Ricardo Gómez Huelgas.
El hasta ahora vicepresidente primero de la Sociedad Española de Medicina Interna (
SEMI),
Ricardo Gómez Huelgas, ha asumido la presidencia en el marco del
XXXIX Congreso de la sociedad. El también jefe de Medicina Interna del
Hospital Regional de Málaga ha charlado con
Redacción Médica sobre los retos para la
Medicina Interna, y la sanidad en general, en el próximo bienio.
El nuevo presidente de la sociedad médica quiere mantener una línea continuista en pro del generalismo y las alianzas con
Atención Primaria y
Enfermería, pero también es consciente de que hay algunas "asignaturas pendientes". Entre ellas, llegar a las asociaciones de pacientes o mejorar el abordaje multidisciplinar de patologías que encierran numerosas comorbilidades, como las psiquiátricas y las neurodegenerativas.
Gómez Huelgas señala la necesidad de aliarse con las asociaciones de pacientes.
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Medicina Interna es la especialidad más numerosa en el hospital. ¿Hay un cálculo de cuántos son socios de la SEMI?
Es difícil porque no hay un
registro de especialidades médicas ni de especialistas. Ni los colegios ni las sociedades científicas lo controlan. Calculo que el 70 por ciento de los internistas españoles están dados de alta en SEMI. Quizá haya un 25-30 por ciento que no está.
Medicina Interna es
la especialidad médica hospitalaria con más dotación a nivel nacional, y con más producción. Una de cada cinco altas de pacientes adultos está firmada por un internista.
¿Con qué motivación asume la presidencia de la SEMI?
Cuando uno decide dar el paso de presentarse a un puesto directivo de esta naturaleza, y de asumir la representación de un colectivo médico tan importante como los internistas españoles, la primera motivación es el
sentido de la responsabilidad y el compromiso con la Medicina Interna.
Vengo con ilusión, creo que tengo la capacidad para poder asumir los retos que tenemos los internistas españoles a corto plazo. También vengo con la tranquilidad de que la SEMI tiene una estructura directiva progresiva, que permite la asunción progresiva de los puestos directivos y responsabilidades: estuve dos años de vicepresidente segundo y otros dos de vicepresidente segundo.
Para nosotros, como sociedad científica, es importante tener una continuidad, una coherencia en los objetivos y el
desarrollo estratégico de la sociedad, y con este sistema, esos objetivos se facilitan.
A diferencia de otras sociedades, en las que las juntas directivas cambian en bloque, la SEMI tiene una estructura más transversal. Depende, por un lado, de cada una de las sociedades autonómicas, y por otro, los cargos directivos, la comisión permanente, tiene un sistema rotatorio que permite que no haya grandes oscilaciones.
"La asistencia social es una de nuestras asignaturas pendientes".
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Si uno analiza
la trayectoria de las directivas de los últimos 20-25 años, ha sido bastante coherente sobre dónde vamos, cuáles son los objetivos estratégicos, nuestras prioridades.
Más allá de la línea de coherencia con anteriores juntas directivas, ¿cree que se pueden desarrollar ahora nuevos objetivos?
La estrategia general va a ser bastante continuista porque nuestros objetivos prioritarios están claros: el compromiso irrenunciable a atender de forma integral al paciente adulto, la
alianza estratégica con Atención Primaria porque compartimos el mismo concepto de generalismo médico, queremos profundizar también nuestra relación con la Enfermería, es nuestro gran aliado en el cuidado de pacientes complejos.
Eso va a permanecer y se va a potenciar, la defensa no tanto de la especialidad sino de una forma de entender la Medicina que hoy en día es absolutamente necesaria para
dar respuesta a las necesidades de la sociedad. No es tanto una defensa corporativa sino que somos, junto con la Primaria, lo que hace que el sistema sanitario público sea sostenible.
Hay alguna asignatura pendiente. En estos dos años,
me gustaría profundizar en las relaciones con las asociaciones de pacientes. Pensamos que, hasta ahora, reflejan el sistema sanitario: Hay asociaciones de pacientes de órgano, otras de enfermedad, de distintas terapéuticas...
"Sin presupuesto, la estrategia de cronicidad no va a llegar a la población
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Pero faltan, o tienen que tener más voz, las asociaciones que son transversales y lo que piden es que me atiendan bien determinada enfermedad o tener acceso a determinado tratamiento, sino que el sistema se organice para dar respuesta al paciente prevalente, que es un paciente mayor con múltiples patologías simultáneas.
Esas asociaciones, que empiezan a emerger, tienen que tener más visibilidad, aliarnos con ellas, y acudir de forma conjunta a los foros donde se toman decisiones sanitarias.
La coordinación con Atención Primaria es una de las principales líneas de trabajo de la SEMI. ¿Cuáles son los principales retos de la comunicación? Por ejemplo, la historia clínica electrónica compartida entre centro de salud y hospital todavía cuesta verla.
Uno de los problemas añadidos que tenemos en España es que nuestro sistema sanitario está tremendamente descentralizado. El grado de desarrollo de determinados elementos como la historia clínica electrónica –que es un elemento capital para coordinarse entre los dos niveles asistenciales– tiene un nivel de implantación muy diferente.
Hoy en día,
la mayoría de historias clínicas de las comunidades no son compatibles entre ellas, lo cual es algo paradójico. Un médico en Andalucía no tiene acceso al historial clínico de un paciente de Madrid que pasa un tiempo de vacaciones.
El Ministerio de Sanidad es consciente de esta problemática y sé que está poniendo los medios para compatibilizar este sistema, pero algo que parece de sentido común se ha complicado de tal manera que llevamos 20 años persiguiendo ese deseo.
"El liderazgo de los internistas en asistencia compartida es de gran valor".
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Por otro lado,
el grado de desarrollo de las comunidades autónomas en su estrategia de cronicidad, que se basan en la atención compartida entre Primaria y hospital, tiene muchas diferencias de implantación y enfoque en las distintas comunidades autónomas.
Es difícil establecer mecanismos de coordinación si desde las estructuras organizativas no se ponen los mecanismos para ello, pero trabajando a nuestro nivel, nuestra obligación es coordinar el mensaje con Atención Primaria, que en esto hemos avanzado mucho, y hacer trasladar un mensaje común a los órganos competentes, asociaciones de pacientes y los medios sobre la necesidad de reorientar el modelo sanitario actual.
Muchas veces, los servicios sociosanitarios parece que se olvidan al hablar de sanidad. ¿Hay mucha inequidad entre las comunidades autónomas en la coordinación con ellos desde el hospital?
La asistencia social, globalmente, es una de las grandes olvidadas en nuestro país. Cada vez más, los pacientes van a demandar más necesidades de soporte social y menos de soporte sanitario complejo.
Son dos realidades que se dan la espalda: desde el punto de vista organizativo,
el mundo sanitario y el de los servicios sociales están poco coordinados. Es una de las asignaturas pendientes que debemos resolver en nuestro país desde un punto de visto político, presupuestarios.
"La soledad es un factor de riesgo que mata más que la obesidad"
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En otros países, como el Reino Unido, van por delante. Si nos centramos en las necesidades reales del pacientes, muchas veces no es más atención sanitaria sino más soporte social. Tenemos cada vez más datos de que los factores sociales tienen un tremendo impacto en la salud de las personas.
Desde los años 70, sabemos que
el impacto en la salud poblacional de la inversión en servicios médicos es pequeño comparado con el impacto de la inversión en recursos sociales o estilos de vida. Tiene más impacto que la gente haga ejercicio, tenga una dieta sana, un buen sistema de agua potable…
Últimamente, de la mano del envejecimiento de la población, se está poniendo el foco en la importancia de los factores sociales ligados al envejecimiento. La soledad es un factor de riesgo que mata más que la obesidad.
El impacto de envejecer solo es equivalente a consumir un paquete de cigarrillos diario en términos de salud poblacional.
Tendremos que adaptarnos, y no siempre el liderazgo, desde el punto de vista presupuestario, tiene que ir de la mano de la tecnología médica. Eso puede ser un complemento importante y necesario, pero complemento a una reforma más profunda, que la sociedad debe plantearse: ¿Cómo estamos viviendo? ¿Qué calidad de vida tenemos? ¿Nuestro estilo de vida se adapta a nuestras necesidades? El médico no puede ser ajeno a los problemas sociales.
¿Es necesaria una actualización de la estrategia nacional de cronicidad?
No ha habido una política de implementación homogénea entre las distintas comunidades autónomas. Muchas de ellas tienen su propio plan de atención a la cronicidad, con distintas peculiaridades…
Más que un nuevo plan,
lo que hace falta es que los planes estratégicos se acompañen de planes presupuestarios. Si no hay partida presupuestaria que avale y facilite la implantación de una estrategia, podemos estar toda la vida escribiendo unas estrategias maravillosas que no van a llegar a la población.
Gómez Huelgas, en un momento de la entrevista.
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Las políticas ministeriales y de las autonomías deben ser coherentes con esa cronicidad. Si queremos una estrategia de crónicos que pivote en la Atención Primaria,
hay que mimar y proteger a la Primaria.
Si queremos una estrategia de crónicos que evite la fragmentación del paciente y que dé una visión global y personalizada a cada paciente con complejidad, debemos
apostar por especialidades generalistas como la Medicina Interna. Hay que ser coherente con los presupuestos y la planificación sanitaria.
En el paciente pluripatologico se habla mucho de enfermedades cardiovasculares, diabetes... ¿Qué hay de campos como la salud mental y las enfermedades neurodegenerativas? ¿Son campos 'a conquistar' por parte del internista?
Un campo que tiene mucha trayectoria presente pero que sin duda va a tener un gran desarrollo en el futuro inmediato, es la asistencia compartida. Los pacientes crónicos complejos van a necesitar una atención multidisciplinaria en la que habrá que colaborar desde distintas especialidades y profesiones sanitarias.
En ese sentido, la integración, incluso el liderazgo, en esos equipos multidisciplinares, de los médicos internistas, es algo de gran valor porque, de alguna forma, la visión integral facilita cuál es la prioridad para el paciente cuando compiten distintas prioridades diagnósticas y terapéuticas.
La asistencia compartida a pacientes médicos y quirúrgicos es una realidad, en muchos hospitales españoles,
los servicios quirúrgicos cuentan con un internista consultor para abordar o complementar el tratamiento quirúrgico con el abordaje global que prevenga las complicaciones.
"Me gustaría que la Medicina Interna fuera una especialidad más conocida y reconocida"
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Hay algunas áreas en las que esa asistencia compartida está empezando. Una son los pacientes psiquiátricos. Cuando se analizan sus expectativas de vida, los datos son demoledores: la población con patología psiquiátrica mayor tiene una esperanza de vida netamente inferior a los controles de su misma edad y sexo sin esa enfermedad.
El abordaje médico de estos pacientes siempre ha estado en un segundo plano porque ha prevalecido su enfermedad mental, pero tienen mucha más prevalencia de enfermedad cardiovascular, diabetes, cáncer… que los pacientes sin enfermedad psicótica.
Por otro lado,
el paciente con demencia avanzada requiere un cuidado especial a la hora de la toma de decisiones y un abordaje que no se centre solo en el aspecto neurológico sino en el global del paciente.
En mi propio hospital tenemos una asistencia compartida a estos pacientes, entre Neurología, Medicina Interna y Atención Primaria.
La Medicina Interna ha impulsado muchos planes dirigidos a la calidad de la asistencia (right care, choosing wisely). ¿Las administraciones son conscientes de la necesidad de este tipo de estrategias de calidad?
Las sociedades científicas tenemos la
obligación ética de comprometernos en una Medicina de calidad, eficiente. Muchas veces, hacer más no es lo mejor. SEMI está comprometida con muchas iniciativas y, en concreto, en el
choosing wisely, Medicina Interna ha liderado este movimiento y ha tenido eco en el Ministerio, que ha recogido una iniciativa interdisicplinaria sobre cómo actuar prudentemente: ¿Qué actuaciones frecuentes no aportan beneficio a los pacientes y, por razones históricas, de inercia, se siguen haciendo?
Esto no solo supone un coste innecesario para el sistema –que también es una responsabilidad– sino que son actuaciones que pueden poner en riesgo la salud y el bienestar de los pacientes.
Es importante concienciar a los médicos de que
lo importante no es hacer mucho sino hacer lo necesario, lo justo para las necesidades concretas del paciente.
¿Con qué espera haber avanzado en la Medicina Interna cuando deje la presidencia?
A mí me gustaría que, después de dos años de presidencia,
la Medicina Interna fuera una especialidad más conocida y reconocida a nivel ciudadano, a nivel de la formación pregrado, y trasladar, tanto a nivel social como organizativo, la importancia de tener un buen sistema de médicos generalistas hospitalarios en este país.
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