José Ignacio de Granda-Orive, uno de los firmantes del editorial publicado en 'Archivos de Bronconeumología'.
15 sept. 2020 18:50H
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Los cigarrillos electrónicos, y no solo el tabaco convencional, son una fuente potencial de basura electrónica (e-basura), nuevos elementos tóxicos que ensucian la tierra, según un editorial publicado en Archivos de Bronconeumología, la revista científica de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, Separ.
Firmado por José Ignacio de Granda-Orive y Cristina García-Quero, el artículo señala que, entre los contaminantes encontrados, figuran metales pesados, incluidos tierras raras, y otros elementos menores.
El editorial advierte de que la contaminación por metales pesados ha aumentado en la última década, debido al desarrollo, uso y consumo de dispositivos tecnológicos y electrónicos como tabletas, smartphones, ordenadores, fotocopiadoras, teléfonos o pilas recargables, entre otros, lo que constituye un nuevo riesgo de salud y ocupacional. A todos estos dispositivos se suman ahora los cigarrillos electrónicos o e-cigarrillos como otra fuente potencial de e-basura.
Los autores concluyen que “es necesario desarrollar trabajos amplios en los que se determine el efecto de estos elementos en la salud humana y demandamos a nivel gubernamental global que sea obligatorio adoptar estrategias múltiples a todos los niveles para la gestión de esta e-basura”.
Metales pesados e-basura
Algunos metales pesados son necesarios para la vida, pero muchos no lo son, sino que son tóxicos incluso a bajas concentraciones, como el arsénico, el cadmio, el cromo, el plomo y el mercurio.
Además, hay otros componentes que, a altas concentraciones, son nocivos para la salud humana y que se encuentran presentes en los productos del tabaco, como consecuencia de la salud ambiental.
Se estima que el humo de los cigarrillos convencionales contiene 5.000 componentes químicos. Entre ellos, se ha identificado que hay hasta 98 componentes tóxicos inhalados que se han relacionado con enfermedades cancerígenas, cardiovasculares y respiratorias.
En la lista de 275 contaminantes prioritarios de la Agency for Toxic Substances and Disease Registry que producen efectos adversos sobre la salud de los humanos, se han identificado un total de 23 metales pesados que se encuentran en el humo del tabaco debido a la contaminación del medio ambiente, entre los que figuran las tierras raras, debido a que estos contaminantes se acumulan en los suelos donde se cultivan las plantas de tabaco, advierte el editorial.
Estos metales incluyen el escandio, el itrio y 15 elementos del grupo de los lantánidos (lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio), que ocasionan al denominada e-basura.
Tabaco y acumulación de elementos tóxicos
El editorial recuerda que “la agricultura del tabaco presenta ciertas características que la hacen más susceptible a acumular tóxicos”, concluye que “el consumo de cigarrillos e, incluso, de cigarrillos electrónicos representa una fuente de exposición a elementos que son considerados como contaminantes emergentes y que han sido denominadas REE (rare earth elements o tierras raras)” y destaca con contundencia que “la evidencia existente hasta el momento sobre el acúmulo de estos metales en los cigarrillos y cigarrillos electrónicos es incuestionable).
En el editorial se expone, entre esta evidencia científica acumulada, los hallazgos de un estudio en Environmental Research que ha analizado la presencia de 42 metales pesados, incluidos las tierras raras, en la sangre de no fumadores, fumadores y consumidores de cigarrillos electrónicos.
Los fumadores, en dicho estudio, presentan los mayores niveles de cobre, molibdeno, cinc, antimonio y estroncio, y los vapeadores, de selenio, plata, estaño y vanadio. El berilio, el europio y los lantánidos se han detectado con mayor frecuencia en los vapeadores que en los fumadores y, además, el 11,8 por ciento de los vapeadores encuentran más de 10 tierras raras diferentes. En vapeadores, los niveles séricos de cerio y erbio aumentan a medida que se incrementa su consumo.
“Los autores concluyen que el humo de tabaco es una fuente importante de metales pesados, mientras que los cigarrillos electrónicos son una fuente potencial de REE. Conocer las sustancias tóxicas incluidas en los cigarrillos electrónicos, en el momento actual, una gran relevancia en salud pública por los sucesos relacionados con el consumo de cigarrillos electrónicos que se están conociendo en la actualidad en EEUU. Las muertes han venido a demostrar que la falta de control sobre un producto de consumo con sustancias químicas es algo que no nos podemos permitir”, advierten los firmantes del editorial.
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