Carlos A. Jiménez Ruiz, presidente de Separ.
La
terapia multimodal, consistente en la realización de
cirugía citorreductora y en la
administración combinada de tratamientos de
radioterapia y/o quimioterapia, se está posicionando como la
mejor estrategia terapéutica para atacar los
tumores malignos de la pleura, en particular el
mesotelioma y el
timoma en fase avanzada. No obstante, este tratamiento no es siempre eficaz y, en el caso del mesotelioma, con una causa bien conocida de
origen ocupacional, la medida más eficaz para combatirlo es la
prevención mediante la
regulación destinada a evitar la exposición al
asbesto o
amianto.
Este es el estado del conocimiento más reciente de la patología maligna pleural presentado en las Reuniones de Invierno de las Áreas Separ en la Sesión Conjunta de las Áreas de Cirugía Torácica y Área de Oncología Torácica, en la ponencia 'Valor de la Cirugía Citoreductora de la Patología Maligna Pleural', de
Josep Belda Sanchís, cirujano torácico y miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).
La
cirugía citoreductora de la patología maligna pleural es una modalidad de tratamiento quirúrgico que tiene como objetivo
extirpar por completo el
tumor visible (técnicamente, una resección macroscópica del tumor), tanto si se trata de un tumor primario de la pleura, llamado mesotelioma, como si se trata de la extensión de un tumor que se origina en otra parte del cuerpo. Este sería el caso de un timoma, que nace en el timo, una glándula que se encuentra debajo del pecho y que produce los
linfocitos, células que se encargan de la defensa del organismo.
“A veces no se consigue una eliminación de todo el tumor, sino que quedan
focos microscópicos del mismo y es necesario combinar la cirugía citoreductora con otros tratamientos como la quimioterapia y la radioterapia que se administran al paciente antes o después de la cirugía. A esta combinación de tratamientos se la denomina terapia multimodal
y numerosos estudios han mostrado que tiene un
beneficio terapéutico en términos de
prolongación de la supervivencia de los enfermos”, destaca Belda.
El mesotelioma, un tumor poco frecuente
El mesotelioma es un tumor poco frecuente que se origina a partir de las células mesoteliales pleurales así como de otras partes del cuerpo como el
peritoneo, la
túnica vaginal o el
pericardio. Pero en el 80 por ciento de los casos se origina en la
pleura. De ahí que se le denomina mesotelioma pleural.
La causa más conocida del mesotelioma es la exposición laboral al asbesto o el amianto
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Su causa principal y más conocida desde los años 60 es la exposición laboral al
asbesto o el
amianto, aunque también tiene otras causas. El mesotelioma afecta sobre todo a los adultos varones, en un 70 u 80 por ciento de los casos, aunque se han descrito algunos casos en
niños, de
forma excepcional. El tipo de mesotelioma más común es el epitelial, un 50 por ciento de todos los casos, mientras que el 25 por ciento son mixtos; el 15 por ciento sarcomatosos y el 10 por ciento poco diferenciados.
Al inicio, se manifiesta por síntomas como el
dolor torácico y la sensación de dificultad para respirar (
disnea). La
intensidad de este dolor
varía en función de la extensión del tumor. Y, a medida que este progresa, aparecen otros síntomas como tos, fiebre, sudoración, astenia, anorexia y pérdida de peso, ronquera e, incluso, expectoración con sangre (o hemoptisis).
El diagnóstico precoz de esta enfermedad se consigue raramente. Se suele diagnosticar en
fases avanzadas, tras un estudio que requiere de
pruebas complementarias como una analítica, radiografía, tomografía computerizada (TAC), tomografía de emisión de positrones (PET) y confirmación histológica, lo que implica realizar procedimientos diagnósticos para extraer una muestra y analizarla, como la biopsia guiada por TC o la videotoracoscopia o VATS.
Asimismo, en los casos tributarios de tratamiento quirúrgico es preciso
estudiar la extensión
del tumor más allá de la
cavidad pleural afecta y realizar una e
stadificación mediante
mediastinoscopia para biopsiar ganglios mediastínicos, videotoracoscopia contralateral con biopsia pleural y laparoscopia con biopsia del peritoneo.
Esta enfermedad es de mal pronóstico, puesto que se diagnostica en fases avanzadas: la media de supervivencia es de 6 a 18 meses respecto al momento del diagnóstico, por lo que la estrategia más eficaz contra el mesotelioma es la prevención, es decir, evitar su desarrollo mediante medidas que regulen el uso y la exposición al amianto, principal causa de este.
Actualmente, la incidencia de este tumor va al alza y seguirá ascendiendo hasta el año 2020, año a partir del cual se prevé que empiece a descender, porque se empezará a notar la regulación relativa al uso y exposición al asbesto. La incidencia está aumentando en la mayoría de países de Europa y en Estados Unidos, con
2.200 casos nuevos cada año. Pero mientras en el continente europeo y en EE.UU. decrecerá debido a esta regulación, en los países subdesarrollados se espera un gran y preocupante incremento.
La causa del timoma es desconocida
El
timoma es un tumor de
crecimiento lento que se origina en la
glándula del timo y, desde esta, se disemina hacia la pleura. A diferencia del mesotelioma, es de
causa desconocida y no se ha asociado a
factores de riesgo bien identificados. Aparece entre la cuarta y quinta década de la vida y afecta por igual a hombres y mujeres.
Entre un tercio y la mitad de los pacientes
no presentan síntomas; otro tercio tiene tos, dolor en el pecho, disnea, ronquera y dificultad para tragar; y otro tercio, debilidad muscular, ya que este tumor se ha asociado a la
miastenia gravis.
Entre un tercio y la mitad de los pacientes con timoma no presentan síntomas
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Este tumor se diagnostica mediante una
radiografía y
TAC, pero en ocasiones, si tiene características poco habituales o es invasivo, se precisa una
biopsia. En estos casos, esta se realiza mediante la inserción de una aguja o mediante un procedimiento
más invasivo, que se debe practicar bajo anestesia general en el quirófano y que consiste en introducir una pequeña cámara o endoscopio para explorar la zona afectada por el timoma en el pecho y extraer una muestra para analizarla. Este procedimiento diagnóstico se llama
toracoscopia asistida con vídeo o
VATS.
Existen
cuatro estadios de este tumor (del I al IV) en función de su tamaño y diseminación, aunque más recientemente la Organización Mundial de la Salud (
OMS) ha establecido un nuevo sistema de estadificación que se basa en el tipo histológico del tumor, es decir, en cómo se ven las células con el microscopio.
Según esta clasificación, más reciente, los tumores con
mejor supervivencia son los timomas mixtos y medulares, con una supervivencia del cien por cien a los 10 años; seguidos de los
tumores corticales o predominantemente corticales, con una supervivencia del 83 por ciento a los 10 años; y de los carcinomas tímicos, con una supervivencia del 28 al 36 por ciento a los 10 años.
Tratamiento y claves del éxito terapéutico
Tanto el mesotelioma como el timoma se pueden tratar mediante terapia multimodal, es decir, en todos los casos en que es posible, primero
se extirpa el tumor y, cuando no es posible, se aplica
radioterapia o
quimioterapia antes de la cirugía para poder reducir el tamaño del tumor y extirparlo tras administrar estos tratamientos o después para completar el tratamiento quirúrgico.
Belda destaca que “además de la terapia multimodal, la clave del éxito terapéutico en este tipo de tumores radica en que el
equipo médico haga una
buena selección de los enfermos, de manera que solo se intervenga a aquellos en los que las pruebas de imagen preoperatorias permitan prever que esta resección macroscópica será completa”.
Hay dificultades en el diagnóstico precoz del mesotelioma
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Asimismo, Belda recuerda que hay diversos
factores que influyen en el
pronóstico de caso: existen otros
factores pronósticos de menor relevancia que la resección completa del tumor y que están relacionados sobre todo con el grado de extensión local y regional del tumor (definida por el sistema de estadificación TNM), la biología y estirpe histológica del tumor y la posibilidad de recibir de forma completa los tratamientos complementarios antes o después de la cirugía.
En el caso del
mesotelioma, las
dificultades en el
diagnóstico precoz hacen que sea muy
infrecuente logar la curación solo mediante la cirugía (o resección radical) y de ahí que sea preciso recurrir a otras técnicas de la terapia multimodal, según señala un artículo en 'Archivos de Bronconeumología', la revista científica de Separ.
Nueva opción para mejorar la vida
La terapia multimodal constituye una
nueva opción para combatir los síntomas, mejorar la calidad de vida y prolongar la supervivencia e, incluso, lograr la curación en ciertos casos. Pero
no existen estudios aleatorizados que hayan demostrado que la cirugía alarga la supervivencia.
En cambio, se ha visto que tiene una mortalidad operatoria de entre un 3 y un 17 por ciento. La mediana de supervivencia tras distintas técnicas de esta cirugía y terapias moltimodales varía y fue de 16 meses, con el 20 por ciento del los pacientes vivos a los tres años, según un estudio de Sugarbarker D. et al., y de 17 meses, con el 40 por ciento de pacientes vivos a los dos años, según una serie del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center, referenciados en el artículo de Escribano Dueñas y Baquero Barrios.
En la actualidad, para tratar el mesotelioma, se están investigando otros tratamientos como la
inmunoterapia, la
terapia fotodinámmica, la
terapia génica o la
quimioterapia molecular, entre otros.
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