María Jesús Lamas, directora de la Aemps.
El
aumento de resistencias a los antimicrobianos se ha convertido en un problema de salud mundial. Ante esta situación, España estableció hace años
Programas de Optimización de Uso de Antimicrobianos (PROA) en el ámbito hospitalario y comunitario y que dependen de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps). Sus principales objetivos son: optimizar la prescripción de antibióticos, garantizar unos resultados clínicos óptimos, minimizar los efectos adversos derivados de su uso, controlar la aparición de resistencias y asegurar el uso de tratamientos coste-eficaces. Debido a la magnitud del asunto, el
Ministerio de Sanidad se plantea llevar los equipos PROA hasta el ámbito sociosanitario y reducir el consumo de antibióticos desde el primer eslabón asistencial, la
Atención Primaria (AP).
Concretamente, el departamento que lidera Mónica García se encarga de gestionar los
PROA a través del Plan Nacional Resistencia Antibióticos (PRAN) y quiere enfocarse en AP como
baza para frenar las resistencias antimicrobianas. Por un lado, con la mejora de los sistemas de prescripción que se realizan desde este nivel y, por otro, con la utilización de distintas
pruebas de diagnóstico rápido en Primaria para una reducción global del empleo de antibióticos.
En esta misma línea,
el hospital también es uno de los epicentros del uso de
antibióticos. Por esta razón, se pretende optimizar su consumo, tanto en tipo de antibiótico como de duración y vía de administración. Esto irá acompañado de la mejora de la coordinación asistencial y, otro paso más, la
implementación de PROA en el ámbito socio sanitario.
Normas de certificación PROA
No obstante, un hecho que ha cambiado el paradigma de estos
'luchadores' antimicrobianos fue la publicación de las
normas de certificación. "En España, los programas PROA se llevan implementando
desde hace más de una década, pero, hasta la publicación de las normas de certificación, no se disponía de un documento de trabajo común que pudiese homogeneizar la actividad de los equipos PROA y que reforzase el
compromiso de la administración nacional y autonómica con el trabajo que se venía realizando por tantos profesionales", indican desde Sanidad.
Este impulso se ha visto, sobre todo, en AP, donde
no había "ningún documento de referencia". Desde el PRAN coordinan la evolución de este proyecto a través del grupo de Coordinadores Científico-Técnico PROA (profesionales sanitarios con un perfil asistencial) y de las comunidades autónomas, que, según explican, informan de la
"gran motivación que tienen los equipos en este momento".
"El hecho de disponer de
indicadores de proceso y resultado comunes ha favorecido la actividad homogénea en todos los centros. Por el momento, las normas de certificación han servido para
reflexionar y hacer auto-evaluación del estado de los equipos PROA y ver qué aspectos deben mejorar", apuntan fuentes ministeriales.
De hecho, gracias a las normas, en las CCAA hay unos protocolos que
favorecen la toma de decisiones en lo referente al uso prudente de los antibióticos. Lo cual se refuerza mediante formaciones específicas, que ayudan a consolidar estos conocimientos entre el personal. El siguiente paso es ahora la
auto-certificación de los equipos. Los profesionales ya están revisando el
cumplimiento de los estándares en sus centros y han empezado a preparar la documentación para conseguir que se
reconozcan las buenas prácticas realizadas en hospitales y centros de Primaria a través de la herramienta CertificaPROA.
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