Antonio Fernández, vocal de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH).
El
Parlamento Europeo ha apostado por una normativa que estipula que todas las
edificaciones de nueva construcción de la Unión Europea deben ser de
emisiones cero a partir de 2030. Se trata de una normativa que se adelanta a
2028 para los
inmuebles de ámbito público y que afectará directamente a edificios como los
hospitales. Esta decisión ha sido bien recibida por la
Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH), que considera que tendrá un “impacto positivo” en estos centros “al impulsar la
renovación y
modernización” de los mismos, tal y como explica su vocal,
Antonio Fernández.
En su opinión, establecer requisitos para que todos los
edificios nuevos construidos en la Unión Europea a partir de 2030 sean de contaminación cero es “un paso importante hacia la
reducción de las
emisiones de gases de efecto invernadero y la lucha contra el
cambio climático”. “Adelantarse a 2028 para los inmuebles de ámbito público es aún más alentador, ya que demuestra un compromiso firme con la
sostenibilidad por parte de las autoridades”, añade el vocal de la AEIH.
Fernández considera que la revisión de la Directiva sobre Eficiencia Energética de los Edificios será
beneficiosa para el sector hospitalario y que favorecerá “tanto al medio ambiente, como a la salud y el bienestar de las personas”. A pesar de sus múltiples ventajas, la aplicación de esta medida no será ‘un paseo’ para los hospitales españoles, según explica el vocal de la AEIH, requerirá que los centros existentes que tienen un bajo rendimiento sean “
renovados o
reemplazados”.
Costes y beneficios de los hospitales sin emisiones
Un
edificio Net Zero pretende tener un impacto medioambiental que sea, como su nombre indica, “neto cero” en términos de
consumo de energía. Esto se traduce en que el inmueble debe producir la misma cantidad de
energía renovable que la que consume en un año.
En este contexto, una de las dudas que plantea esta normativa es referente a los
costes de su aplicación. En este sentido, Fernández aclara que si bien la inversión inicial para
actualizar los hospitales “puede ser significativa”, los
beneficios a largo plazo “suelen superar” el dinero destinado a estas renovaciones.
Algunas de las demandas que plantea esta normativa parten de
abandonar los sistemas de calefacción con combustibles fósiles de cara a 2040; cortar los subsidios a las calderas independientes basadas en hidrocarburos para 2025; y eliminar la obligación de aumentar la
eficiencia energética de los hospitales a través de umbrales mínimos. Junto a esto, la instalación de paneles solares será otro de los requisitos que recogerá la
hoja de ruta diseñada para los países europeos.
“La
reducción en el coste de la energía, junto con los posibles incentivos financieros y las subvenciones disponibles para proyectos de eficiencia energética, pueden ayudar a
amortizar rápidamente la inversión”, matiza. “Además, la eficiencia energética puede reducir el dinero destinado al mantenimiento a largo plazo”, añade el vocal de la AEIH.
Formación del personal sanitario
La nueva normativa europea exigirá, a su vez, un
refuerzo de la formación de los trabajadores sanitarios en tecnologías limpias. Para Fernández, esto se podría lograr con una combinación de programas específicos; certificaciones; cursos de
capacitación en tecnologías concretas; talleres de sensibilización continua y una educación integrada en la formación inicial.
“Estas medidas pueden ayudar a
fortalecer el aprendizaje del personal hospitalario respecto a las
tecnologías limpias y a la eficiencia energética, mejorando así la sostenibilidad y el rendimiento ambiental de los hospitales”, detalla Fernández.
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