El 80% de los médicos admite haber tenido conflictos con sus colegas.
La Medicina avanza hacia un
sistema de trabajo cada vez más multidisciplinar. Sin embargo, la puesta en común de conocimientos entre diferentes especialidades puede conllevar también más conflictos y gestionarlos de manera adecuada será clave para la asistencia sanitaria. Por ello, se ha hecho un estudio con el objetivo de investigar el efecto de la
educación sobre la actitud de los estudiantes de Medicina en la gestión de conflictos basada en el modelo de Fogg.
La principal conclusión de esta investigación es que la
intervención en la gestión de conflictos utilizando el modelo Fogg puede
mejorar la actitud de los futuros médicos. "Al realizar una educación sobre la gestión de conflictos utilizando el modelo Fogg como marco para la intervención, que abarca la motivación, la capacidad y los estímulos con estudiantes de Medicina preclínicos, se pueden ver mejoras en los estudiantes", indican. "Este enfoque puede ayudar a los docentes
médicos a utilizar métodos creativos basados en
modelos para enseñar la gestión de conflictos y preparar a los estudiantes para trabajar en equipos de atención médica", añaden.
Según detallan en el texto, para
brindar una atención óptima al paciente es necesario establecer una comunicación eficaz en los equipos sanitarios. Los conflictos son una de las barreras importantes para la colaboración de los profesionales y suelen darse cuando las
necesidades, expectativas, objetivos o valores de los miembros del equipo no están alineados, lo que altera la comunicación entre ellos.
Concretamente, el
80 por ciento de los trabajadores vinculados al campo de la salud han afirmado haber experimentado algún conflicto con sus compañeros. "Los conflictos en los equipos de atención médica pueden conducir al agotamiento, la rotación y la intención de dejar sus trabajos. Además,
aumentan los errores médicos y pueden ocasionar
grandes consecuencias económicas en el sistema de atención médica", especifican.
¿Qué ocurre si no se gestionan bien? Las consecuencias negativas las pueden percibir los profesionales de la salud,
los estudiantes, los pacientes y los sistemas de atención médicas; mientras que si se maneja de manera efectiva, puede mejorar la dinámica, la creatividad y
la efectividad del trabajo en equipo.
Modelo de Fogg para gestionar conflictos en médicos
La Universidad puede ser un espacio para intervenir antes de que
se desarrollen las discrepancias y los malos entendidos entre los médicos. Según la gestión de conflictos se considera un comportamiento modificable en el rendimiento de los estudiantes. Este sistema se centra en la relación entre el comportamiento y los factores que afectan el cambio del mismo. En este sentido, el modelo de Fogg explica tres factores
(motivación, habilidad e incitación) como elementos efectivos para realizar una conducta.
"Aunque los dos factores de motivación y habilidad pueden
reforzarse y compensarse entre sí, una alta motivación sin la habilidad para realizar esa conducta no es suficiente. Según el modelo de Fogg, los estudiantes con la habilidad necesaria para realizar esa habilidad pueden ser alentados a hacerlo con uno de los tipos de motivación, incluyendo
placer/dolor, esperanza/miedo y aceptación/rechazo social", apuntan.
Por todo ello, proporcionar incitaciones efectivas es una estrategia efectiva para
alentar y facilitar la conducta. La incitación en el papel de estímulo puede ser un mensaje de texto corto, una imagen que invite a la reflexión, una estadística interesante, etc. Una incitación puede entregarse en uno de tres modos:
una chispa (que tiene un elemento motivador para iniciar), un facilitador (que enfatiza la facilidad de realizar la conducta) o una señal (un simple recordatorio).
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