Auriel Willette, investigador principal del estudio.
Investigadores del Departamento de Ciencia de Alimentos y Nutrición Humana de la Universidad Estatal de Iowa, Estados Unidos, han descubierto una
hormona de la saciedad que, en niveles más altos, podría disminuir la probabilidad de que una persona desarrolle la
enfermedad de Alzheimer.
Usando datos de la Iniciativa de Neuroimagen de la Enfermedad de Alzheimer (ADNI, por sus siglas en inglés), los investigadores analizaron la hormona de la
saciedad colecistoquinina (CCK) en
287 personas. La CCK se encuentra tanto en el
intestino delgado como en el
cerebro. En el intestino delgado, permite la absorción de grasas y proteínas. En el cerebro, se encuentra en el hipocampo, que es la región que forma la memoria del cerebro.
Los investigadores han concluido que las
personas que tienen
niveles más altos de CCK, su probabilidad de tener un deterioro cognitivo leve, un estado precursor de la enfermedad de Alzheimer o al propio alzhéimer,
disminuye en un 65 por ciento.
"Es posible que esté familiarizado con el dicho 'usted es lo que come', pero ¿sabía que los
alimentos que consume podrían afectar su
memoria? Esperamos que este estudio ayude a arrojar más luz sobre cómo las hormonas de la saciedad en la sangre y el cerebro afectan la función cerebral", explica
Auriel Willette, el investigador principal de este estudio, que se ha
publicado en la revista 'Neurobiology of Aging'.
Los científicos optaron por centrarse en CCK porque está
altamente expresada en la f
ormación de la memoria. Querían ver si había algún significado entre los
niveles de CCK y los
niveles de memoria y materia gris en el hipocampo y otras áreas importantes. También comprobaron las
proteínas p-tau y tau, que se consideran tóxicas para el cerebro, para ver cómo podrían afectar la CCK y la memoria. A medida que aumentaban los niveles de tau, un CCK más alto ya no estaba relacionado con
menos disminución de memoria.
Los investigadores esperan que este estudio aliente a otros a
analizar el aspecto nutricional de las dietas, en lugar de solo considerar la ingesta calórica. Ahora, ya están observando cómo la dieta afecta los niveles de CCK de un individuo a través de la investigación de los cuerpos de cetona y glucosa en ayunas.
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