente" se acompañan de una actitud retraída, sobre todo, en niños y personas mayores.
Qué debe hacer el dentista ante estos signos de maltrato
Lo primero, según el Consejo, sería
intentar conseguir más información. Para ello, y si fuese posible, se preguntará directamente a la supuesta víctima sobre las circunstancias en las que se produjo la lesión (en el caso de que tuvieran la madurez y capacidad cognitiva suficiente), y plantear estas cuestiones sin la presencia de familiares o cuidadores. También es importante
hacer las preguntas de forma cauta y delicada.
Si no se está lo suficientemente seguro, pero se tiene una sospecha fundada, la actitud más razonable sería
alertar a los Servicios Sociales. Según las diferentes comunidades autónomas, hay servicios de asistencia social en los ayuntamientos (o en las juntas de distrito) y/o en los centros de salud.
Si se está razonablemente seguro de la existencia de malos tratos, entonces se debe denunciar la situación ante la autoridad. Y esta "denuncia" se realiza por escrito mediante un
documento medicolegal denominado parte de lesiones. Este parte de lesiones se puede entregar en el juzgado de guardia o en una comisaría, e implicaría el inicio de indagaciones por parte de la autoridad.
No supone ninguna acusación directa, es únicamente una alerta ante una posible situación delictiva. Probablemente, se pidan aclaraciones sobre algún punto del documento, pero habitualmente se mantiene el anonimato del que alerta de una posible situación de este tipo.
"Lo cómodo y sencillo podría ser ignorar la situación pensando que es un problema ajeno a nuestra práctica profesional y que otros actuarán. Pero esta actuación, además de ilegal,
es profundamente contraria a nuestro compromiso ético como profesionales sanitarios que somos. Debemos pensar que tal vez seamos la única oportunidad que tiene la persona maltratada para salir de su situación, y esto nos obliga a actuar siempre", declara
Óscar Castro, presidente del Consejo General de Dentistas.
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