Pilar Rodriguez Ledo, vicepresidenta primera y responsable de Docencia y Educación Médica de SEMG, y José Polo García, presidente de Semergen.
Paliar el
déficit actual y futuro de médicos de Familia es uno de los principales quebraderos de cabeza de los responsables de la Atención Primaria en cada comunidad autónoma. Un problema estructural que atañe a todos los sistemas de salud autonómicos y cuyos dirigentes están intentado solucionar. Entre las posibles soluciones,
algunas comunidades aluden a la celebración de
un MIR extraordinario que incorpore más profesionales a un mercado laborar escaso. Algo que desde Familia ven con buenos ojos siempre y cuando vaya acompañado de un conjunto de medidas que determinen
quién van a entrar, cómo van a entrar y cómo se van a formar.
“No existe una solución mágica. Las medidas que se tomen no pueden ser improvisadas y hay que sopesar los efectos que estas puedan tener.
El MIR extraordinario es una medida más a adoptar dentro de un conjunto. Los problemas complejos nunca tienen soluciones fáciles”, explica a
Redacción Médica Pilar Rodríguez Ledo, vicepresidenta primera y responsable de Docencia y Educación Médica de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
La facultativa, quien también forma parte de la Comisión Nacional de la Especialidad de Medicina Familiar, cree que la solución al problema de raíz no pasa por la celebración de un MIR extraordinario, pero sí
podría ser viable como medida urgente. “Sí tenemos tutores, residentes y condiciones de hacer la formación sería lo ideal. Necesitamos más especialistas de Familia y Comunitaria. Si lo hacemos de repente el resultado no será bueno, hay que pensar muy bien quién va a entrar, cómo va a entrar y cómo se van a formar”.
En la misma línea se muestra el presidente de la Sociedad Española de Medicina de Atención Primaria (Semergen),
José Polo García: “No sería una solución definitiva,
sería algo temporal. El déficit de profesionales seguirá aumentando en los próximos años ante el número de jubilaciones que se prevén”.
A pesar de ello, Polo García ve con buenos ojos la medida siempre que se encuadre dentro de un conjunto de actuaciones, se
garantice una formación adecuada y se mantengan los estándares de calidad. Aunque advierte de que la convocatoria podría no tener el éxito esperado: "El problema es que Familia con la situación actual que vive no es atractiva. Puede que no se presenten el número de gente que estiman"
Sin tutores para residentes extraordinarios
Otro de los principales obstáculos de un MIR extraordinario sería
a quién asignar a esos residentes extra. De las actuales promociones de residentes, las dos más próximas a finalizar terminarán en el mes de mayo, la siguiente en septiembre, la posterior en julio y la última en entrar ya lo hará de nuevo en mayo. “Los tutores están ocupados con están promociones y las unidades docentes están a tope. Cuando se va una promoción deja sitio a otra, pero si tenemos que abordar otra más no tenemos tutores de sobra”, reivindica Rodríguez Ledo.
Para Polo García el MIR extraordinario solo tiene sentido
si se liga a un incremento de los tutores, ya que por mucho aumento de residentes que haya sino hay formación no sirve. "Habría que analizar la situación de las unidades docentes para ver si pueden asumir a más residentes. También se podrían acreditar más, sin embargo, esto no es tan fácil. Además de las trabas burocráticas, la acreditación no solo depende de los centros de salud sino de los hospitales de área, y hay muchos hospitales que no tienen todos los servicios por los que deben rotar los residentes", detalla el presidente de Semergen.
Una
ausencia de tutores que también viene condicionada por la falta de tiempo y la sobresaturación de agendas. “Los primero que deben hacer es reconocer la labor del tutor. Esto es algo adicional a la labor diaria y de carácter voluntario, y la voluntariedad con la situación actual no anda muy sobrada”, explica la vocal de la Comisión de la Especialidad de Medicina Familiar.
Temores del pasado a generar desigualdades entre profesionales
Rodríguez Ledo teme que
se repitan errores del pasado y se convierta en un “coladero”: “Ya se celebró una especie de MIR extraordinario y una de las consecuencias fue generar profesionales de primera y de segunda. La imagen que quedó es que cualquiera podía acceder a Familia. No se puede desprestigiar más la profesión. La medicina de Familia es tan importante a cualquier otra especialidad y debe tener unos requisitos de acceso mínimos y serios”.
Por su parte, el presidente de Semergen recuerda que aquello fue la "guerra de los 30 años". "Se generó un enfrentamiento entre profesionales, que si mi título vale más que el tuyo. Hay que cumplir los estándares de calidad de la formación porque si no estaremos devaluado la Atención Primaria", reivindica Polo.
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