Humberto Arnés, Martín Sellés y Jesús Acebillo.
La
medicina de precisión no pone en riesgo el
futuro del sistema sanitario español, según ha señalado Farmaindustria, dado que "el modelo ha sabido adaptarse a las circunstancias cambiantes en un terreno tan dinámico como el de la asistencia sanitaria, incorporando las innovaciones de forma sostenible, hasta el punto de que los españoles disponen hoy de una de las
prestaciones farmacéuticas más completas que existen".
Desde Farmaindustria han afirmado que "los nuevos medicamentos no solo están detrás de dos terceras partes de la mejora
Los expertos señalan que estos tratamientos han aumentado de forma exponencial en la última década
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de la esperanza de vida de la población registrada en la primera década de este siglo, sino que también han hecho posible curar enfermedades con gran carga de morbimortalidad como la hepatitis C, convertir en crónicas enfermedades antes mortales como el VIH/sida, cambiar el pronóstico de las
patologías reumatológicas o mejorar de forma sustancial las tasas de supervivencia de distintos tipos de cáncer".
Es más, los procesos de digitalización y el avance de disciplinas como la
genómica funcional han propiciado el desarrollo de "un nuevo tipo de terapias que han dado en llamarse personalizadas o individualizadas, al ser capaces de ajustarse a las necesidades específicas del tratamiento de cada paciente o grupo de pacientes".
Un avance en salud
"El avance de la medicina de precisión es imparable, y constituye ya cerca del 50 por ciento del total de los
medicamentos en fase de I+D. Según distintos estudios internacionales, este tipo de tratamientos se han incrementado de forma exponencial en la última década, y está previsto que siga haciéndolo en los próximos años", han destacado desde Farmaindustria.
Asimismo, han avanzado que la incorporación de este tipo de terapias tiene un
impacto muy positivo para los pacientes, aunque "considerados de forma aislada, estos nuevos tratamientos implican un mayor coste por paciente que el de los fármacos tradicionales". Sin embargo, "el coste de estas terapias es perfectamente asumible".
Coste muy bajo
"Muchas patologías de alto impacto, como
enfermedades cardiovasculares, se tratan con medicamentos sin patente y a un coste por paciente muy reducido para el erario público. Buenos ejemplos de ello son el tratamiento de la insuficiencia cardiaca con inhibidores de la enzima de conversión de angiotensina (poco más de dos euros mensuales), el de la hipercolesterolemia con medicamentos inhibidores de la HMG-CoA reductasa (unos seis euros al mes) o el de la depresión con fármacos inhibidores de la recaptación de serotonina (menos de seis euros mensuales)".
La caducidad de las patentes permite, además, que en
España los medicamentos con menos de diez años, es decir los que siguen protegidos por una patente, apenas representen en España el 30 por ciento de la factura total, cifra que se ha mantenido estable a lo largo de los años.
Sostenibilidad
Finalmente, han avanzado que "no hay que olvidar que los nuevos medicamentos constituyen también una importante fuente de reducción de
costes sanitarios en el medio y largo plazo (menos hospitalizaciones, menos intervenciones sanitarias…), ahorro que estudios internacionales sitúan entre dos y ocho veces su coste inicial".
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