Según una nueva investigación publicada por
The BMJ, alrededor de la mitad de los
ensayos clínicos que respaldaron las nuevas
aprobaciones de medicamentos contra el cáncer en Europa entre 2014 y 2016 tenían un alto riesgo de
sesgo, lo que indica que los efectos del tratamiento podrían haber sido exagerados.
Los hallazgos agregan peso a la investigación existente que plantea serias preocupaciones sobre los bajos estándares de evidencia que respaldan los nuevos medicamentos contra el cáncer, y resaltan la necesidad de mejorar el diseño, la realización, el análisis y la notificación de los ensayos de medicamentos contra el cáncer.
Fallos en el diseño
En 2017, más de una cuarta parte (24 de 92) de las aprobaciones de la
Agencia Europea del Medicamento (EMA) fueron para fármacos contra el cáncer, la mayoría de los cuales se basaron en pruebas de ensayos controlados aleatorios, considerados el estándar de oro para evaluar la efectividad del tratamiento.
Sin embargo, los fallos en el diseño, el desarrollo, el análisis o el informe de los ensayos controlados aleatorios
pueden distorsionar las estimaciones del efecto del tratamiento, lo que puede poner en peligro la validez de sus hallazgos.
Riesgo de sesgo
Para evaluar estos defectos con más detalle, un equipo de investigadores internacionales liderado por Huseyin Naci, profesor asistente de Política de Salud en el Departamento de Política de Salud del London School of Economics and Political Science, en Londres, examinó el diseño, el riesgo de sesgo y la notificación de ensayos controlados aleatorios que respaldaron las aprobaciones europeas de medicamentos contra el cáncer entre 2014 y 2016.
Los reguladores identificaron problemas adicionales con 10 de los 32 nuevos medicamentos
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Durante este período,
la EMA aprobó 32 nuevos medicamentos contra el cáncer sobre la base de 54 estudios. De estos, 41 (76 por ciento) fueron ensayos controlados aleatorios; 39 tenían publicaciones disponibles y, por lo tanto, se incluyeron en el estudio.
Solo 10 ensayos (26 por ciento) midieron la supervivencia general como criterio de valoración principal (objetivo primario).
Los 29 ensayos restantes (74 por ciento) evaluaron las medidas indirectas (sustitutivas) del beneficio clínico, que no siempre predicen de manera confiable si un paciente vivirá más o tendrá una mejor calidad de vida.
En general, se consideró que
19 ensayos (49 por ciento) tenían un alto riesgo de sesgo debido a déficits en su diseño, conducta o análisis. Los ensayos que evaluaron la supervivencia general tenían menor riesgo de sesgo que los que evaluaron las medidas sustitutivas del beneficio clínico.
Los reguladores identificaron problemas adicionales con 10 de los 32 nuevos medicamentos (31 por ciento) aprobados durante este período, pero estas preocupaciones rara vez surgieron en la literatura científica.
Complejidad de los ensayos clínicos
Los investigadores señalan varias limitaciones en la investigación. Por ejemplo, no incluyeron informes de estudios clínicos, que contienen información detallada sobre los métodos y resultados de los ensayos, y se centraron solo en ensayos de medicamentos contra el cáncer, por lo que
los resultados pueden no aplicarse a los ensayos en otras áreas terapéuticas.
Además, evaluaron el riesgo de sesgo en lugar del sesgo en sí mismo: sigue siendo una posibilidad que los déficits metodológicos identificados por los autores no conduzcan a resultados sesgados.
También reconocen que algunos de los sesgos pueden ser inevitables debido a la complejidad de los ensayos de cáncer, pero dicen que
sus hallazgos deberían incitar a los encargados de formular políticas, los investigadores y los médicos "a considerar cuidadosamente el riesgo de sesgo en los ensayos fundamentales que respaldan las decisiones reguladoras, y el alcance de qué nuevas terapias contra el cáncer ofrecen un beneficio significativo para los pacientes".
La evidencia inexacta conduce a daños intangibles, lo que fomenta la falsa esperanza y crea una distracción de los cuidados paliativos
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Las publicaciones científicas y los documentos reglamentarios deberían facilitar que los pacientes y los médicos comprendan qué tan bien se realiza un estudio", agregan.
Daños directos e indirectos
En un editorial vinculado al estudio, investigadores con sede en Australia argumentan que la incertidumbre y la exageración de la evidencia que respalda la aprobación de los medicamentos contra el cáncer "
causa daño directo si los pacientes corren el riesgo de efectos adversos graves o fatales sin un beneficio probable, o si renuncian a tratamientos más efectivos y seguros".
La evidencia inexacta también conduce a daños intangibles, lo que fomenta la falsa esperanza y crea una distracción de los cuidados paliativos necesarios, agregan.
Este estudio muestra que
la evidencia del ensayo por sí sola no es suficiente, escriben. La evaluación de la calidad de esa evidencia también es necesaria para garantizar que estos ensayos estimen con precisión los efectos del tratamiento.
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