Luis Antuña y Juan Antonio Marqués.
Tanto las
urgencias hospitalarias como extrahospitalarias del Sistema Nacional de Salud (SNS) se encuentran tensionadas ante un
incremento de la demanda por parte de los ciudadanos que acuden a estos servicios, en ocasiones
por cuestiones que no son urgentes y como solución a la demora en la atención especializada y de Familia. Una práctica que otros países europeos como Francia
intentan evitar con un cobro por el acto médico si este no es urgente. Sin embargo, tanto desde la Organización Médica Colegial (OMC) como desde la Sociedad Española de Directivos de Salud (Sedisa) consideran que esto es
incompatible con los criterios que rigen el SNS y apuestan por potenciar las urgencias con mayores recursos.
Esta solución a la francesa ha sido planteada por varios facultativos en reiterados foros sanitarios y a través de redes sociales, sin embargo,
su implantación se antoja “inviable”. “No es un sistema viable en España, aquí la sanidad es muy garantista, universal y persigue la equidad para todo el territorio. Plantear si en función de si es una urgencia adecuada o no pagarla, es
desanimar a que el paciente acuda. Además,
no es un buen modelo trasladar esta responsabilidad a los facultativos”, señala Luis Antuña Montes, presidente del Colegio de Médicos de Asturias, jefe del Servicio de Urgencias del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y miembro de la Comisión Permanente de la Organización Colegial Médica (OMC).
Antuña Montes tiene claro que
se interpretaría como un “límite” para acudir a urgencias y considera que si se quiere garantizar la asistencia universal, incluir un condicional económico afectaría al “más desfavorecido”. “No todos consideramos urgente lo mismo, es algo que varía según la persona. Poner una condición económica en ello no es bueno. En España tenemos un sistema y un modelo que inicialmente tenía todo el sentido”, reivindica el facultativo.
Los criterios que rigen el SNS, chocan contra la facturación de falsas urgencias
Un parecer que comparte Juan Antonio Marqués, miembro de la Junta Directiva de Sedisa: “El modelo francés de atención de urgencias, centrado en los hospitales,
no sería el más adecuado en España de acuerdo con los criterios que rigen nuestro SNS
. Hoy en día implantarlo en España es inviable, pues además de generar gran malestar a diversos niveles -ciudadanos, profesionales, ayuntamientos, sindicatos…- por la pérdida de un servicio importante, supondría una saturación casi permanente de los servicios de urgencia hospitalarios”.
Marqués:"No se dan en absoluto las condiciones, menos aún con las dificultades económicas que atravesamos, para que aquellos casos de supuesta “falsa urgencia” se sometan a copago o se facturen al usuario"
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En ese sentido, Marqués recuerda que el SNS apostó hace mucho tiempo por potencia la accesibilidad a la asistencia por parte de los ciudadanos, tanto en la atención programada como en el caso de las urgencias. “Los puntos de atención urgente extrahospitalarios son de gran utilidad, no solo por la mayor cercanía a la población sino también por descargar de casos menos complejos a los hospitales públicos. Y todo ello sin copago alguno.
No se dan en absoluto las condiciones, menos aún con las dificultades económicas que atravesamos, para que aquellos casos de supuesta “falsa urgencia” se sometan a copago o se facturen al usuario.
Tampoco los médicos se prestarían a ello. Otra cosa es que esos puntos asistenciales extrahospitalarios sean más o menos eficientes, cuestión que actualmente queda en segundo plano”, explica el miembro de Sedisa.
¿Cómo funciona el pago por falsas urgencias?
En el caso francés, según detallan desde la OMC, suele retribuirse el acto médico a cargo del ciudadano y a este se lo reintegran en torno al 80 por ciento el Estado y las mutuas. De manera que
es el paciente quien elige el sitio donde ser atendido y la colaboración público-privada es “absoluta”.
“Casi toda la Medicina de Familia es privada, el ciudadano elige donde va, los médicos se instalan en una zona y el ciudadano paga por cada acto médico. Después, el sistema público se encarga de los hospitales y la atención medicalizada de urgencias. Sí hay urgencias de Primaria, pero el estado no garantiza su cobertura, son
los médicos los que deciden dar cobertura de urgencia las 24 horas del día, siempre pagando por ello”, explica Antuña Montes, quien considera que el pago por “falsas urgencias” no es una “práctica habitual”.
¿Cómo solventar la saturación en Urgencias?
Desde Sedisa no ven en ningún país de nuestro entorno un modelo de organización de la atención urgente mejor que el español. Entre otras cosas porque, además de Francia, un buen número de esos países (Alemania, Bélgica, Holanda, Portugal, por ejemplo) disponen de copago, no solo para las urgencias sino para otras prestaciones como ingresos o consultas.
“Hoy por hoy
nuestro modelo, aunque tenga aspectos mejorables,
es muy equitativo. Solo contempla el copago (habiendo colectivos excluidos de él) para los medicamentos con receta y otras prestaciones como los artículos de ortopedia. Y, además, la implantación de nuevos copagos va a estar aún más limitada por la ley. En todo caso y si hubiera gran necesidad de hacerlo, modificar esas condiciones solo debería llevarse a cabo con consenso muy amplio entre las fuerzas políticas”, argumentan desde Sedisa.
Al mismo tiempo, Marqués reconoce que
es “evidente” que hay que habilitar soluciones para la situación actual, la cual está “marcada por la escasez de profesionales y por lo poco atractivas que resultan las condiciones laborales en muchos de esos puntos asistenciales”.
“Es necesario
incentivar el trabajo en esos puestos con mejores salarios y más estabilidad laboral que, de entrada, evite en la medida posible la marcha de médicos y enfermeros formados en España. En ese sentido, tenemos la impresión de que, de una u otra manera, todos los servicios de salud de las comunidades autónomas están haciendo esfuerzos para acometer las actuales necesidades que la Primaria en general y la atención de urgencias en particular. Estamos esperanzados en que aparezcan soluciones a corto-medio plazo”, explica el miembro de Sedisa.
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