Jorge Tarancón, Elena Madroñal, Cristina Bravo y Araceli Merino son los artífices del prototipo para esta enfermedad.
La
inteligencia artificial poco a poco va generando nuevas oportunidades y soluciones dentro de la sanidad, con el objetivo de
facilitar la vida a los pacientes. Con esta visión en mente, el
Hospital de Fuenlabrada está en proceso de confeccionar un
prototipo de servicio digital para pacientes con enfermedad tromboembólica (ETE). El trabajo multidisciplinar de los Servicios de
Farmacia Hospitalaria y
Medicina Interna empezará
segmentando a estos pacientes en tres grupos de
treinta personas, diferenciando entre pacientes
oncológicos,
independientes y
dependientes. A partir de un análisis completo de datos, se diseñará el prototipo conocido como
Promete y se llevará a cabo un
testeo real, con la finalidad de que el paciente recupere el
control de su vida.
Cristina Bravo, farmacéutica del Servicio de Farmacia Hospitalaria, afirma en Redacción Médica que “se ha constituido un equipo de trabajo multidisciplinar donde incorporamos al equipo farmacéuticos hospitalarios, miembros del equipo de
sistemas de información y
dos médicos internistas". No fue una casualidad seleccionar esta enfermedad, ya que Bravo explica que “se trata de una patología que impacta a un número elevado de pacientes al tener una
prevalencia e incidencia considerable”.
El
papel de la inteligencia artificial en sanidad resulta fundamental a la hora de facilitar el abordaje en pacientes con esta enfermedad.
Jorge Tarancón, ingeniero biomédico del área de Sistemas de Información, explica que, gracias a esta tecnología, “se incorporarán
técnicas Big Data para analizar los datos proporcionados en vida real, adaptados a cada paciente". Por otra parte, se realizarán
análisis predictivos para la prevención de la
recurrencia y
mortalidad. Finalmente, se establecerán algoritmos que impacten en la toma de decisiones clínicas.
Madroñal: "Las consultas tienen limitaciones y el paciente no trasmite sus miedos"
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Elena Madroñal, facultativa del Servicio de Medicina Interna, reconoce que la
consulta a estos pacientes muchas veces presenta ciertas
limitaciones, como por ejemplo “
los miedos que no trasmiten. Con este proyecto, se tendría una representación más ajustada a la realidad de lo que le ocurre al paciente, evitando visitas a
Urgencias o consultas imprevistas”. Una vez el modelo esté validado, se llevarán a cabo análisis predictivos y gracias a los algoritmos creados, Madroñal expone que “se tomarán
decisiones clínicas ajustadas a cada tipo de paciente”.
Segmentación de pacientes con enfermedad tromboembólica
El proyecto se encuentra en una
fase inicial de exploración, aunque el primer paso para confeccionar el servicio digital será obtener aprendizajes validados. En este sentido, Bravo detalla que la segmentación de pacientes es clave para "abordar con mayor precisión sus necesidades".
Para ello, la especialista estima que será necesario entrevistar a
30 pacientes por grupo para tener una
visión representativa de cada grupo y analizar e identificar patrones comunes: “Se obtendrán
datos de calidad de vida, limitaciones funcionales, satisfacción con el tratamiento anticoagulante, cambios en la visión de vida, bienestar psicosocial; variables clínicas asociadas a posible recurrencia/supervivencia;
complicaciones asociadas con el tratamiento y consecuencias a largo plazo de la enfermedad”.
Bravo: "Se segmentará a los pacientes en tres grupos en base a sus necesidades"
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Una vez el prototipo Promete sea una realidad, Tarancón destaca que “se tendrá diseñado el modelo sobre el cual se podrá
extrapolar al resto de pacientes con ETE”. Otro paso a futuro será lograr la interoperabilidad, permitiendo que el prototipo se trasladade a otros centros de la Comunidad de Madrid.
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