Los trastornos gastrointestinales y dermatológicos son los más comunes

La Aemps publica los datos de efectos adversos.
Exterior de la Aemps.


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El informe anual del Sistema Español de Farmacovigilancia de Medicamentos de Uso Humano (SEFV-H) de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) ya tiene su última versión. En este caso, detallan las cifras del año 2024 que muestran un descenso del 10 por ciento (concretamente, 9,9 por ciento) de las notificaciones de sospechas de reacciones adversas, situándose en 37.944. De esta manera, se vuelve a los números de antes de la pandemia del Covid-19.

Asimismo, desde la Aemps destacan que casi la mitad de estas notificaciones fueron comunicadas al SEFV-H y las restantes fueron notificadas mayoritariamente a través de la industria farmacéutica. De manera más específica, la tasa de notificación global se estima en 38 casos por cada 100.000 habitantes. Del total de los casos notificados al SEFV-H, un 95,9 por ciento fueron notificaciones espontáneas. Para los casos notificados a través de la industria farmacéutica este porcentaje fue de un 56,4 por ciento. El resto de casos procedían de sistemas de recogida de información organizada, tales como estudios observacionales, programas de seguimiento de pacientes o acceso al medicamento a través de uso compasivo.

¿Cuáles fueron las sospechas de reacciones adversas más notificadas durante el año? Principalmente, los protagonistas fueron los trastornos gastrointestinales, de la piel y del tejido subcutáneo, y del sistema nervioso. Respecto a la gravedad de estos casos, de los 37.944 casos recibidos, 12.284 fueron graves (mortal, ingresa o prolonga hospitalización, produce incapacidad, defecto congénito o médicamente relevante), un 32,4 por ciento respecto al 28,1 por ciento registrado el año anterior. Para los casos notificados al SEFV-H, el porcentaje de casos graves fue del 35,3 por ciento, mientras que para los casos notificados a través de la industria farmacéutica este porcentaje fue del 29,3 por ciento.

Otro dato curioso es quién notifica estas reacciones. Principalmente, suelen ser los médicos (un 65,3 por ciento), seguidos de los farmacéuticos (15,6 por ciento) y las enfermeras (9,4 por ciento). Tal y como apunta la Aemps, esta distribución ha cambiado con respecto al año anterior, ya que en 2023 los profesionales de enfermería notificaron más que los profesionales farmacéuticos (los de enfermería con un 19,9 por ciento frente a los farmacéuticos con un 10,3 por ciento).

Casi 200.000 personas fallecen por reacciones adversas


Hay que tener en cuenta que, según la Comisión Europea, al año fallecen 197.000 personas por reacciones adversas a medicamentos, siendo la quinta causa de muerte de los pacientes fallecidos en hospitales. Por lo tanto, la farmacovigilancia cobra gran importancia, ya que es una actividad de salud pública que tiene por objetivo la identificación, cuantificación, evaluación y prevención de los riesgos asociados al uso de los medicamentos una vez autorizados, para asegurar que el balance beneficio/riesgo se mantenga favorable.

En cada comunidad autónoma existe un centro de farmacovigilancia encargado de evaluar y registrar en una base de datos común, denominada Fedra, estos efectos adversos que se sospecha que pueden ser debidos a un medicamento. Cualquier persona, tanto un profesional sanitario como un ciudadano, puede notificarlas a través de NotificaRAM.
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