Eva Cabrera.
En 2019 hubo un brote de
lesiones pulmonares asociado al uso de productos de cigarrillos electrónicos o vapeo que causó un gran revuelo entre los profesionales de la salud respiratoria. A esta enfermedad se le denominó
Evali. Sin embargo, con la pandemia del Covid-19, el tema quedó en el olvido. Este viernes 13 de noviembre,
Eva Cabrera, F.E.A de Neumología del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga, lo ha recuperado en el
53 Congreso virtual de Separ. Allí ha resumido en qué consiste esta enfermedad, , la clínica y el tratamiento, y ha incidido en que es un "gran problema" al ser una enfermedad grave y que además afecta a los
jóvenes.
El objetivo de su ponencia era que todos los neumólogos sepan "de qué se trata y estén actualizados, sobre todo para poder
identificarlo". "La mayoría de los pacientes, prácticamente todos, tienen síntomas respiratorios con
disnea y
dolor torácico. Algunos de ellos también presentan
clínicas digestivas, como nauseas o diarrea, y síntomas sistémicos, como febrícula y malestar general", asegura la neumóloga a
Redacción Médica.
La enfermedad se produce por el
tabaco inhalado y, como recuerda Cabrera, "el gran problema es que se comercializó con el mensaje de es seguro y que podía ser un sustitutivo de los cigarrillos convencionales, porque no producía ninguna patología. Pero ahora, con los casos que se han descrit, se ha visto que es un riesgo para la salud".
Además ven que esta
patología grave se da en gente muy joven: desde adolescentes hasta personas
entre los 20 y los 30 años. "Probablemente la población no sea consciente del daño que puede provocar porque se ha hecho
mucha publicidad como
alternativa segura", añade.
Provocan daño pulmonar
Sobre el
tratamiento, explica que se ha visto que responde a los
corticoides, pero que lo fundamental es que se termine con el hábito de fumar. "Es en lo que tenemos que insistr: que los jóvenes no consuman estos productos", asegura. Además añade que son casos graves de la enfermedad, donde la
mitad ingresan en una unidad de cuidados intensivos. Algunos fallecen y otros necesitan, incluso, un
trasplante pulmonar.
En un artículo publicado en la revista
Archivos de Bronconeumología, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica afrimaba que "el vapor que liberan los cigarrillos electrónicos se detectan diferentes sustancias:
formaldehído, acetaldehído y acroleínas. Estas sustancias también están presentes en el humo de los cigarrillos manufacturados, aunque en mayor cantidad".
"El formaldehído y la acroleína se forman como consecuencia del calentamiento de la glicerina. Por otro lado, metales como
níquel, cromo y plomo han sido encontrados en el vapor de los cigarrillos. Es de destacar que los niveles de níquel encontrados en el vapor de los cigarrillos son más elevados que los detectados en el humo de los cigarrillos. La International Agency for Research on Cancer clasifica todas estas sustancias como
carcinogénicas, sin determinar un umbral de seguridad para su consumo. Además, algunas de estas sustancias tienen capacidad para producir
daño en el intersticio pulmonar", añaden en el artículo. Separ tiene abierto un registro para notificar los casos que se produzcan por Evali en España.
"Hay que pensar que no todo es Covid. También hay que hacer una
historia clínica detallada y preguntar por estos
productos de vapeo. Quizá preguntamos a nuestros pacientes si fuman, pero se nos olvida preguntar si consumen este tipo de
tóxicos, también peligrosos", recuerda.
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