Flores de Bach.
La ciencia ha desacreditado los tratamientos que utilizan preparados líquidos elaborados mediante
flores de Bach. Un informe técnico del
Ministerio de Sanidad sobre las pseudociencias ha concluido que no existe una
“evidencia confiable” que demuestre la efectividad de este tipo de terapias ni para combatir los síntomas físicos ni los psicológicos en los pacientes, después de haber comprobado las aportaciones de un total de
28 investigaciones académicas diferentes sobre este campo.
Este tipo de terapia consiste fundamentalmente en la administración por vía oral y tópica de estos compuestos que son el resultado de la
maceración o decocción en agua de varias plantas que posteriormente se disuelven con alcohol. “Si bien sus defensores afirman que estos productos no tienen una finalidad sanitaria y que solo están dirigidos a mejorar el ‘equilibrio energético’ y el estado psicológico/emocional de la persona,
en la práctica se usan para tratar síntomas psicológicos y también físicos”, han explicado los autores del informe.
En más de un tercio de los estudios que se han analizado en
el programa de psudociencias se ha detectado que el uso de las flores de Bach perseguía frenar los
problemas de ansiedad, aunque únicamente en tres de ellos se han encontrado resultados positivos a favor de su eficacia. Para el resto de las patologías, solo se ha identificado un impacto beneficioso en los datos presentados por uno de los grupos de investigación, aunque la mayor parte no ha llegado nunca a publicarse en revistas científicas.
Ante esta situación, Sanidad ha concluido que hay muchas “dudas” sobre los resultados, ya no está contrastado el procedimiento en las investigaciones. “
La calidad de los estudios evaluados sobre la eficacia de la terapia floral (Flores de Bach) es muy baja, es decir, existe muy poca confianza en los resultados obtenidos”, han subrayado.
El origen de las flores de Bach
Los investigadores han recordado que el uso de la terapia floral se puso en marcha
en los años 30 del siglo pasado por el
médico inglés Edward Bach como un modelo holístico de la salud humana que enfatiza las relaciones entre la mente y el cuerpo, pero que con el paso del tiempo la evolución científica no ha podido respaldar. “Esta teoría de acción
no es sustentada por los conocimientos actuales de física y química, hecho en el que se fundamentan las principales críticas a esta terapia, indicando que sus efectos son atribuibles al placebo”, han apostillado los autores, que lo colocan al nivel de la homeopatía.
A pesar de esta realidad, la literatura científica reconoce que actualmente se sigue utilizando para el tratamiento de algunas dolencias como la
ansiedad ante los exámenes de estudiantes universitarios, el tratamiento de pensamientos indeseados, el
Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), la contención del
dolor, la
depresión, la
menopausia, así como para el manejo de las emociones en
personas con cáncer.
Las flores de Bach se han sumado así a la lista de terapias analizadas por el Ministerio de Sanidad en el seno de su campaña
#CoNprueba que no demuestran una confianza suficiente. El equipo técnico tampoco ha observado efectos positivos en
el uso de la musicoterapia para tratar problemas como la ansiedad, el estrés o la depresión. Mientras que ha limitado los beneficios de la acupuntura a un único tipo de dolor crónico provocado por el síndrome del túnel carpiano.
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