Albert Antolin, investigador principal del ICO y del Idibell.
Actualmente los
medicamentos que se ofrecen a los pacientes cuentan con un
perfil de seguridad más que testado, pero a
nivel molecular no se conocen al 100 por cien cómo funcionan cada uno de ellos. Después de identificar un
metabolito generado en
un fármaco contra el cáncer, un grupo de investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (
Idibell) y del Instituto Catalán de Oncología (
ICO) han descubierto una potencial actividad en
neuronas ligadas a pacientes con párkinson. Tras este hallazgo, el próximo paso que se realizará es la creación de inhibidores más potentes que lleguen al cerebro, inspirados en el
metabolito encontrado, además de buscar demostrar que
existen más metabolitos que provocan estas funciones.
Uno de los principales investigadores que ha participado en este descubrimiento, publicado en la revista '
Cell Chemical Biology', es
Albert Antolin, investigador principal del ICO y del Idibell. Tal y como afirma Antolin en
Redacción Médica, “si se llega a entender
cómo funcionan los medicamentos, se podrá lograr abordajes más eficaces con
menos efectos secundarios. El metabolito encontrado en un fármaco ha ofrecido este tipo de oportunidades que debe seguir investigándose”.
El investigador centra su interés en
el metabolito surgido del propio fármaco contra el cáncer, elemento que puede llegar a tener
connotaciones positivas también contra el párkinson: “Cuando una persona se toma un fármaco
el cuerpo los modifica a través de la
metabolización para poderlos expulsar. En este proceso se producen otros compuestos químicos que no son del fármaco original, como es el caso del metabolito M324”. Antolin remarca que este elemento tiene “una actividad distinta al del fármaco”.
"Si se llega a entender cómo funcionan los medicamentos, se podrán lograr abordajes más eficaces con menos efectos secundarios"
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Hasta ahora, el especialista destaca que estaba asumido que estos metabolitos encontrados eran solamente “
subproductos que eran expulsados del cuerpo. Si tienen algún tipo de actividad, se asume que hacen lo mismo que el fármaco, pero se ha demostrado que no es así. Su desarrollo es distinto y su función puede llegar a ser relevante”.
Reformular el uso actual de los fármacos para distinguirlos
La actividad realizada por el metabolito M324 llega a tener
implicaciones en el párkinson, y para ello el investigador lo testó con cautela “en
modelos in vitro de células aisladas de párkinson. Pese a que aún es muy prematuro es interesante conceptualmente ver que estos subproductos llegan a tener
otra utilidad mucho más eficaz de la que se pensaba”.
Repensar el
uso actual de los fármacos es una de las conclusiones defendidas por el investigador, que afirma que “a veces se cuenta con muchos fármacos que tienen una misma actividad y
no se distinguen entre ellos. Existe una visión simplista de cómo funcionan”. Por poner un ejemplo, Antolin explica que “se han testado hasta
cuatro inhibidores de Parp. Esta información es útil para aprovechar y decidir cuál de todos ellos es el que le iría mejor al paciente según sus circunstancias. Este abordaje permitirá profundizar en la medicinad de precisión”.
"Es necesario entender el mecanismo de acción de los metabolitos para abrir la puerta a usarlos de forma más precisa en distintas enfermedades"
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Así pues, el investigador está dispuesto a
seguir analizando el metaboismo de los fármacos para encontrar potenciales ventajas: “Estos productos no funcionan de forma sencilla, por lo que se debe entender su mecanismo de acción para abrir la puerta a usarlos de forma más precisa en distintas enfermedades, como el cáncer”.
Nuevas líneas de investigación frente a los metabolitos
El próximo paso que Antolin espera realizar es llevar a cabo un proyecto para
proseguir con la investigación ligada a los metabolitos: “Por una parte, se explorará mejor qué realiza este metabolito y si tiene alguna aplicabilidad. Tiene un efecto interesante pero poco potente a la hora de llegar al cerebro. Debido a ello, se diseñarán
inhibidores más potentes que lleguen al órgano, inspirados en estas actividades nuevas encontradas en el metabolito”.
Otra iniciativa que el investigador ya ha iniciado en el ICO es “seguir analizando otros fármacos y metabolitos para encontrar nuevas oportunidades y demostrar que lo que ha pasado con M324
es recurrente y no una excepción. De esta manera, se conocerá si estos metabolitos tienen un potencial en relación a otras enfermedades”.
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