David Beversdorf.
Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Missouri y del Centro Thompson de Autismo y Trastornos del Neurodesarrollo de la Universidad de Missouri (MU), en Estados Unidos,han identificado un vínculo entre el
desequilibrio neurotransmisor y la
conectividad cerebral entre las regiones del cerebro, de personas con autismo, que desempeñan un papel en la comunicación social y el lenguaje. El
estudio ha revelado
dos pruebas que podrían conducir a
tratamientos médicos más precisos.
Uno de cada 59 niños en Estados Unidos vive con una forma de
trastorno del espectro autista, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Los signos del autismo comienzan en la
primera infancia y pueden afectar a las personas de
manera diferente. Sin embargo, muchas personas con autismo comparten
síntomas similares, incluidas las
dificultades con la comunicación social.
"Uno de los problemas con el tratamiento del autismo es que hay
muchos subtipos y
muchos genes diferentes y potencialmente otros factores que contribuyen al trastorno -explica
David Beversdorf, profesor de Radiología, Neurología y Psicología en la Facultad de Medicina de MU y el Centro Thompson-. Si hay un tratamiento que funciona en una subpoblación, puede que no funcione en otra. Sin embargo, si podemos determinar por qué lo hace, podemos buscar
enfoques individualizados y
avanzar mucho más en el
desarrollo de nuevos tratamientos".
Utilizando
imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI, por sus siglas en inglés) y
espectroscopía de resonancia magnética de protones (H-MRS, por sus siglas en inglés),
John Hegarty, mientras era estudiante de posgrado en el programa interdisciplinario de Neurociencia en MU y ahora investigador postdoctoral en la Universidad de Stanford, dirigió el equipo de Beversdorf. Investigaron la relación entre los niveles de neurotransmisores cerebrales y la conectividad de áreas del cerebro conocidas como la corteza prefrontal dorsolateral y el hemisferio cerebeloso posterolateral.
Comprensión auditiva deteriorada
En este trabajo, un total de 1
4 adolescentes y adultos con trastorno del espectro autista y
12 participantes de control se sometieron a
escáneres cerebrales. Las exploraciones revelaron un posible vínculo entre la conectividad funcional, el desequilibrio de neurotransmisores y la comprensión auditiva en individuos con autismo.
Aquellos con
baja conectividad funcional tendían a presentar un balance reducido de niveles de neurotransmisores excitadores a inhibidores en el cerebelo y mostraban una
comprensión auditiva deteriorada, la capacidad de inferir significado a la
información verbal.
Los participantes del estudio recibieron
dos cuestionarios para determinar la
gravedad de los síntomas relacionados con el trastorno del espectro autista y completaron
dos evaluaciones diseñadas para evaluar
diferentes aspectos del idioma y la competencia social.
"Este hallazgo comienza a sugerir cómo los biomarcadores se relacionan entre sí en el autismo -afirma Beversdorf-. Puede haber otros conjuntos completos de biomarcadores que puedan estar interrelacionados y puedan estar diciéndonos algo. Puede servir como un
biomarcador para predecir quién responderá a qué medicamento".
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