Déficit de anestesiólogos, una amenaza para el SNS por mala planificación

La sanidad española enfrenta un reto de gran magnitud en los próximos años: la escasez de anestesistas en el Sistema Nacional de Salud (SNS). Un informe del Sindicato Médico de Granada (Simeg) alerta sobre el impacto que las jubilaciones y la falta de planificación tendrán en esta especialidad crucial para el funcionamiento de los hospitales y la reducción de listas de espera en el sector médico.

El documento advierte que, entre 2023 y 2028, se jubilarán unos 1.324 anestesistas, de los cuales alrededor de 1.082 pertenecen al sector público. Si bien en ese mismo periodo podrían terminar su formación cerca de 2.305 nuevos especialistas, la distribución geográfica desigual y las condiciones laborales pueden dificultar la cobertura efectiva de las vacantes.

A partir de 2029, la situación se volverá aún más crítica, ya que otros 1.768 anestesistas alcanzarán la edad de jubilación entre ese año y 2038, lo que representa el 25 por ciento de la plantilla actual del SNS. En total, en los próximos 16 años, el 40,3 por ciento de los anestesistas en activo podrían retirarse.

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"Entre 2023 y 2028 se jubilarán unos 1.324 anestesistas de los cuales alrededor de 1.082 pertenecen al sector público"

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El problema no es nuevo. En 2007, ya se alertaba sobre la necesidad de prever el impacto de las jubilaciones de los médicos que terminaron su formación en los años 80. Sin embargo, la falta de planificación llevó a un recorte drástico de plazas MIR entre 2010 y 2014, lo que redujo la cantidad de nuevos especialistas en formación. Aunque en los últimos años se ha incrementado la oferta de plazas, la recuperación ha sido lenta y aún se sienten los efectos de aquella reducción.

Además, el informe subraya que no basta con aumentar el número de plazas en las facultades de Medicina y en el MIR si no se mejoran las condiciones laborales. En la actualidad, los médicos recién formados enfrentan contratos precarios y dificultades para acceder a una estabilidad profesional que les permita desarrollar su carrera en España. Muchos optan por emigrar en busca de mejores oportunidades laborales.

Diferencias entre comunidades autónomas

El análisis del Simeg también muestra desigualdades significativas entre comunidades autónomas. Cataluña, Galicia y Castilla y León tienen los mayores porcentajes de anestesistas mayores de 60 años (21,4; 20, y 19,5 por ciento, respectivamente), lo que las sitúa en una posición de riesgo en los próximos años. En contraste, Ceuta y Melilla presentan la menor proporción de médicos en edad cercana a la jubilación (6,7 por ciento).

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"Madrid es la única comunidad con un 'superávit' aparente de anestesistas"

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Madrid, por otro lado, parece ser la única comunidad con un "superávit" aparente de anestesistas, ya que la cantidad de especialistas que podrían terminar su formación en los próximos años es mayor que el número de jubilaciones previstas. Sin embargo, esto no garantiza que la oferta de profesionales sea suficiente para cubrir todas las necesidades del sistema.

Posibles soluciones

El informe concluye que España necesita aumentar las plazas MIR en especialidades deficitarias en el corto plazo para paliar el problema, pero también destaca la importancia de realizar estudios demográficos más precisos para evitar el riesgo de formar especialistas que luego no encuentren empleo estable. Se propone, además, mejorar las condiciones laborales y salariales para retener el talento y evitar la fuga de profesionales al extranjero.

Una medida que se está aplicando en Atención Primaria es la "jubilación activa", que permite a los médicos seguir trabajando con jornada reducida mientras cobran parte de su pensión. Esta opción podría extenderse a especialidades como Anestesiología para garantizar la continuidad del servicio mientras se incorporan nuevas generaciones de profesionales.

La crisis de anestesistas en España no es solo un problema de números, sino de planificación y condiciones laborales. Sin una estrategia clara a medio y largo plazo, el sistema sanitario corre el riesgo de sufrir un colapso en una de las especialidades más críticas para el funcionamiento hospitalario.