Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.
La
Comisión Europea ha descartado tomar partido en la reivindicación de la profesión médica española para reconvertir su categoría profesional en
la nueva figura del A+. A pesar de que las instituciones comunitarias cuentan con su propio sistema de niveles para enmarcar las diferentes cualificaciones, desde Bruselas consideran que
corresponde a cada uno de los países miembro decidir de qué manera adaptan sus reglas al organigrama común y que no existen unas pautas específicas para cada
perfil laboral.
El órgano de gobierno de la Unión Europea no ha querido entrar a valorar la iniciativa que
respaldan buena parte de los sindicatos del sector salud y ha emplazado el debate al escenario español. “
Es una competencia nacional determinar qué cualificaciones nacionales se encuentran en qué nivel del Marco Europeo de Cualificaciones (EQF)”, han apuntado a
Redacción Médica fuentes gubernamentales del área de Empleo, Inclusión Social e Inversión.
Desde Bruselas han recordado además que el EQF “
no dice nada sobre el nivel de las profesiones individuales y sus calificaciones, por ejemplo, en el sector salud”. Una condición que les impide entrar a valorar si los médicos deben escalar hasta una nueva categoría de A+, mientras que los enfermeros deberían quedar enmarcados en el A1, como actualmente se debate en los círculos de la sanidad española.
La Comisión Europea sí que ha apuntado que el EQF marca unas
pautas generales para el conjunto de las profesiones. De esta manera, aquellas carreras que implican un
master universitario se suelen enmarcar en
el nivel 7 del organigrama, mientras que las que corresponden con una
licenciatura corresponden habitualmente al
6.
“El EQF es un marco de referencia europeo de ocho niveles con los que se relacionan las cualificaciones, en función de los
resultados de aprendizaje proporcionados por estas cualificaciones nacionales”, han detallado.
La reivindicación sindical del A+
La existencia de un marco europeo es uno de los argumentos que han sostenido organizaciones como la
Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) en sus aspiraciones para la
creación de la figura del A+. Desde la entidad, defienden que el actual modelo mantiene una correlación entre los niveles
6 y 7 de del EQF con las categorías A1 y A2 que se establecieron en el Estatuto Marco en el año 2007.
Sin embargo, ante la reclamación de la Enfermería para adecuar sus competencias al grupo A1, el sindicato ha reivindicado que se tenga en cuenta el modelo europeo para ascender también a los médicos a un potencial nuevo grupo. “
De lo contrario se estaría incurriendo en un intolerable agravio comparativo que situaría en el mismo rango a dos profesiones con evidentes diferencias tanto en el tiempo de formación exigido, capacidades y responsabilidades adquiridas”, han apostillado.
Desde CESM han recordado además que el Consejo Europeo plantea muchas más
“exigencias” para los profesionales del grupo 7 del EQF que a los del 6, fundamentalmente vinculado con los
“conocimientos altamente especializados y de vanguardia” en materias como la investigación, innovación o gestión.
Su planteamiento coincide en buena parte con una propuesta que desde hace años ya ha colocado sobre la mesa de negociaciones
Comisiones Obreras. Su objetivo es utilizar el número de
créditos ECTS de las titulaciones como el principal baremo a la hora de establecer las categorías profesionales del Sistema Nacional de Salud (SNS). Esa condición mantendría la diferencia actual entre médicos y enfermeros. Mientras que también encajaría con las características que recoge el EQF europeo.
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