Carlos Jiménez e Isabel Urrutia.
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (
Separ)
defiende firmemente que las ciudades españolas pongan límites a la velocidad de circulación interurbana a 30 km / hora, como acaba de aprobar Bilbao para todo su casco urbano.
Separ asegura que recibe de forma muy positiva la iniciativa de crear estas “
zonas 30”, al igual que
ya hizo con las zonas de bajas emisiones, como Madrid Central, ya que reducen las emisiones de dióxido de carbono (CO2), mejoran la calidad del aire urbano y, por lo tanto, la salud respiratoria de los ciudadanos.
"Separ va a abogar siempre por iniciativas como esta"
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Pero
Bilbao no es la única urbe española que ha impuesto este límite de velocidad. Hasta la fecha, al menos
18 poblaciones más han restringido la velocidad máxima de circulación a 30 km/h en algunos tramos de su casco urbano: Pontevedra, Oviedo, Burgos, Barcelona, Pamplona, Soria, Zaragoza, Palma, Salamanca, Madrid, Cuenca, Valencia, Córdoba, Sevilla, Cádiz, Málaga, Murcia y Las Palmas. La reducción de los límites de velocidad de 50 a 30km/hora, indica la sociedad científica, tiene un
impacto positivo triple:
reducción de los
accidentes y atropellos, reducción de la
contaminación acústica y
reducción de la
contaminación atmosférica.
“Separ va a
apoyar siempre con firmeza todas las medidas destinadas a disminuir los niveles de dióxido de carbono en las ciudades y, por lo tanto, la contaminación del aire. En este sentido, las “zonas 30” son tan bien recibidas como las “zonas de bajas emisiones”, considera
Carlos A. Jiménez Ruiz, presidente de Separ.
El presidente añade que "Separ va a abogar siempre por iniciativas como estas, que además coinciden con la reciente puesta en marcha del
nuevo Año Separ 2020-2021 por la Calidad del Aire, el Medio Ambiente y la Salud".
Madrid Central ha logrado reducir a la mitad los niveles de CO2
“Tenemos que seguir trabajando en esta dirección:
reducir los niveles de contaminación del aire, para mejorar su calidad y sensibilizar a todos los ciudadanos de que el acceso al aire limpio es una necesidad y un derecho para preservar la salud humana”, defiende
Isabel Urrutia, neumóloga y coordinadora del Área de Medio Ambiente de Separ y coordinadora del Año Separ 2020-2021 por la Calidad del Aire, Medio Ambiente y Salud.
En esta defensa, Separ está en consonancia con la
European Respiratory Society (ERS), que también se ha mostrado partidaria previamente de Madrid Central, una medida que ha logrado
reducir los niveles de CO2 en el centro de la ciudad un 48 por ciento desde 2018, además de lograr una mejora de la calidad del aire de áreas circundantes.
"Tenemos que seguir trabajando en esta dirección: reducir los niveles de cotaminación en el aire"
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La no adopción de estas medidas supone graves riesgos para la salud. Uno de los estudios de la ERS, hecho en 300.000 participantes del Biobanco de Reino Unido, ha demostrado que los pulmones de las personas expuestas a mayor cantidad de partículas contaminantes del aire -en ese estudio a un
aumento anual de 5 μg / m³ de partículas PM2.,5-- envejecen dos años antes. El mismo estudio ha constatado que la contaminación del aire puede ser la causa de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (
EPOC) en personas que viven en áreas con
concentraciones de PM2.5 por encima de las pautas promedio anuales de la OMS, de 10 μg / m³. Así, en el estudio, la prevalencia fue cuatro veces mayor que entre las personas expuestas al tabaquismo pasivo en el hogar.
En España, el 35 por ciento de la población respira aire contaminado, y
se producen en torno a 10.000 muertes al año relacionadas con los contaminantes atmosféricos, buena parte de ellos causados por el tráfico rodado. Esta mortalidad asociada debida a la contaminación del aire es muy superior a la provocada por los accidentes de tráfico, que causan
1.700 muertes al año, según datos del Instituto de Salud Carlos III.
El
tres por ciento de las muertes son debidas a la contaminación atmosférica, según el Instituto Nacional de Estadística, y ciudades como
Madrid y Barcelona han rebasado sistemáticamente los niveles permitidos por la normativa europea de dióxido de nitrógeno (NO
2) uno de los gases contaminantes más nocivos en las ciudades.
El
NO2 ha sido culpable de
6.085 muertes evitables cada año en España y, a estas cifras previas, se deben añadir las
2.683 las muertes prematuras anuales por la contaminación por
partículas en el aire, también procedentes de los tubos de escape de los vehículos.
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