Ana Mato, en una imagen reciente compartida por AECEM.
20 nov. 2022 10:10H
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Casi dos legislaturas estuvo Mariano Rajoy al frente del Gobierno de España (2011-2018). En este tiempo, nombró dos ministras de Sanidad y un ministro. La responsabilidad de esta cartera, entonces con competencias en Consumo y Servicios Sociales, recayó consecutivamente en Ana Mato, Alfonso Alonso y Dolors Montserrat.
Con la perspectiva que da el tiempo (ya han pasado más de cuatro años del final del mandato de Rajoy), Redacción Médica indaga en las ocupaciones que han tenido estos tres exministros desde que dejaron la cartera sanitaria.
Ana Mato, la ministra marcada por Gürtel
La politóloga y socióloga Ana Mato Adrover (1959) fue la primera ministra de Sanidad del Gobierno que encabezó el popular Mariano Rajoy, allá por el mes de diciembre de 2011. Se mantuvo en el cargo hasta noviembre de 2014, casi tres años, pero la imputación por el caso 'Gürtel' la forzó a dimitir. Sin perfil sanitario, confió buena parte de su quehacer diario en Sanidad a su número dos, Pilar Farjas, una mujer con mucho recorrido en el sector de la salud (aún sigue en ello). Su medida estrella fue el decreto 16/2012 "para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud", un texto que fue de lo primero que tumbó Sánchez al llegar a La Moncloa. Los últimos meses de Mato en la sede del Paseo del Prado estuvieron sin duda marcados por el lastre judicial de uno de los casos de corrupción política que más tinta ha vertido en España.
Tras su salida de Sanidad trató de apartarse de los focos lo máximo que le permitió la Justicia (nunca fue una política mediática). Ahora, desde antes del comienzo de la pandemia, tiene una discreta vida pública ostentando un cargo de segunda fila. En la actualidad es presidenta de la Asociación Española de Consultores de Empresa (Aecem), un lobby empresarial y de autónomos que orbita en torno a patronales como la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y a la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), con casi treinta años de recorrido. Allí es la cara visible, con un discurso muy de nicho empresarial.
Alfonso Alonso, la solución de urgencia que funcionó
El filólogo y abogado Alfonso Alonso Aranegui (1967) fue la solución de Mariano Rajoy a la obligada salida de Ana Mato. Además de sus ocho años como alcalde de Vitoria, había demostrado su valía parlamentaria como portavoz del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados. Al llegar a Sanidad tuvo la sabiduría de buscarse un 'número dos' que conociese muy bien el sector y este ministerio, y así hizo tándem con Rubén Moreno, que ya había sido alto cargo en la casa y con un peso político muy notable en el partido. Juntos sacaron adelante el Plan Estratégico para el Abordaje de la Hepatitis C que dio respuesta a la demanda de miles de pacientes que quería acceder a la innovación farmacéutica que curaba esta patología.
En el año y nueve meses que estuvo como ministro le dio tiempo también a recuperar la vacuna de la varicela en las farmacia y su inclusión en el calendario estatal, e introducir la venta de la profilaxis de la meningitis en las oficinas de farmacia. Fue un ministro querido por el sector.
Tras unos años de presidente del Partido Popular en País Vasco, en la actualidad es presidente de Acento (Acento Public Affairs), una consultora enfocada tanto al ecosistema público como privado, especializada en regulación y asuntos públicos europeos. Curiosamente tiene como jefe (CEO y fundador) a José Blanco, exministro y dirigente del PSOE durante la etapa gubernamental de José Luis Rodríguez Zapatero. En este equipo también coincide con otra política reconocible por la opinión pública, la socialista Elena Valenciano, coordinadora de la campaña presidencial de Alfredo Pérez Rubalcaba y diputada en los parlamentos de España y Europa.
Dolors Monserrat, la cuota catalana
La cuestión de Cataluña (como años después pasará a Pedro Sánchez con Salvador Illa) marcó la necesidad para Rajoy de dar más peso a esta autonomía en su Gobierno, y así llegó la abogada Dolors Montserrat (1973) a tomar posesión del departamento sanitario. Era noviembre de 2016 y la situación acabaría desembocando en la aplicación del famoso artículo 155 de la Constitución Española, que convertía de facto a Montserrat en una suerte consejera de Salut de Cataluña, algo que en la realidad no sucedió.
Fue una ministra de un perfil técnico muy bajo, porque no conocía el sector y se fue solo con una ligera idea. Como le pasó a otros predecesores como Leire Pajín, le salvó de un peor diagnóstico la presencia un secretario general muy curtido en el sector, el preventivista José Javier Castrodeza. Iba camino de cumplir los dos años como ministra, cuando la moción de censura presentada por Pedro Sánchez desbancó al Gobierno popular de Rajoy, por lo que Montserrat tuvo que dejar el despacho del Paseo del Prado de forma precipitada.
La carrera profesional de la Montserrat exministra solo ha conocido la vida política y sus entornos públicos. Nada más salir del Ministerio, el PP la eligió como portavoz del grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados, y fue cabeza del cartel popular a las Elecciones Europeas de 2019. Desde entonces es eurodiputada y en Bruselas ha seguido ligada a la Sanidad como miembro de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimenticia.
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