Bruno Sangro, coordinador del Área de Oncología Hepatobiliopancreática de la Clínica Universidad de Navarra.
El abordaje del
cáncer de hígado ha sufrido un
cambio drástico en los últimos años con la aparición de
ensayos clínicos que mejoran notablemente la
supervivencia global de los pacientes gracias a la
inmunoterapia. En el Congreso de la
Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO), celebrado en París, se han presentado
nuevas combinaciones de fármacos que están cambiando la perspectiva a la hora de abordar este tipo de cáncer. Pese a los avances logrados por la ciencia en esta enfermedad,
España sigue generando enormes
barreras para que todos los hospitales puedan ofrecer tratamientos ya aprobados por la
Agencia Europea del Medicamento (EMA).
Bruno Sangro, coordinador del Área de Oncología Hepatobiliopancreática de la
Clínica Universidad de Navarra, presentó en el Congreso Americano de Oncología (ASCO) los resultados de un ensayo clínico (
Himalaya) publicado en la revista
New England Journal of Medicine, demostrando la mejora de la
supervivencia global del 22 por ciento en los pacientes de hepatocarcinoma no operable con la combinación de tremelimumab y durvalumab. Ahora, el próximo paso que aspira Sangro, según relata a
Redacción Médica, es que el tratamiento llegue a España lo antes posible: “No debería haber
ninguna barrera para su aprobación. Los datos son sólidos, por lo que es difícil pensar que la
EMA no dé el visto bueno”.
La aprobación de la EMA es un paso que Sangro da por hecho, y el especialista explica que el siguiente objetivo es lograr “un informe de posicionamiento terapéutico favorable que permita a
todos los
hospitales españoles sin distinción realizar el
tratamiento. El tiempo nos ha demostrado que existen
dificultades. España es el único país que no tiene inhibidores de tirosina quinasa que se puedan usar en
2ª línea. En otros países se dispone de hasta
8 fármacos o combinaciones, en España solamente hay tres aprobados”.
El avance de la ciencia choca con las restricciones
La
inmunoterapia se ha convertido en una vía real para combatir este tipo de enfermedad, y en ESMO se han presentado los resultados de
tres ensayos donde se marca un
mayor porcentaje de supervivencia a largo plazo. “Este tipo de terapia genera
respuestas objetivas y duraderas a los pacientes. Hasta hace dos años era impensable hablar de tasas de supervivencia a tres años superiores al
10 por ciento, y ahora es una realidad”, sentencia el especialista.
"Hemos pasado del nihilismo terapéutico con pacientes con carcinoma a lograr el mejor tratamiento para cada paciente"
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El surgimiento de ensayos que ya están en marcha y que se centran en
estadios precoces es uno de los aspectos destacados en ESMO, abriendo para Sangro
un panorama esperanzador para el cáncer de hígado: “En una década hemos pasado del
nihilismo terapéutico en España en pacientes con carcinoma, que se dejaba sin tratamiento, a una época en la que se busca lograr el mejor tratamiento para cada uno de los pacientes”.
La
antítesis que genera el
avance de la ciencia en cáncer de hígado con los
obstáculos que los nuevos tratamientos deben de hacer frente es denunciado por el especialista, afirmando que “existe una
situación de restricción en trasladar lo que la ciencia aporta para el tratamiento de los pacientes a los pacientes que no tiene justificación”.
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