Su riesgo se equipara al de la población que ya ha sufrido un infarto

El 80% de las personas con diabetes muere por enfermedad cardiovascular


3 oct. 2017 13:45H
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El 80 por ciento de las personas con diabetes fallece por enfermedad cardiovascular, explica la coordinadora del área de Diabetes de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), Rebeca Reyes, quien advierte de que "hay estudios que equiparan el riesgo de mortalidad de una persona con diabetes tipo 2 sin un infarto, al de una persona que haya tenido un infarto de miocardio pero no presente diabetes".

Por tanto, en el caso de este tipo de pacientes, "prevenir las enfermedades cardiovasculares es clave y debe realizarse alcanzando un buen control de la glucemia desde el diagnóstico de la diabetes, además de controlar la presión arterial y el colesterol", señala la experta.

Para ello es fundamental, añade, mantener “un peso adecuado y unos hábitos de vida saludables, entre los que destaca la dieta mediterránea, la práctica de ejercicio físico regular, y no fumar".

Además de la diabetes, entre los factores de riesgo cardiovascular hay que incluir la hiperglucemia, la hipertensión, la dislipemia (alteración de colesterol y triglicéridos), la obesidad, el sedentarismo y los hábitos de vida poco saludables.

Algunas de las recomendaciones que lanzan desde la SEEN para la prevención de estas enfermedades son mantener un peso adecuado, en caso de obesidad reducir el peso provoca la desaparición o mejora de algunos factores de riesgo; seguir una dieta saludable, reduciendo al mínimo el consumo de azúcar y las grasas animales, y moderar el consumo de bebidas alcohólicas.

El consumo de grasas, a debate

Los hábitos de vida saludables (alimentación, actividad física y el no consumo de productos tóxicos) son los que influyen de manera más directa y determinante en la salud de la población, por delante de la herencia genética o la contaminación ambiental. La SEEN hace hincapié en la importancia que tiene la nutrición a la hora de proteger la salud contra estas dolencias.

Tal y como apunta el miembro del área de Nutrición de la SEEN, el doctor Luis Miguel Luengo, "siempre ha sido inevitable la existencia del debate sobre el efecto de determinados alimentos o nutrientes en la salud cardiovascular". Este es el caso de las grasas en la alimentación.

"Hace unos años estaban asociadas a efectos negativos, mientras que actualmente se sabe que el consumo total de grasas no parece que sea lo que más influya de nuestra alimentación en la salud cardiovascular, siendo más importante el tipo de grasas consumida más que su cantidad", añade el doctor.

Según este experto, a día de hoy sabemos que, por ejemplo, las grasas presentes en los pescados azules y en los frutos secos, que son ácidos grasos poliinsaturados, de la serie omega-3 y omega-6, respectivamente, ayudan a disminuir el colesterol y los triglicéridos en sangre, así como el aceite de oliva, ya que las grasas predominantes en el mismo son monoinsaturadas, y mejoran el perfil de grasas en la sangre. Otro elemento que está adquiriendo cada día más relevancia es el consumo de hidratos de carbono de absorción rápida (azúcares) más que el consumo total de carbohidratos.
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