Pedro Gullón, director General de Salud Pública y Equidad en Salud
A fin de alinear la normativa española con la europea y de "contribuir a la
desestigmatización social de la infección por el VIH (virus de inmunodeficiencia humana)", el Ministerio de Sanidad permitirá la
donación de órganos de las personas que lo padezcan "sobre la base de los protocolos acuerdos que se establezcan a tales efectos". El departamento de
Mónica García apela a las evaluaciones de la Ley HOPE estadounidense, que revelan que los resultados de la donación de órganos entre pacientes con la infección "son equiparables" al resto. Además, apunta a la necesidad de “aumentar el acceso” al sistema de toda la población.
El canal pasa por
derogar la orden de 24 de junio de 1987 sobre pruebas de detección anti-VIH en materia de obtención, extracción, trasplante, injerto o implantación de órganos humanos. En el proyecto que ha sido lanzado ya a
consulta pública, el Ministerio de Sanidad incide en que la irrupción del virus en los 80 “obligó a las autoridades sanitarias a medidas proporcionadas a los riesgos existentes para evitar su propagación”. Subraya, no obstante, que desde entonces “se han producido avances significativos tanto en la
gestión del VIH como en los trasplantes”.
En particular, se refiere a los avances que han permitido convertir un virus antaño “
mortal en el corto plazo” en una infección “
crónica y controlable”. También a la transformación de la coordinación y gestión de los trasplantes motivada por la creación, en 1989, de la
Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y de la comisión permanente sobre esta materia en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS).
"Reivindicación histórica" de pacientes con VIH
A nivel técnico, el Ministerio de Mónica García enfatiza la desaparición de requisitos como la
especificación de pruebas diagnósticas y la actuación subsiguiente a sus resultados; así como el comienzo, en 2010, del trasplante entre personas con infección fuera de España, “que muestra
resultados igual de favorables”. “Esta práctica aumenta la probabilidad de trasplante de la persona con el VIH y libera órganos sin el VIH que pueden destinarse a otros pacientes, lo que mejora el acceso al sistema y facilita la contribución de las personas con esta infección a la sociedad”, apunta.
En esta línea, pone de relieve a la publicación de los resultados de los trasplantes realizados en el marco de la
Ley HOPE (VIH-Organ Policy Equity) estadounidense, un “hito” en la materia que ha demostrado “resultados equiparables” en donaciones entre afectados por VIH.
Subraya, en definitiva, la existencia de una “
reivindicación histórica del colectivo con infección por el VIH y de los profesionales que les brindan asistencia” para que estas personas puedan “contribuir, si así lo desean, a la donación de órganos para trasplante”.
Con este objetivo, la orden de Sanidad señala a tres actuaciones. En primer lugar,
permitir la opción de la donación de órganos a las personas con infección por el VIH sobre la base de los protocolos y acuerdos que se establezcan a tales efectos. También a aumentar el acceso al trasplante de toda la población, así como alinear el ordenamiento jurídico español con la normativa europea, “que ha eliminado los requisitos técnicos de sus textos por el riesgo de obsolescencia”. “En su lugar, ha dispuesto la obligación de cumplir con ciertas directrices técnicas cuya elaboración y actualización sistemática garantizan la adaptación a los avances científicos en la toma de decisiones relativas a los trasplantes”.
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