Eduardo Ortega. Madrid
Jacek Glinka, presidente de la Asociación Europea de Genéricos (EGA), avisa de que es necesaria una mayor penetración de estos medicamentos y de los biosimilares en los mercados europeos, el español incluido, para sacarle todo el jugo a los beneficios que representan para la sostenibilidad los sistemas sanitarios. En este sentido, y refiriéndose a los acuerdos del Gobierno español con la industria del medicamento en España para ligar el crecimiento del gasto farmacéutico con la evolución del PIB, tanto él como Adrian Van Den Hoven, su director general, se declaran en contra de este tipo de medidas. "Ningún número es bueno para limitar el gasto sanitario", asegura, en la entrevista concedida a Redacción Médica.
¿Cómo valora la situación del genérico en Europa?
Jacek Glinka: Deberíamos hacer más para incrementar su penetración en los mercados, es crítico para los sistemas sanitarios, dado que permite aumentar el acceso de los pacientes al medicamento. De hecho, durante los últimos diez años, la prescripción de fármacos aumentó un cien por cien gracias a los genéricos.
Son productos que están permitiendo ahorros que servirán para financiar los nuevos tratamientos innovadores que lleguen. Además, con ellos estamos creando una industria muy importante y sostenible para los sistemas sanitarios europeos, que asegura el suministro a los países gracias a sus 350 plantas de fabricación en el continente.
Por todo esto, el nivel de penetración de los genéricos se podría y se debería incrementar sustancialmente. Tenemos el objetivo de que en 2020 este crecimiento sea de entre el 70 y el 80 por ciento, y estamos trabajando duro con la Comisión Europea y los gobiernos de la UE para permitir que sea así.
Jacek Glinka y Adrian Van Den Hoven, presidente y director general, respectivamente, de la Asociación Europea de Genéricos (EGA).
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¿Qué opinión tiene sobre el mercado farmacéutico español, en el que la presencia de genéricos está todavía por debajo de la media europea?
Jacek Glinka: Podemos quejarnos sobre esto, pero también tenemos que ver la oportunidad. Esto significa que se puede hacer mucho más que en otros países para incrementar el acceso a los medicamentos genéricos. Eso sí: eso solo puede hacerse mediante estrategias gubernamentales.
Este tipo de productos no puede ampliar su penetración en un mercado por sí mismo, por la naturaleza del ecosistema en el que se mueven. Son fármacos que cuando aterrizan en un país lo hacen a un precio más reducido, y no se pueden promocionar comercialmente tanto como las marcas, que llevan años haciéndolo. Es difícil crear mercado así.
De hecho, el volumen de mercado de genéricos que hay en Alemania y en Francia es fruto de las estrategias de los gobiernos. Como ya he dicho, la propia industria no puede crear estas situaciones. En el caso de España, hay una enorme oportunidad de mejorar la calidad del sistema sanitario y el acceso de los pacientes españoles a los medicamentos genéricos y biosimilares.
¿Qué medidas cree que habría que tomar para fomentar el genérico en Europa, particularmente en España?
Jacek Glinka: La situación ideal sería que un medicamento genérico de una molécula concreta pudiera salir al mercado el mismo día que vence la patente de ese producto, con financiación y precio públicos. Por otro lado, también debería poder hacerlo a un precio diferente respecto al fármaco referente, algo que no es posible ahora mismo en España, y que le daría al genérico la oportunidad de introducirse en el mercado. A todo esto hay que sumar que el Gobierno debería estar activamente implicado en la educación y formación en genéricos.
En todo caso, los países que la penetración de genéricos es más exitosa son aquellos que en los que se han introducido medidas directas, con incentivos para cuestiones como la sustitución directa en la dispensación del medicamento de la marca por genérico.
¿Cómo valora los protocolos que está acordando el Gobierno de España con la industria del medicamento para vincular el gasto farmacéutico a PIB y limitarlo, y que está a punto de firmar Aeseg? Sabe que si se superan dichos límites la industria tendría que compensar a las Administraciones...
Jacek Glinka: Por un lado, me gustan los acuerdos en sí mismos, porque eso significa que hay un proceso por el que los stakeholders y los gobiernos están hablando y discutiendo para llegar a un consenso. Además, dotaría de estabilidad al sector, evitando que la regulación pueda cambiar cada mes.
Con todo, lo crítico en este tipo de consensos es que se incorpore a todos los actores relevantes. La industria de los genéricos sostiene el 66 por ciento de los productos farmacéuticos en Europa, y por tanto somos un actor importante en el sistema del medicamento. No sé cómo cualquier pacto de estas características podría ser firmado sin esta industria.
Pero vincular el gasto farmacéutico y el PIB… En realidad, yo lo que creo es que cualquier número es bueno para el gasto sanitario, pero ninguno es bueno para limitarlo. ¿Cómo podemos saber que esos límites son justos y adecuados?
Hemos visto en los últimos años una explosión presupuestaria, también en España, por la llegada de los nuevos biológicos. Pero, esencialmente, es bueno que hayamos ido aumentando estos presupuestos porque, de esta manera, estamos facilitando el acceso de los pacientes a nuevos tratamientos. La sanidad no tiene que ver con los números.
Pienso que si la industria farmacéutica de marca llega a esos acuerdos es para proteger los fondos que le corresponden, pero, holísticamente hablando, no hay presupuesto que proteger en esta situación sino decidir en qué queremos gastar nuestro dinero. Yo lo que digo es que gastar el dinero en productos genéricos permite un sustancial incremento del acceso del paciente a los medicamentos, y así se incrementará la calidad de vida de muchos pacientes españoles. Es un argumento estratégico.
Adrian Van Den Hoven: Si esta situación llega, si el gobierno español dice: "de acuerdo, el presupuesto es más elevado de lo que esperábamos, necesitamos el dinero de vuelta", creo que lo que le contestaríamos es que se incremente el uso de medicamentos genéricos y biosimilares, que se expandan los productos que pueden ser generificados, y entonces tendrá nuestra contribución. Estamos convencidos de que cuanta más penetración de genéricos y biosimilares haya, más fondos tendrán los países para nuevos hospitales, para más medicamentos innovadores… Pero no se puede esperar de nosotros, que somos los que damos más acceso a los pacientes, más ahorros a los gobiernos, que paguemos un impuesto. Creo que es demasiado.
Jacek Glinka en un momento de la entrevista.
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Jacek Glinka: El gobierno debe hacer tanto como pueda para pasar de los medicamentos de marca a los genéricos cuando sea posible, y de ahí saldrán los fondos para financiar nuevas terapias. Tampoco se le pueden recortar más los precios a los genéricos, porque si se hace se matará al sector y no habrá industria de los genéricos ni de los biosimilares, ni los beneficios de tener estos productos en el mercado.
En Europa, si no hubiera genéricos, los países tendrían que haber pagado 100.000 millones de euros, según datos de IMS, porque tendrían que pagar el precio original del medicamento de marca. Este dato representa un beneficio para los gobiernos que debería llevarles a apoyar al genérico . En cambio, lo que hacen es sentarse, estrujar a la industria de este sector y pedirle únicamente que reduzca los precios, que reduzca los precios y que reduzca los precios.
¿Cree que los biosimilares se tendrán que enfrentar a las mismas barreras que los genéricos en el pasado, ahora que además llegan los primeros anticuerpos monoclonales biosimilares?
Jacek Glinka: Espero que no. Espero que los gobiernos hayan aprendido de las lecciones del pasado. Llevó siete años que la primera generación de estos productos, representada por filgastrim, se hiciera con la mayoría del mercado de esta molécula. Para lograr que los beneficios incidan en el sistema, las administraciones tienen que promocionar estos productos.
¿No podría incentivar la penetración la propia EMA, através de, por ejemplo, declarar a intercambiabilidad directa entre el biosimilar y su referente?
Jacek Glinka: La EMA es el agente regulador que, en todo el mundo, más ha hecho por introducir un contexto adecuado y positivo para los biosimilares, pero no puede acelerar que puedan recibir precio público y financiación o incentivar su uso entre clínicos y farmacéuticos.
Con todo, ya hay varios países que lo están haciendo, y en ellos la penetración ha aumentado sustancialmente. En este sentido, hay mucho que hacer en España.
Adrian Van Den Hoven: Varias agencias han declarado su posición sobre biosimilares y sus referentes. La finlandesa, la alemana, la británica, la irlandesa... La intercambiabilidad, en cualquier caso, no requiere una ley, sino una declaración.
Jacek Glinka: Medidas como la intercambiabilidad directa pueden ser reguladas a nivel nacional, y no hay razón por la que los gobiernos no puedan desarrollarla.
¿Cómo se valora desde la EGA la evolución del TTIP? ¿Cree que será positivo para el sector al proponerse cierta convergencia regulatoria entre Estados Unidos y la UE?
Jacek Glinka: Sí, beneficia a la industria de genéricos y biosimilares. Si desarrollas un producto y superas todos los estudios clínicos, ese fármaco debería ser bueno en cualquier país del mundo. Pero no es así: tienen que hacerse los procesos por separado para Europa y Estados Unidos, y en ocasiones también para Asia y Japón. No es una cuestión ética, sino un desperdicio de dinero y de esfuerzo, que debería estar dirigido a mejorar la producción. Con todo, parece que las discusiones van en la dirección correcta con el fin de introducir eficiencia en el sistema.
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