Los hallazgos servirán para estudiar los déficits de memoria de olores.
Neurobiólogos de la Universidad de Toronto (Canadá) han identificado un
mecanismo que permite al
cerebro recrear
experiencias sensoriales vívidas de la memoria, arrojando luz sobre cómo este tipo de recuerdos se crean y almacenan en el cerebro. De acuerdo con los investigadores, los hallazgos ofrecen una nueva perspectiva sobre cómo se representan los
sentidos en la
memoria, y podrían
explicar por qué la pérdida de la capacidad de oler se ha reconocido como un
síntoma temprano de la
enfermedad de Alzheimer.
"Nuestros hallazgos demuestran por primera vez cómo los olores que hemos experimentado en nuestras vidas se recrean en la memoria. En otras palabras, hemos descubierto cómo puedes recordar el olor del pastel de manzana de tu abuela cuando entras a su cocina", detalla
Afif Aqrabawi, del Departamento de Biología Celular y de Sistemas en la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad de Toronto, y autor principal del estudio,
publicado en la revista 'Nature Communications'.
"Nuestros hallazgos demuestran cómo los olores que hemos experimentado en nuestras vidas se recrean en la memoria"
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Al examinar la conexión del olfato y la memoria en ratones,
Aqrabawi y
Junchul Kim, del Departamento de Psicología de la Universidad de California (Estados Unidos), descubrieron que la
información sobre el espacio y tiempo se integra dentro de una
región del cerebro importante para el
sentido del olfato, aún poco conocida, conocida como
núcleo olfatorio anterior (AON, por sus siglas en inglés).
"Cuando estos elementos se combinan, se forma una memoria de qué-cuándo-dónde. Por eso, por ejemplo, es posible recordar el olor del perfume de una persona (el qué) cuando recuerdas tu primer beso (cuándo y dónde)", explica Aqrabawi.
Descubren una ruta neuronal previamente desconocida
Par
a indagar en la función del núcleo olfatorio anterior, Aqrabawi y Kim diseñaron una
serie de pruebas para analizar las
preferencias de los ratones para
olfatear nuevos olores. "
Prefieren pasar más tiempo oliendo un
nuevo olor que el que les es familiar. Cuando pierden esta preferencia, está implícito que ya no recuerdan el olor aunque lo hayan olfateado antes, por lo que continúan oliendo algo como si fuera la primera vez", argumenta.
Examinando la estructura y función de la
AON, los investigadores descubrieron una
ruta neuronal previamente desconocida entre esta zona y el hipocampo, una estructura crítica para la memoria y la representación contextual, y muy implicada en la enfermedad de Alzheimer. Así, descubrieron que podían
imitar los problemas de memoria de olores observados en pacientes con Alzheimer al
desconectar la comunicación entre el hipocampo y la AON.
Mientras que los ratones cuya
conexión permaneció
intacta se abstuvieron de regresar a lugares familiares para oler olores que ya no eran noveles, aquellos con esta vía desconectada volvieron a oler olores previamente olidos por períodos de tiempo más largos.
"Demuestra que ahora entendemos
qué circuitos en el cerebro rigen la memoria para el olfato. El circuito ahora puede usarse como modelo para estudiar aspectos fundamentales de la memoria humana y los déficits de memoria de olores observados en
enfermedades neurodegenerativas", avanza Aqrabawi.
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