Imagen de carnes rojas.
Un estudio realizado por la Escuela de Medicina de Harvard y el Instituto de Cáncer Dana-Farber ha evidenciado que la
carne roja provoca mutaciones cancerígenas en el colon y una mayor
mortalidad. Pese a que existen investigaciones preclínicas que avalan este hallazgo, no se había demostrado un
vínculo molecular directo con el progreso del
cáncer colorrectal en este grupo de pacientes.
"Sabemos desde hace algún tiempo que el consumo de
carne procesada y carne roja es un factor de riesgo para el cáncer colorrectal. Lo que faltaba era una demostración de que los cánceres colorrectales de los pacientes tienen un
patrón específico de mutaciones que se pueden atribuir a este tipo de carnes", ha declarado
Mario Giannakis, MD, PhD, profesor asistente de medicina en la Escuela de Medicina de Harvard y médico del Instituto de Cáncer Dana-Farber, en una reciente publicación en en la revista de la Asociación Estadounidense para la Investigación del
Cáncer Cancer Discovery.
A partir de este hallazgo, Giannakis explica que la
identificación de estos cambios moleculares en las células del colon que pueden causar cáncer no solo “respaldaría” el
papel de la carne roja en el desarrollo del cáncer colorrectal, sino que también “proporcionaría” nuevas vías para la
prevención y el tratamiento del mismo.
Para identificar los cambios genéticos asociados con la ingesta de carne roja, Giannakis y su equipo
secuenciaron el ADN de tejidos tumorales normales y colorrectales compatibles de
900 pacientes con cáncer colorrectal que habían participado en uno de los tres estudios de cohorte prospectivos a nivel nacional. Previamente todos los pacientes habían proporcionado
información sobre sus dietas, estilos de vida y otros factores en el transcurso de varios años antes de su diagnóstico de cáncer colorrectal.
"Sabemos desde hace algún tiempo que el consumo de carne procesada y carne roja es un factor de riesgo para el cáncer colorrectal"
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Presencia de formas mutacionales
A partir de esta investigación, se reveló la presencia de varias
firmas mutacionales en el tejido del colon normal y canceroso, incluida una
firma indicativa de alquilación, una forma de
daño del ADN. La firma alquilante se asoció significativamente con la
ingesta previa al diagnóstico de carne roja procesada o sin procesar, pero no con la ingesta previa al diagnóstico de
aves de corral o pescado o con otros factores del estilo de vida.
El consumo de carne roja, en tanto, no se asoció con ninguna de las otras firmas mutacionales identificadas en esta investigación. De acuerdo con estudios previos que vinculaban el consumo de carne roja con la incidencia de cáncer en el colon distal, Giannakis y sus colegas encontraron que el
tejido normal y canceroso del
colon distal tenía un
daño por alquilación significativamente mayor que el tejido del
colon proximal.
Mutaciones cancerígenas en KRAS y PIK3CA
"Estos hallazgos sugieren que el consumo de carne roja puede causar un daño alquilante que conduce a
mutaciones cancerígenas en KRAS y PIK3CA, promoviendo así el desarrollo del cáncer colorrectal. Nuestros datos respaldan aún más la ingesta de carne roja como
factor de riesgo para este tipo de cáncer y también brindan oportunidades para prevenir, detectar y tratar esta enfermedad", ha afirmado el autor de la publicación.
Firma mutacional alquilante como biomarcador
Entre las conclusiones, Giannakis ha explicado que si los médicos pudieran identificar a las personas que están genéticamente predispuestas a acumular daños por alquilación, se les podría recomendar que limiten la ingesta de carne roja como una forma de prevención de precisión. Además, la
firma mutacional alquilante podría usarse como un “
biomarcador” para identificar a los pacientes con mayor riesgo de desarrollar cáncer colorrectal o para detectar el cáncer en una
etapa temprana.
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