La farmacéutica británica GlaxoSmithKline (GSK) obtuvo un beneficio neto atribuido de 885 millones de libras esterlinas (989 millones de euros) en el tercer trimestre del año, lo que implica un incremento del 37 por ciento en relación al mismo periodo de 2015.
La cifra de negocio del laboratorio entre julio y septiembre alcanzó un total de 7.542 millones de libras (8.430 millones de euros), un 23 por ciento más que la facturación obtenida un año antes, informó la empresa, que subraya que los resultados contemplan el impacto positivo de la debilidad de la libra.
De este modo, a tipos de cambio constantes, el beneficio neto atribuido cayó un 6 por ciento, mientras que los ingresos crecieron un 8 por ciento, con un alza del 6 por ciento en los ingresos de la división farmacéutica y del 20 por ciento en el negocio de vacunas. Por su parte, la división dedicada a la salud del consumidor creció un 5 por ciento.
"Nuestros resultados del tercer trimestre reflejan el buen rendimiento del grupo y el progreso sostenido que hemos hecho a lo largo de 2016 para generar un crecimiento de ventas de nuevos productos, mantener un control de gastos rentable y ejecutar nuestros planes de reestructuración e integración", comentó al respecto el consejero delegado de GSK, Andrew Witty.
En los nueve primeros meses del ejercicio, el beneficio neto atribuido de GSK fue de 745 millones de libras, frente a los 8.800 millones de libras (9.836 millones de euros) correspondientes al mismo periodo del año precedente, mientras que la facturación creció un 15 por ciento, hasta 20.303 millones de libras (22.691 millones de euros).