Paul Sinclair, presidente de la Federación Farmacéutica Internacional (FIP).
Garantizar una información "de calidad" sobre medicamentos es un desafío importante que afecta a pacientes, profesionales de la salud, autoridades regulatorias y la industria farmacéutica. Generar información errónea puede
causar efectos perjudiciales para la salud de la población y, por ello, la
Federación Internacional de Farmacia (FIP) ha presentado una nueva estrategia, actualizando la existente de 2017, donde pide reforzar el papel del farmacéutico en esta labor, lo cual también permitirá una atención más específica y facilitará la
toma de decisiones compartida.
"La estrategia actual
necesitaba reemplazarse por otra, teniendo en cuenta el uso cada vez mayor de fuentes de información digital, incluida la inteligencia artificial, y poniendo un mayor énfasis en el papel de los farmacéuticos como
líderes en esta área", ha espuesto Boyan Todorov, presidente de la Sección de Información sobre Salud y Medicamentos de la FIP.
Desde la FIP trazan varias líneas de actuación para
impulsar la calidad de la información de los medicamentos. Una de ellas es mejorar la
alfabetización en salud pública a través de estos datos, ya que puede empoderar y ayudar pacientes, profesionales de la salud y cuidadores para promover
prácticas seguras y efectivas. "La información sobre medicamentos sustenta e informa la toma de decisiones clínicas de los profesionales de la salud y respalda sus esfuerzos para
promover el uso seguro y óptimo de los medicamentos por parte de todos", sostienen desde la federación.
En esta misma línea, la declaración recoge que los pacientes necesitan que esta información sea "
precisa, comprensible, apropiada, objetiva, independiente, actualizada, inequívoca y relevante" para, en última instancia, lograr
mejores los resultados de salud.
Por otro lado, el rol del farmacéutico adquiere todavía más valor en una época en la que la información a través de internet puede confundir a la población. Así que, estos profesionales sanitarios pueden actuar
como guías e intérpretes, para ayudar a abordar
conceptos erróneos comunes sobre la información relacionada con la salud y los medicamentos, y para ayudar a
identificar fuentes fiables de información sobre medicamentos para uso por parte de pacientes, cuidadores, usuarios de medicamentos y otros profesionales sanitarios (médicos, enfermeras, etc.). "Para facilitar esto, los farmacéuticos deben estar adecuadamente
capacitados para acceder y difundir información imparcial sobre medicamentos", apuntan en la declaración.
Objetivos de la estrategia de información de los fármacos
Entre los principales objetivos a corto plazo de esta estrategia de información está la
mejora de comunicación entre las partes; tener pacientes mejor informados antes, durante y después de tomar medicamentos; mayor confianza y
adherencia al tratamiento; más cooperación y trabajo en equipo entre todas las partes involucradas; y mayor conciencia sobre las actividades de información sobre medicamentos y su
importancia para la atención sanitaria digital.
Mientras que la FIP marca como algunos resultados a medio plazo: el apoyo al autocuidado y la toma de medicamentos seguros y adecuados; el
desarrollo de herramientas de información para garantizar un intercambio eficaz de información;
el acceso equitativo a estos datos o la mejora de la farmacovigilancia y promoción del uso seguro y apropiado de medicamentos a lo largo del proceso continuo de prestación y tratamiento de atención sanitaria.
Si ponemos la vista más allá, los últimos objetivos de esta estrategia tienen fines a largo plazo que son la mejora de la alfabetización en salud pública, la
reducción del riesgo de errores de medicación, la reconocida visibilidad y reputación de los farmacéuticos y un enfoque de atención centrado en el paciente.
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