Chiesi elabora un informe sobre el impacto de la calidad del aire en la salud pulmonar y sus posibles soluciones

El cambio climático obliga a hacer políticas para abordar su impacto en salud.
Gerard Dunleavy, Rosamund Adoo-Kissi-Debrah, Armando Ruiz, Carmen Dell’Anna, Arzu Yorgancıoğlu, Shouro Dasgupta y Conny Czymoch (moderadora).


8 sept. 2023 8:00H
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La relación entre el cambio climático y la salud pulmonar se ha convertido en un problema a escala mundial que requiere de políticas concretas. Las evidencias ganan peso, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación del aire provocó 4,2 millones de muertes prematuras en el año 2019. De ellas, más de la mitad (52 por ciento), fueron causadas o exacerbadas por contaminantes: 23 por ciento por infecciones agudas de las vías respiratorias inferiores, 18 por ciento fueron por Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) y el 11 por ciento por cáncer en las vías respiratorias. Poner de relieve esta situación y encontrar soluciones son las principales razones por las que se ha publicado el informe 'Aire más limpio, pulmones más limpios, vidas mejores: explorando la intersección entre la calidad del aire, las desigualdades en salud y la salud pulmonar', realizado por Economist Impact y apoyado por Chiesi.

"Es necesario entender el impacto de la calidad del aire en la población, sobre todo en los pacientes con afecciones respiratorias. Vamos hacia un incremento de la prevalencia de estas enfermedades y la situación es alarmante", ha explicado Alessandro Chiesi, presidente de la farmacéutica Chiesi. "Se trata de un reto para la sociedad y todos los actores debemos trabajar juntos para afrontarlo, hay que incrementar los esfuerzos para mejorar la calidad del aire y crear políticas de salud holísticas que vayan hacia esa dirección", ha añadido. 

Alessandro Chiesi, presidente de la farmacéutica Chiesi, apuesta por crear políticas de salud holísticas.


El documento, presentado este jueves en Milán, se centra en cómo los pacientes respiratorios experimentan los efectos adversos de la mala calidad del aire. Las conclusiones se han extraído de 500 respuestas de encuestados de Francia, Alemania, Italia, España y Reino Unido. Todos ellos tenían alguna afección pulmonar y el 47 por ciento vivía en zonas urbanas, donde más se sufre la contaminación. A pesar de que la calidad del aire en estos territorios ha mejorado en la última década, las consecuencias en la población se han agravado. Tal y como ha indicado Gerard Dunleavy, consultor senior de Políticas de Salud, actualmente las actuaciones de los gobiernos van "por detrás de las directrices de la OMS": "A pesar de las reducciones en las emisiones en 2021, la mayor parte de la población urbana de la UE estuvo expuesta a niveles de contaminantes perjudiciales para la salud".

De hecho, esta calidad afecta directamente al bienestar de los pacientes, puesto que más de la mitad de los que viven en zonas con contaminación reconoce que evitan hacer ejercicio y actividades sociales al aire libre. En este mismo sentido, la contaminación es el cuarto factor de riesgo de enfermedades y mortalidad a nivel mundial solo detrás de la hipertensión, el tabaquismo y los factores alimenticios.

En cuanto a las principales causas de la contaminación del aire, son diferentes según donde viva la población. Mientras que las zonas urbanas se ven más afectadas por la contaminación procedente de los humos del tráfico y de fuentes industriales; en las zonas rurales empeora la calidad del aire por el aumento del polen, la quema de residuos o los incendios al aire libre.

En esta línea, el cambio climático juega un gran papel. "Los factores relacionados con el clima son interesantes para comprender el vínculo entre la calidad del aire y la salud, sobre todo el impacto de las olas de calor y el polen. Se espera que el cambio climático impulse un aumento de ambos y esto repercutirá en el aire que respiramos", ha reflexionado Dunleavy.

Además, Anna Piraní, investigadora asociada del Centro Euromediterráneo sobre el Cambio Climático (CMCC), ha incidido también en este aumento de la temperatura y ha explicado que la población vulnerable es la que más dificultades tiene para recuperarse de los problemas de la salud ocasionados por esta situación. "Los costes económicos de todo ello son más altos que si se hiciera una labor preventiva", ha apostillado.

Dunleavy en la presentación del informe.


Medidas para mejorar la calidad del aire


No obstante, todavía estamos a tiempo de revertir esta situación. El documento da las claves y aporta varias recomendaciones como: reconocer el impacto de factores relacionados con el clima (olas de calor y aumento del polen, entre otros) en la calidad de vida de los pacientes respiratorios; crear políticas de salud holísticas relacionadas con el clima; educar a la población sobre el impacto del cambio climático en la salud respiratoria; mejorar el acceso a la atención sanitaria; reducir el impacto ambiental a través de prácticas sostenibles y promover la salud respiratoria; y facilitar la colaboración y un mayor diálogo entre gestores de atención sanitaria, expertos ambientales, industria, gobiernos y pacientes.

"Mucha gente está muriendo por la calidad del aire y la situación no va a mejorar. Tenemos que identificar las causas, colaborar entre diferentes agentes e integrarlo en las políticas públicas", ha expuesto Shouro Dasgupta, economista medioambiental, en la mesa redonda tras la presentación del informe. Por su parte, Arzu Yorgancıoğlu, presidenta de la Global Initiative for Asthma (GINA), ha puesto el foco en la prevención y en tomar medidas para reducir la emisión de gases desde casa: "Es un derecho humano mitigar la contaminación. La salud y la igualdad deben estar en en el centro de las acciones".

Desde el punto de vista farmacéutico, incorporar a los pacientes, en este caso los pulmonares, en los procesos de creación y desarrollo de medicamentos es clave para evitar el empeoramiento de su calidad de vida. Según Carmen Dell’Anna, Head of Global Medical Affairs de Chiesi, el primer paso es "escucharles y empatizar con ellos" y después "convertir sus peticiones en acciones". "Hemos visto una evolución en los pacientes y cómo son más conscientes de sus condiciones. Colaboramos con ellos y cada vez están más presentes en nuestro trabajo, así podemos hacer la diferencia y mejorar", ha afirmado Dell’Anna.

Asimismo, los niveles de polen preocupan especialmente a los expertos, según han coincidido todos en el debate. Armando Ruiz, vicepresidente de la Federación de Alergias y Enfermedades de las Vías Respiratorias (EFA), ha apuntado que el cambio climático afecta, por un lado, porque aumenta el número de pacientes que sufre alergias y asma, y por otro, empeora los síntomas de aquellos que ya tienen enfermedades respiratorias. "Queremos poner el polen en las políticas del clima, es más que necesario", ha suscrito.

Por último, Rosamund Adoo-Kissi-Debrah, presidenta de Ella Roberta Foundation, ha concretado la importancia de educar acerca de la contaminación del aire no solo a la población, sino también a los profesionales sanitarios. "Hay un desconocimiento del impacto de la contaminación y de cómo nos afecta a todos. Es un problema medioambiental, pero también de salud. Los gobiernos deben proteger a la población a través de políticas públicas", ha concluido.

Los expertos coinciden en la necesidad de tomar medidas para reducir las consecuencias del cambio climático en la salud.

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