José Luis Díaz-Maroto, Maribel Cristóbal, María Concepción Porras y Carlos A. Jiménez durante la presentación del tratamiento de Neuraxpharm.
Neuraxpharm ha lanzado la primera
solución integral para luchar contra el tabaquismo. Esta se basa en la atención a un
programa de soporte psicológico y a la toma de un medicamento basado en
vareniclina. La acción conjunta de ambos tratamientos hace que los fumadores abandonen esta nociva costumbre a mayor velocidad y con más garantías a largo plazo. "Existen estudios que demuestran que
Farmacología y asistencia psicológica triplican el éxito de abstinencia", ha destacado la responsable de relaciones con sociedades científicas de la compañía,
María Concepción Porras.
El tratamiento contempla la toma de
Byteqi, fármaco financiado durante tres meses por el Sistema Nacional de Salud (SNS). Su principio activo, la vareniclicina, actúa sobre los receptores nicotínicos específicos del sistema nervioso central. "Este tiene una
doble acción sobre el organismo, ya que genera un efecto agonista, que
reduce el síndrome de abstinencia, y un efecto antagonista, que no estimula el receptor y hace que
no sienta placer de fumar", ha señalado el neumólogo y experto en
tabaquismo, Carlos Jiménez.
"La vareniclina reduce el síndrome de abstinencia y no estimula el receptor que lleva al placer de fumar"
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El mencionado tratamiento farmacológico se considera
la manera más efectiva para tratar el tabaquismo. Según estudios científicos con fumadores con y sin patologías, la vareniclina es
dos veces más eficaz que los placebos, además de lograr mejores resultados que los parches de nicotina o la citistina -fármaco dedicado a la deshabituación tabáquica-. Un medicamento recomendado en cualquier paciente, excepto en el caso de personas con insuficiencias renales graves, a los que se aconseja tener precaución con su ingesta.
La otra parte del
tratamiento para dejar de fumar de Neuraxpharm pasa por
el empleo de la aplicación LybertaB, ofrecida a los pacientes que tomen Byteqi. Se trata de una
plataforma de acompañamiento psicológico a la que se puede acceder en cualquier momento del día, con la misión de
ayudar durante el periodo de abstinencia. Esta cuenta con recursos personalizados y da la opción de dirigir a juegos o a contactos telefónicos previamente insertados para evitar que el usuario recaiga en el empleo del cigarrillo. Asimismo,
esta genera una base de datos que proporciona información al sanitario, con el objetivo de
perfeccionar la intervención profesional.
Necesidad de una mayor colaboración multidisciplinar
"Hay que insistir en que el tabaquismo es una enfermedad adictiva crónica, en la que dos de cuatro afectados va a morir por su tenencia", ha resaltado el médico de Atención Primaria y experto en tabaquismo, José Luis Díaz-Maroto. Una problemática que
afecta a más de ocho millones de personas en España y en la que deben colaborar los
distintos profesionales del ámbito de la salud.
"Se tiene que contar con un médico y una enfermera especializados en este mal en cada centro de salud", ha agregado. Asimismo, el facultativo ha pedido
una mayor intervención por parte del Estado a través de medidas como el fin del empaquetado genérico, la financiación de los tratamientos, más campañas de prevención o la subida del precio de los productos utilizados para fumar, desde cigarrillos industriales hasta tabaco de liar o dispositivos electrónicos, como son los váper.
Díaz-Maroto apuesta por
la implantación de procedimientos para su diagnóstico. Desde su punto de vista, resulta fundamental para conocer el número de cigarrillos encendidos al día y los años de consumo, además de saber la intención y motivación del paciente para eliminar el tabaco de su día a día.
También es importante radiografiar los hábitos del individuo, sí lo ha intentado dejar en alguna ocasión y, si el centro sanitario cuenta con la tecnología necesaria, llevar a cabo una cooximetría, prueba que sirve para medir el nivel de monóxido de carbono en sangre.
"'¿Fuma usted? ¿Quiere dejar de fumar?'. Esas son las dos preguntas clave que se deben hacer en cualquier consulta", ha puntualizado el médico.
"Se tiene que contar con un médico y una enfermera especializados en tabaquismo en cada centro de salud"
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Asimismo, se destaca la importancia de
realizar un acompañamiento psicológico durante todo el proceso. "
No fumar crea dependencia física y psicológica, por lo que es necesario abordar la situación desde un punto de vista intensivo, cognitivo y conductual, además de farmacológico", ha destacado la psicóloga clínica de la Unidad Especializada en Tabaquismo del Hospital Clínico de Madrid,
Maribel Cristóbal. Y es que, según ha explicado la experta, el síndrome de abstinencia va unido a fases de ansiedad, depresión o dificultad de autodominio. Es más, el propio consumo de tabaco tiene connotaciones emocionales, ya que
"fumarse un cigarrillo" se suele entender como una recompensa positiva -alivio, felicidad- o una negativa -paliativo contra los nervios, por ejemplo-.
Eso sí, el tratamiento impulsado desde el área de Psicología no es único. Este
varía según la edad del paciente o la fase de abandono de consumo de tabaco en el que se encuentra: precontemplación -sin planteamiento, por lo que basta con ofrecer información-, contemplación -existe el pensamiento de dejar de fumar en los próximos seis meses-, preparación -se quiere eliminar el hábito en el próximo mes-, acción -24 horas sin fumar-, mantenimiento -más de seis meses sin fumar- o recaída -vuelta a alguno de los estados anteriores-. Solo hay un punto común:
el paciente es el centro del proceso. "El sanitario debe tener empatía con el fumador, pero no aceptar todo lo que dice, ya que siempre se puede dejar de fumar", ha afirmado Cristóbal.
Consumo de tabaco en España
Los últimos informes del Ministerio de Sanidad señalan que
56.000 personas mueren por tabaquismo al año en España, lo que se traduce en
153 fallecimientos diarios relacionados con el acto de fumar. "Tenemos que trabajar en conjunto para mejorar los resultados", ha aseverado Jiménez. Y es que el tabaco conlleva un mayor riesgo de padecer un cáncer de pulmón, pero también
otras patologías, como bronquitis crónica, enfisema pulmonar, hipertensión arterial, úlcera gastrointestinal o gastritis crónica.
Según los datos más recientes,
el 33 por ciento de las personas entre 15 y 64 años consume tabaco a diario. Una horquilla en la que las franjas de edad con mayor prevalencia son la de 25 a 34 años y la de 35 a 44 años. En ambos fragmentos, los hombres recurren más al acto de fumar que las mujeres.
"El tabaquismo es una enfermedad adictiva crónica"
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Por su parte, en el sector de 14 a 18 años, el cigarrillo pierde peso en sus costumbres diarias. No obstante,
el váper -conocido también como
cigarrillo electrónico- es empleado por el 26,3 por ciento de los individuos de esta franja de edad. Un grupo en el que las mujeres recurren en mayor medida a este producto, a diferencia del tabaco convencional.
Jiménez, Cristóbal y Díaz-Maroto han coincidido en que se tienen de doblar los esfuerzos para acabar con este mal. "El paciente fumador se puede curar e
influir en el devenir del resto de patologías.
Si se tratase el tabaquismo, se reduciría mucho la presión en Atención Primaria", ha sentenciado el facultativo.
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