Antonio González, jefe de Oncología Médica de la Clínica Universidad de Navarra en Madrid, Orlando Oliveria y Maite Díaz, director general internacional y directora en España de Tesaro.
Tesaro es una compañía oncológica estadounidense que, a pesar de su
juventud (tiene solo siete años), no ha dejado de expandirse en los mercados internacionales. El último país hacia el que lo ha hecho es España, donde se ha presentado ante la prensa aprovechando la celebración del
Congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO).
Llama la atención su modelo de I+D, que explica el director general internacional de Tesaro,
Orlando Oliveira: “
Tomamos productos que otras compañías no han terminado de desarrollar, los desarrollamos, los mejoramos y los comercializamos”. El directivo reconoce que “no es una labor fácil reconocer una molécula que puede funcionar” después de que otro laboratorio haya decidido abandonar su impulso. “Pero eso demuestra nuestra capacidad para hacerlo. Hay mucho trabajo en este procedimiento”.
Así mismo, recuerda que “
las grandes compañías tienen muchos problemas para desarrollar todas las moléculas que tienen en marcha”, puesto que tienen ‘pipelines’ con decenas de productos que costaría millones de dólares sacarlas al mercado. “Muchas veces no pueden desarrollar todos los que tienen en cartera”, situación en la que aparece Tesaro, que se hace con estas moléculas mediante diversos acuerdos comerciales.
Orlando Oliveria y Maite Díaz, director general internacional y directora en España de Tesaro, y Antonio González, jefe de Oncología Médica de la Clínica Universidad de Navarra en Madrid.
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Cáncer de ovario
Hasta ahora, Tesaro ha puesto el foco en
cáncer de ovario, la enfermedad oncológica ginecológica más letal en mujeres. En este campo ha logrado la aprobación de comercialización de la
Food & Drugs Administration (FDA) de rolapitant, para prevenir náuseas y vómitos por la quimioterapia (también cuenta con el visto bueno de la Agencia Europea del Medicamento), y de
niraparib, un inhibidor de la
poli adp-ribosa polimerasa (PARP) que bloquea una enzima involucrada en esta enfermedad.
Este fármaco ha captado la atención de los especialistas.
Antonio González, jefe de Oncología Médica de la
Clínica Universidad de Navarra de Madrid, recuerda que es el único medicamento de esta clase que
se puede emplear en todas la pacientes con cáncer de ovario (olaparib, de AstraZeneca, solo se puede utilizar en personas con una mutación muy concreta). Permite “resultados clínicamente muy relevantes” con escaso efecto sobre la calidad de vida.
Futuro
Pero el foco de la compañía tiene visos de ampliarse. Orlando Oliveira indica que Tesaro espera comenzar desarrollos clínicos
en cáncer de próstata (en colaboración con Janssen) a lo largo de este año de
2018, amén de investigar nuevas indicaciones en cáncer de ovario para niraparib. De hecho, en el desarrollo de este producto, los centros españoles han jugado un papel clave.
40 hospitales de 13 comunidades autónomas han participado en él.
Respecto a la nueva sede española, su directora general,
Maite Díaz, reconoce que han llegado más tarde a nuestro país que a otros mercados “por el sistema de precio y reembolso”, que tiende a retrasar los lanzamientos. Así mismo, ha aclarado que Tesaro no contempla producción de sus fármacos en España.
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