Miguel Barrueco.
Miguel Barrueco, neumólogo y catedrático de Medicina, colgó el pasado 6 de septiembre la bata de manera definitiva tras doce años como
jefe de Servicio de Neumología del Hospital Clínico Universitario de Salamanca y más de cuarenta y seis años ejerciendo como facultativo. Una trayectoria profesional que comenzó en el año 1976 en Villapando (Zamora) y que ha estado marcada por continuos cambios en la especialidad.
“La misión de un médico es prevenir la enfermedad, tratar de curarla cuando aparece y paliar sus efectos”, afirma el neumólogo en una carta de despedida que él mismo ha publicado y en la que confiesa “haber dedicado todos sus esfuerzos en estos cuarenta y seis años a ello, ejerciendo
una profesión que se ha ido modificando con el paso del tiempo, según cambiaban las circunstancias y la propia Medicina”.
De hecho, para Barrueco el cambio más relevante que ha vivido la Neumología durante su trayectoria profesional han sido “todos aquellos relacionados con los
avances tecnológicos”. “Hemos pasado de ser una especialidad fundamentalmente clínica, que se complementa con la broncoscopia y la espirometría, a ser una especialidad que ha desarrollado numerosas áreas de actuación como las técnicas invasivas, los estudios de función pulmonar complejos, los estudios del sueño y, más recientemente, la
Ventilación No Invasiva”, explica a
Redacción Médica.
¿Cómo ha evolucionado la Neumología en los últimos años?
Barrueco también menciona el desarrollo del trasplante pulmonar como otros de los grandes avances de la Neumología en los últimos años. “Aunque algunos consideran que es una actividad fundamentalmente quirúrgica, implica una intervención fundamental de los neumólogos durante todo el proceso”, admite a este periódico, confesando que “los cambios han sido tantos que
la Neumología de los años setenta y la actual tienen muy poco que ver”.
Por otra parte, Barrueco también califica el avance de la terapéutica como “impresionante”. “Hoy podemos tratar enfermedades que hace no tantos años hubiera parecido un sueño: la fibrosis quística, la fibrosis pulmonar, la hipertensión pulmonar o los tratamientos biológicos del asma”, señala, admitiendo que tampoco puede pasar por alto
“el papel de la Neumología en la prevención y tratamiento del tabaquismo, la verdadera epidemia de nuestro siglo”.
"Los cambios han sido tantos
que la Neumología de los años setenta
y la actual tienen muy poco que ver"
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Además, el neumólogo también ha incidido en las dificultades con las que se ha encontrado al ejercer la mayor parte de su carrera profesional en una capital de provincia. “Ejercer en ella conlleva más dificultades que hacerlo en las grandes ciudades, donde acumulan más recursos y tienen mayores posibilidades de desarrollo”, asegura Barrueco. Un aspecto que, tal y como él mismo afirma, está condicionado “por la creación de los
distintos servicios de salud en cada una de las autonomías”. “Posiblemente más que la distinción entre ciudades y provincias sea la fragmentación del Sistema Nacional de Salud y las diferentes carteras de servicios lo que influya”, añade al respecto.
El catedrático admite que su caso, “el Hospital Universitario de Salamanca forma una gran confluencia de fuerzas entre hospital y universidad” y que esta situación, unido a la creación en la última década del
Instituto de Investigación biomédica (IBSAL), ha permitido un mayor desarrollo y crecimiento, aunque siempre “muy limitado”. Asimismo, señala que “disponer de una sociedad científica como
Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ)”, que permite estar en contacto permanente con compañeros de otras ciudades y hospitales, “ha facilitado mucho el desarrollo profesional del Servicio y de los profesionales que lo integran”.
¿Qué retos tiene por delante la Neumología?
Por último, en cuanto a los retos que todavía tiene ante sí la especialidad de Neumología, Barrueco admite que “tiene grandes desafíos por delante”. El primero de ellos,
“aumentar la visibilidad de la Neumología ante la sociedad en general y ante los estudiantes de Medicina en particular”.
También es fundamental
“aumentar la presencia de los neumólogos en la universidad, necesitamos profesores asociados, titulares y catedráticos de Neumología que enseñen a los alumnos los contenidos de esta especialidad y les ilusionen por llegar a ser neumólogos”, añade, señalando que “esta mayor presencia de neumólogos en la universidad está condicionada por numerosas dificultades que existen tanto en el proceso de acreditación como en la falta de plazas en las plantillas universitarias”.
“Creo que la Neumología tiene por delante un porvenir atractivo porque la conjunción de los aspectos clínicos de la especialidad, como la atención a la cronicidad, y el desarrollo de nuevos campos de actividad van a facilitar su crecimiento”, afirma Barrueco, confesando que “Neumología tiene que seguir el ejemplo de otras especialidad médicas que han tenido un crecimiento casi exponencial”.
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