Los médicos de Familia consideran que no son los únicos que deberían tramitar las bajas.
Uno de los motivos para la
sobrecarga en Medicina Familiar y Comunitaria y que está llevando a sus profesionales sanitarios a la frustración y estrés es el de la
gestión de las bajas laborales. Encargarse de tramitar estas incapacidades temporales de pacientes que acuden a Urgencias Hospitalarias o de Atención Primaria aumenta la carga de trabajo, llevando a los
médicos de Familia "al límite" y teniendo que enfrentarse, en muchas ocasiones, a
situaciones comprometidas con los propios pacientes. Además, la
falta de comunicación con inspección médica provoca incongruencias y errores en la gestión de las bajas, sobre todo a la hora de recibir el alta.
"Estos compañeros, a pesar de que pueden hacerlo,
no tramitan la baja en ese momento y nos toca a nosotros hacerlo después. Muchas veces lo fuerzan en la agenda porque el paciente necesita la baja para poder justificarse ante su empresa, lo que lleva a una
gran sobrecarga laboral que se nota muchísimo, sobre todo los lunes", explica a este diario una médica de Familia que ejerce en un centro de salud de Mallorca. Asegura que en su centro han llegado a tener 70 pacientes de 8:00 a 15:00 de Urgencias, y
el 60-70 por ciento eran para tramitar baja laboral.
Por ello, considera que
los médicos de Familia no deben ser los únicos que tramiten estas bajas. "Desde los hospitales, cuando una persona está ingresada o si le operan, que
los mismos especialistas que han visto e ingresado al paciente puedan gestionar esta baja me parece algo lógico. Luego, si tiene que ser una baja larga, que requiere de un seguimiento, nos podemos encargar nosotros.
No tiene ningún sentido que el profesional que vea al paciente en Urgencias no sea el que le dé la baja", señala.
Otra de las soluciones sería
resolver la relación que tienen con la inspección médica: "Que deje de sospechar que nosotros somos cómplices de los pacientes que quieren una baja 'porque sí', que la inspección médica creyera en nosotros cuando valoramos a un paciente y les decimos que consideramos que tiene que ser de baja médica, o que cuando hay errores nos ayuden a solventarlos sin ponernos pegas ni teniendo que mandar miles de informes.
Nos complican la vida de una manera impresionante, cuando realmente todos somos compañeros. Simplemente, con que colaborasen con nosotros, ya sería una grandísima ayuda".
"Muchas veces desde inspección médica se tramita un alta sin ver al paciente ni consultarlo con su médico de Familia"
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Altas telemáticas sin avisar a pacientes
Las
altas telemáticas son un caso "particular". Esta facultativa señala que hay ocasiones en las que
los pacientes reciben este alta "sin avisar": "Por ejemplo, a un paciente le damos la baja porque ha tenido un infarto y esta tiene una fecha de renovación o de seguimiento para dentro de un mes, que lo indica el parte de la baja. No obstante, si hay errores a nivel informático y la cita se cae, o si el profesional está de vacaciones o se cambia la agenda puede que esa cita salte y no se recupere. Si se pasa el día de la baja, le llega un aviso a inspección de que ese paciente no la ha renovado. Ellos
revisan la historia clínica, no ven al paciente y deciden si ese paciente tiene que seguir de baja o no según lo que haya escrito en la historia. Pero
lo hacen sin ver al paciente ni hablar con su médico de Familia", critica.
Esto puede llevar a que inspección tramite el alta y el paciente no se entere hasta "mucho tiempo después". "Esto sería muy fácil de prevenir, simplemente con un
SMS automático que informase al paciente de que está de alta", concreta.
Bajas médicas, principal foco de conflicto con pacientes
Estos errores llevan a que, en ocasiones,
se rompan las relaciones terapéuticas entre pacientes y médicos de Familia, lo que lleva a estos primeros a sentir desconfianza del facultativo y sensación de incomprensión. Esto se suma a la
gran sobrecarga de estos especialistas, que tienen que hacer esa reclamación a inspección y explicarle al paciente dónde tiene que ir a reclamarlo y cómo hacerlo. La tercera consecuencia es que
los pacientes pueden llegar a "ponerse violentos" porque se dejan llevar por la ira o porque, bueno, pues ese miedo a perder su trabajo, lo descargan contra el médico de Familia.
"Personalmente, tuve el caso de una paciente que vino con un familiar, y este
comenzó a increparme porque no le parecía bien que se le hubiera dado el alta a la paciente, que éramos unos sinvergüenzas, una médica de Familia de mierda y que no me preocupaba por mis pacientes. Por supuesto, entrando en mi consulta sin permiso y avasallándome en voz alta.
Me sentí realmente mal y con miedo de que pudiera pasar algo más", relata.
No obstante, señala que estas 'agresiones' no son frecuentes, aunque de la totalidad de altercados con pacientes, la mayoría se dan por este motivo: "La gente normalmente no se pone violenta, no nos agrede, no nos insulta, pero te puedo decir que
el 90-95 por ciento de nuestros altercados con los pacientes son siempre por bajas médicas. Son una fuente de conflicto diaria en nuestras consultas", confiesa.
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