José Antonio Lorente, especialista en investigación genética.
¿Cuáles son las perspectivas del diagnóstico genético en enfermedades respiratorias? “La genética no lo es todo. Lógicamente, hay que conocer la estructura, pero después de la genética están la transcriptómica, la metabolómica, la proteómica, el microbioma… Estos son datos que necesitamos aportar junto con los puramente genéticos y epigenéticos. En las patologías del aparato respiratorio aún hay que avanzar mucho en el conocimiento de estos mecanismos porque son enfermedades muy complejas, hay una gran influencia del medio ambiente y hereditaria que todavía no conocemos y, por lo tanto, las perspectivas en cuanto a la necesidad de hacer grandes estudios son muy buenas”, ha señalado el especialista en identificación genética José Antonio Lorente, director del Programa DNA-Prokids (propuesto para el Premio Príncipe de Asturias 2015), quien ha participado en un ‘Desayuno con Diamantes’ sobre genética y asma durante el 49º Congreso Nacional Separ.
“No hay una genética del asma. Los médicos tratamos siempre de asociar todo al cuadro clínico, que es la base del diagnóstico, pero el asma, al igual que muchas otras patologías, es un proceso de broncoconstricción y broncodilatación, en el que hay una mayor o menor permeabilidad y una respuesta a la inflamación. Lo que podemos ver con la genética no es el asma como tal, sino en qué casos se produce una broncoconstricción que no responde al tratamiento o una broncodilatacion porque sí responde, o en qué situaciones hay una mayor inflamación y, por lo tanto, persiste el asma”, ha detallado.
Pedro José Romero, Miguel Perpiñá y José Antonio Lorente.
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En este sentido, Lorente ha recomendado cambiar el concepto y buscar los mecanismos de tipo celular e histopatológico que están condicionando la enfermedad. “Hay muchísima información en ese campo, pero también falta mucha por generar porque hay una multitud de polimorfismos y genes asociados al asma que conocemos, pero que todavía no nos aportan la información necesaria para que podamos clasificar a los pacientes, no solo desde el punto de vista clínico sino, también, con ayuda de la genética”, ha explicado el investigador.
Respecto al uso de la biopsia líquida —tratar de obtener información a través del análisis de sangre de, por ejemplo, células tumorales circulantes en casos de cáncer de pulmón para conocer su fenotipo y prever qué tratamiento es el más adecuado y la evolución de la enfermedad—, Lorente ha comentado que “las perspectivas de desarrollo de este tipo de análisis en patología respiratoria es realmente impresionante y prometedor”.
Bioinformática y análisis masivos del genoma
Según Lorente, “una de las grandes limitaciones que tenemos actualmente es tratar de correlacionar los resultados genéticos. La base para ello es la bioinformática, es decir, una vez que la información está generada, hasta qué punto somos capaces de interpretarla y manejarla adecuadamente en la historia clínica del paciente”. Además, ha añadido que es importante saber correlacionar todos los datos genéticos con la evolución del paciente: “A veces tenemos datos puntuales de mutaciones y polimorfismos que están descritos, pero que no somos capaces de aplicar directamente al paciente. Hay que concentrarse en hacer esta traslación muy bien”.
“Con el desarrollo actual de las nuevas tecnologías y los análisis masivos del genoma surge la necesidad de acometer importantes investigaciones colaborativas para tener una población grande y conseguir los presupuestos adecuados”, ha reflexionado el especialista.
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