Eusebi Chiner, coordinador de Separ Pacientes.
Con motivo del
Día Nacional de la Espirometría el próximo 14 de octubre, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (
Separ) de nuevo pone en relieve la importancia de contar con un
espirómetro en todos los
centros de salud de España y, en caso de ya disponer de él, utilizarlo como parte del protocolo en la
revisión rutinaria de los pacientes.
A pesar de su sencillez, la espirometría es un estudio fiable y con la capacidad de detectar en estadios tempranos
enfermedades con gran incidencia como la Enfermedad Obstructiva Crónica (EPOC), que en la actualidad no está diagnosticada en el
70 por ciento de los afectados, o el asma, que suele aparecer durante la adolescencia.
“Más allá de los hospitales, calculamos que más de un 60 por ciento de los centros de salud españoles disponen de este aparato, comenta
Eusebi Chiner, neumólogo de Separ y responsable del área de pacientes de esta sociedad científica. No obstante, y siendo optimistas, nos preocupa que aproximadamente solo un 20 por ciento de estos centros
lo utilizan con regularidad o de forma protocolaria, lo que provoca que algunas enfermedades que se podrían atajar en sus inicios continúen evolucionando y lleguen a provocar daños irreversibles en la salud de los pacientes”.
El uso de la espirometría mejoraría la función pulmonar
Así, de implantarse el uso de la espirometría en todos los centros de atención primaria, tanto los
pacientes como el
Sistema Nacional de Salud saldrían beneficiados ya que, como comenta Chiner, “Con el uso protocolarizado de la espirometría de calidad no solo se podría
evitar el deterioro de la función pulmonar en muchos pacientes, también se ahorrarían muchos costes sanitarios por los ingresos hospitalarios, el consumo de medicación, así como las bajas laborales. Espero que muy pronto en el Día Mundial de la Espirometría podamos celebrar que esta prueba ha llegado y, especialmente, se utiliza en todos los centros de atención primaria de nuestro país”, concluye.
La espirometría es una prueba médica que se utiliza para ayudar a diagnosticar y controlar
enfermedades pulmonares. Durante la prueba, el paciente
expulsa todo el aire que puede, con la máxima fuerza posible en un aparato denominado espirómetro. La prueba mide el aire que entra y sale de los pulmones, y a qué velocidad puede hacerlo. La prueba es completamente indolora, no requiere preparación y tiene una duración de aproximadamente diez minutos. Para realizar la prueba es imprescindible la colaboración del paciente y seguir las recomendaciones de la Separ.
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